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Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.

martes, 17 de abril de 2012

"Trabajo y Capital Monopolista" Harry Braverman.




 Apuntes sobre el libro "Trabajo y Capital Monopolista" de Harry Braverman.






 
 

10 comentarios:

Anónimo dijo...

El capitalismo no podrá caer sino por dos vías: una revolución violenta (por desgracia, más inviable hoy que nunca) o una progresiva decadencia, o descomposición, del sistema (incluyendo una guerra definitiva en la sucesión de guerras que estructuran la evolución del capitalismo).

El capitalismo, cuya fecha de "nacimiento" podemos datar hacia el siglo XVI, si bien ha traído numerosos avances (toda vez que dinamizó la economía, frente al estancamiento feudal) ha supuesto la mayor era de destrucción, brutalidad y alienación de la historia de la Humanidad.

La polémica no puede estar ya en oponer "democracia" a "plutocracia", sino en oponer la revolución social al capitalismo. La perspectiva histórica que les faltaba a los nacidos tras la II G. M., adoctrinados, además, en la visión en blanco y negro del mundo (buenos/malos), empieza a constituirse ahora que se derrumban todos los mitos.

Y cuando hablamos de capitalismo, no hablamos de un modelo de gestión económica (por ejemplo, "neoliberalismo" frente a "socialdemocracia") sino al propio sistema, basado en el capital.

Es en el capital, en las condiciones que posibilitan su aparición, acumulación, reproducción..., donde se encuentra el problema. Todo capitalista es un explotador, no sólo el gran empresario. No sólo el gran empresario se beneficia de las cuotas de plusvalía. El pequeño empresario con cuatro empleados a su cargo es también su explotador. Y tendría cuatrocientos, en vez de cuatro; cuatro mil, en vez de cuatrocientos; cuatro millones, en vez de cuatro mil...; si pudiera.

Al capitalismo, a juzgar por la fecha de caducidad de las materias primas, y trazando un mapa de futuro según las lecciones aprendidas del pasado, le quedan entre cincuenta y cien o ciento cincuenta años. Supongo que serán cincuenta o cien o ciento cincuenta años en los que se instaure una dictadura mundial (que funciona ya de facto), que caerá por descomposición de la propia raza humana, llegando a hacer de la guerra el principal multiplicador de la economía.

Si observamos la evolución del capitalismo en los últimos cien años (y en el "capitalismo" incluyo a a la URSS, a China, a Corea y a Cuba, regímenes estalinistas, contrarrevolucionarios, capitalistas de Estado) veremos que la degeneración es progresiva. Se han sucedido ciclos, pero marcados por una tendencia a degenerar de forma irreversible. Esta crisis de deuda a la que hemos llegado, que es un colapso del sistema, desembocará en guerras mundiales (al tiempo, lo veremos en una década como mucho) y una depresión, una estanflación permanente, que conducirá a nuevas guerras, y así hasta el fin.

Anónimo dijo...

La razón es sencilla: ya no existe el peligro de una alternativa socio-política que reste poder a los gestores del capitalismo (o que plantee siquiera otros métodos de gestión: el "capitalismo de Estado"), de modo que el crecimiento constante deja de ser necesario (ya no hay competencia enemiga), conviniendo ahora una especie de regresión al feudalismo (pero según los patrones capitalistas) que como es obvio, polarizará totalmente la sociedad (y hablo de "Occidente", donde el capitalismo se ha venido mostrando más "humano"). Y así, la moral se encaminará a señalarle a cada uno su escalafón social. Veremos incluso un auge de las religiones (no en vano el Islam se extiende por medio mundo).

En fin, no se trata de si el capital es monopolista o no. Como no se trata de si éste o aquel otro son mejores modelos de Estado. El capital tiende a ser monopolista, como el Estado tiende a crecer a costa de otros estados, y de aplastar a sus súbditos. Esto es lo que no entienden los que se llaman a sí mismos "comunistas" (simples capitalistas de Estado), llamándonos "anarquistas" a los que somos verdaderos comunistas, es decir, comunistas "libertarios", enemigos del Estado y de la Propiedad, sea privada o estatal. No lo entienden a pesar de que la realidad no deja de golpearles en la cara. No lo entenderían ni aunque les restregasen la realidad por las narices.

