In LSD Veritas -

Benvinguts al meu racó.


Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.

martes, 19 de junio de 2018

Pawel Kuczynski - Show(er)

Cuando la auto-vigilancia se transforma en una necesidad para que podamos ser vistos y reconocidos o en última instancia; existir.


La sociedad de la propaganda.

La sociedad de la información es una falacia porque ésta se convierte en propaganda cuando se interpreta. La información no se puede interpretar, la propaganda sí porque obedece a unos dictados que son promulgados por un individuo o colectivo que quiere convencer o persuadir a otros individuos mediante una serie de técnicas manipulativas para unos propósitos concretos, donde la parte emisora ejerce de autoridad moral y ética entre otras categorías para poder influenciar a la parte receptora de la utilidad de la propaganda. De modo que la sociedad de la información es democrática per-se porque hay un intercambio constante en ambas direcciones (emisor-repector), mientras que la sociedad de la propaganda es autoritaria debido a la manipulación que efectúa el autor o los autores de la misma.

domingo, 17 de junio de 2018

Sobre la acumulación.

La acumulación es un producto de la neurosis heredada de nuestros antepasados o del instinto de conservación. En las sociedades capitalistas la acumulación simboliza el éxito y sirve al Capital (en todas sus manifestaciones) para regular las relaciones y por lo tanto también de la riqueza y la pobreza.
La sacralización de los distintos tipos de Capital no se pudo haber dado antes sin la acumulación del mismo. En las sociedades capitalistas el capital cultural significa fama y por lo tanto poder que se pueden transformar también en capital económico y viceversa. No hay solución alguna en una sociedad donde todos nos vemos obligados a competir para ser algo y en consecuencia seguir acumulando algún tipo de Capital para poder sobrevivir.

miércoles, 13 de junio de 2018

Fascismo y guerra.

Se suele vincular sólo al fascismo con las dictaduras de partido único, cuando se olvida que las democracias representativas de varios partidos también son totalitarismos disfrazados que representan una única realidad ideología (el Capitalismo) basada en la ley del más fuerte para conquistar el poder. Las dos formas supuestamente antagónicas de gobierno sirven de engaño a la élite para justificar el totalitarismo mundial.

La última fase del colapso de la sociedad es la guerra mientras tanto se suceden batallas (de mayor o menor intensidad) que manifiestan el fracaso, la violencia, la destrucción y la corrupción en la que vivimos inmersos de una forma u otra.

No hay solución alguna cuando se contempla la corrupción como un estado inherente a la condición humana.

martes, 12 de junio de 2018

Sobre la cuestón de la leyes - Franz Kafka






Nuestras leyes, por desgracia, no son conocidas por todos; son un secreto de un grupo pequeño de aristócratas que nos domina. Estamos convencidos de que estas viejas leyes se cumplen con rigor, pero es algo molesto ser regido por leyes que no se conocen. No hablo aquí de las diferentes maneras de interpretarlas, ni de las desventajas resultantes cuando sólo individuos, y no todo el pueblo, pueden participar en su intepretación. Esas desventajas no son, tal vez, tan grandes. Las leyes son tan antiguas, siglos han trabajado en sus interpretación. También esta interpretación se ha convertido en ley. Aunque se mantienen todas las libertades posibles de interpretación, subsisten de una manera muy limitada. Además, aparentemente, la aristocracia no tiene ningún motivo para dejarse influir por su interés personal en nuestro perjuicio cuando ejerce su labor intepretativa, pues las leyes fueron desde un principio promulgadas en favor de la aristocracia; así, la aristocracia permanece al margen de la ley y, por eso mismo, parece que la ley hubiese sido entregada exclusivamente en manos de la aristocracia. En todo ello hay sabiduaría -¿quién pone en duda la sabiduría de las leyes antiguas?-, pero también una fuente de tormento para nosotros, aunque tal vez eso sea inevitable.

Por lo demás, esas leyes aparentes sólo se pueden suponer. Su vigencia constituye una tradición, así como el hecho de que hayan sido confiadas como un secreto a la aristocracia. No obstante, tampoco son, ni pueden ser, más que una tradición antigua y, a causa de esta antigüedad, venerable, pues el carácter de esas leyes reclama el mantenimiento en secreto de su contenido. Si nosotros seguimos con atención, desde tiempos muy antiguos, las acciones de la aristocracia en el pueblo; si poseemos copias de nuestros antepasados sobre ellas y las hemos proseguido concienzudamente; si creemos haber descubierto algunas líneas directivas en los innumerables hechos investigados, que parecen deducirse de una u otra disposición legal, y si intentamos organizarnos un poco en el presente y en el futuro según las conclusiones que tan cuidadosamente hemos filtrado y ordenado; todo eso es para la inseguridad y, tal vez, un simple juego de la razón, pues es posible que esas leyes que intentamos adivinar no existan en absoluto. Hay un partido pequeño que es de esa opinión y que intenta demostrar que si existe una ley, su enunciado sólo puede ser; "Lo que hace la aristocracia es ley".

Este partido sólo ve actos arbitrarios de la aristocracia y rechaza la tradición popular, que, según su opinión, sólo trae alguna utilidad casual y, por el contrario, graves daños, ya que proporciona al pueblo frente a los acontecimientos venideros una imprudencia conducente a una seguridad falsa e ilusoria. Esos perjuicios son innegables, pero la inmensa mayoría de nuestro pueblo cree encontrar su causa en que la tradición es aún insuficiente, que, por consiguiente, se debe seguir investigando, y que el material recopilado, por enorme que nos parezca, aún es muy pequeño y tendrán que transcurrir siglos antes de que sea suficiente. En la oscuridad que representa esa visión para el presente sólo penetra algo de luz a través de la creencia de que llegará un tiempo en que la investigación conocerá un fin, todo se tornará claro, la ley pertenecerá al pueblo y la aristocracia desaparecerá. Esto no se dice con odio hacia la aristocracia, en absoluto, en realidad nos odiamos a nosotros mismos, ya que aún no somos dignos de la ley. Y, precisamente por esto, ese, en cierta medida, atrayente partido, que no cree en ninguna ley en sentido estricto, ha permanecido tan pequeño, aunque, por lo demás, reconoce por completo a la aristocracia y el derecho a sus subsistencia. Este sólo puede expresarse con una suerte de contradicción: un partido que rechazase tanto la creencia en las leyes como la aristocracia tendría de inmediato al pueblo detrás, pero un partido semejante no puede surgir, ya que nadie osa rechazar a la aristocracia. Sobre este filo de la navaja vivimos. Un escritor lo ha resumido así: La única ley indubitable y visible que se nos ha otorgado es la aristocracia, y ¿acaso deberíamos matarnos entre nosotros por esa única ley?

sábado, 9 de junio de 2018

Competitividad.

Sin competitividad no se hubieran creado tantos avances científicos y tecnológicos. La paradoja del progreso y el crecimiento implica la deshumanización de la sociedad y por lo tanto la destrucción del planeta y la vida. El bienestar y la comodidad van a tener un coste todavía impredecible debido al alcance y la magnitud del crecimiento (a nivel mundial) no sólo por la destrucción medio-ambiental sino por la gestión de los recursos naturales y el trabajo como sustento de vida que va a conllevar para los Estados organizar y abastecer a las sociedades.

miércoles, 6 de junio de 2018

[Documental] Ni dios ni amo. Historia del anarquismo [VOSP]

El documental realizado en tres partes - de 52 minutos cada uno - busca retomar los principales acontecimientos de los últimos 150 años de Historia Social, rescatando los orígenes y acciones realizadas en nombre del ideal político que ha luchado contra dioses y amos. A partir de materiales de archivo, además de una vasta documentación, la serie recuerda la historia del movimiento anarquista internacional, de París a Nueva York, y de Tokio a Buenos Aires.
Dirigido por Tancrède Ramonet




Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=cEMFuf3iWds
Parte 3: https://www.youtube.com/watch?v=JiZ1rhsbAYk

Fuente: https://www.portaloaca.com/videos/documentales/13725-documental-ni-dios-ni-amo-historia-del-anarquismo-vosp.html