Anónimo dijo...

Por cierto, a propósito de Repsol YPF, nuestros paisanos siguen ladrando. Asociar Argentina a la ETA (todos los medios especificando que cierto etarra que se presentó a juicio lo hizo con la camiseta albiceleste) fue la guinda que coronó el pastel. Bueno, hasta a Marcelo Bielsa (entrenador de fútbol) lo han puesto a parir por dar su opinión, después de insistirle capciosamente para que se pronunciara. Ay, españolitos, mientras el gobierno incumple todas sus promesas, asalta RTVE o tiene la prima de riesgo por las nubes, vosotros entráis al trapo embistiendo la primera bandera enemiga que os ponen delante. Qué pueblo este, un pueblo de paletos y nuevos ricos que mamaron fascismo y que ahora van a recibir por donde amargan los pepinos, que por lo visto es para lo único que valen. Tragedia y España son sinónimos desde 1936.

Albert dijo...

Está claro que el "comunismo" fracasó en su vertiente estalinista, como el capitalismo lo está haciendo en la actualidad en la gran mayoría de países de occidente, si está era la única alternativa posible al "socialismo", no deja de ser una paradoja para los "comunistas".
Pensar en un sistema que haga de la sociedad, una sociedad "buena" es algo harto dificil, por eso motivo la política es probablemente uno de los mejores engaños orquestados por la élite junto a la religión.

Estamos en lo de siempre, cuando el hombre empiece a cambiar como individuo, no harán falta "sistemas" que le indiquen el camino a seguir, porque el orden ya será algo intrínseco no extrínseco, y eso es el anarquismo para mi.

Anónimo dijo...

El comunismo no fracasó. Lo de la URSS no fue comunismo. El comunismo es incompatible con el fracaso. La suma de brazos, de fuerzas de trabajo, sin intermediarios ni chupópteros, sin gasto militar, sin burocracia, es decir, sin Estado, no fracasa. Es imposible.

Dicho esto, un anarquista en un mundo anarquista tan pronto puede abrazar el comunismo (libertario) como practicar el verdadero libre comercio. Depende de sus proyectos, del momento, etc. Los hombres no son unidimensionales.

Ahora, que la propaganda "capitalista" ha vendido el capitalismo de Estado de Stalin (y de Mao y de Castro y de tantos otros) como comunismo, cuando fue lo más reaccionario que se ha parido. Y cuando conllevó una explotación de la clase trabajadora (más horas, menor salario) nada comunista.

Anónimo dijo...

Dice una puta en la radio: nuestros maridos se quedan en paro, nosotras no encontramos trabajo, no hay trabajo, tenemos hijos..., ¿qué vamos a hacer? Yo tengo mi marido, tengo que llevar dinero a casa, ¿qué puedo hacer?

¡¡¡REBELARSE, COÑO, REBELARSE!!!

No hay más futuro que las barricadas, y el que no lo ve, o no tiene problemas económicos o no tiene agallas, joder.

Anónimo dijo...

Dos cosas, Albert:

1. El capitalismo lleva "fracasando" (es decir, aplastando a unos para beneficio de otros) desde siempre. En Europa se desarrolló con cierto éxito tras la II G. M. en gran parte porque había jóvenes naciones a las que saquear.

2. Sí hay un sistema u organización social que acerca al hombre a esa "bondad" que los más optimistas pueden presuponerle: el anarquismo.

La cuestión no es hacer del hombre un animal "bueno", sino que, en la convicción de que es, por naturaleza, "malo", lo que conviene es restarle poder, anular todas sus posibilidades de oprimir o de aplastar o de explotar a los demás.

El anarquismo puede ser visto como una utopía, pero también como una forma de protegerse. Si el hombre es un lobo para el hombre, al menos no le pongamos uniforme, no lo revistamos de autoridad, dejemos que cada lobo se defienda por sí mismo, no lo encadenemos con leyes y con deberes que únicamente benefician a la élite "lobuna".

En ese sentido, seamos "lobos esteparios", no lobos de manada.

Albert dijo...

Pongamos el caso de España, donde para "crecer" o progresar como dicen los economistas se ha tenido que llevar a cabo a base de crédito, donde el poder adquisitivo del trabajador común ya debe ser como el de los años 50-60 o el de posguerra (o sino le queda poco).
De todos modos sigue habiendo una mayoria de la población que no se entera aún de que va la película, si a esto le sumas todas las reformas y recortes más el paro, poco quedará de ese "estado del bienestar" con el que se llenan tanto la boca los políticos.

Por otro parte como la costumbre hace al hombre no es de extrañar que mucha gente piense que esto sólo es pasejero, cómo habrá también mucha gente que sigue viviendo de crédito, por ejemplo de las tarjetas.
Otro engaño del capitalismo que funcioná a las mil maravillas.

Anónimo dijo...

Por ahí vas bien. El plan es hacer creer a la gente que esto es pasajero. Lo que sucede es que mientras se espera, la gente pierde el empleo, la casa, se ve ahogada por deudas... Pierde además la salud, las perspectivas de futuro... No se puede engañar a la mayoría durante tanto tiempo. En consecuencia, se tratará de reprimirla. Ya los fascistas estos del PP asaltan RTVE y convierten en delito la resistencia pacífica, precisamente porque saben que el otoño será terrible, y pretenden tomar la delantera. Pero les va a salir el tiro por la culata a estos hijos de la gran puta.

Anónimo dijo...

Lo más gracioso es observar el silencio de los diez millones de cabestros que votaron al PP.

Si todo esto lo hubiera hecho la "izquierda" (o sea, el partido social-liberal, el PSOE, un partido capitalista 100%, sólo que "progre"), estarían bramando.

¿Y qué han hecho?

-Subir impuestos en contra de su programa (por supuesto sin tocar las rentas más altas).

-Bajar pensiones (y dos veces, además; la última, ayer, cargando otros 18 euros en el "copago" sanitario).

-Aprobar el despido libre (fomentándolo en base a la simple previsión de mengua de ganancias, ni siquiera de pérdidas).

-Cargarse toda la obra pública y con ello las pocas posibilidades de estimular una economía en depresión. No en recesión, en depresión.

-Despedir a miles de trabajadores públicos (médicos y profesores interinos, esto es, que aprobaron la oposición pero se quedaron sin plaza por culpa de las bajas y escandalosas tasas de reposición), cosa que ya venían ensayando en Madrid y otras comunidades en sus manos.

-Aplastar a la pequeña y mediana empresa que dicen defender (y atención, que en otoño llevan el IVA al 23%).

-Regar con más dinero a la Banca y promover las "fusiones", un atraco a mano armada a los españolitos, que prefieren mirar para otro lado y engañarse viendo triunfar a sus deportistas, dopados casi todos (tienen razón en Francia: de repente nos caímos en la marmita de la poción mágica).

-Asaltar RTVE y RNE, que ya dejaban mucho que desear, pero que ahora serán como Telemadrid.

-Cargarse el sistema sanitario y darle la puntilla al educativo, mientras siguen regalándole el dinero a los amigotes de la "concertada".

-Satanizar a los sindicatos (ya de por sí vendidos al Capital) mientras la CEOE se lleva dos veces las subvenciones de CCOO y UGT. En este país los "liberales" son los primeros en pedir por ese pico, pío, pío, pío, que les aflojen pasta, ese dinero público que tanto denostan (ya se sabe, estos por "público" entienden "propio").

-Aprobar leyes opresoras con las que buscan meternos miedo para que no nos atrevamos ni siquiera a abrir la boca.

¿Sigo? Porque se le cae a uno el alma a los pies. Tanto haciendo recuento como siendo testigo de la pasividad de tanta y tanta gente, entre ellos los payasos del 15-M, a los que ni se escucha.