Si la propiedad es un robo cuando se explota a otro, la guerra es un
asesinato masivo organizado siempre por criminales que nos
gobiernan.Pero ¿cuales son las raíces de ambos males?¿Podemos evitarlos?
Entre 58 y 62 millones de muertos en la segunda guerra mundial a
cuenta del nazismo, y los 166 millones doscientos mil que suman por
este orden los líderes más letales de la historia (Mao, Stalin y Hitler)
con sus 72 millones 500 mil, sus 51 millones setencientas mil, y sus 42
millones de victimas según la web resmilitare, y sin mencionar otras
guerras como la afgana, o la iraquí alas que hay qyue sumar las victimas
colaterales: los inválidos, mutilados, viudas, huérfanos, traumatizados
de por vida, la pobreza general, las enfermedades sinnúmero, la
destrucción de la naturaleza y un número incalculable de animales
muertos y sacrificados. Esto es algo que carece de nombre porque el
diccionario no sirve llegados a estos extremos de barbarie. Demasiado
brutal como para cerrar los ojos y para evitar que hable la
conciencia.
Los que pensamos que la guerra es un veneno de la
humanidad tenemos el deber, como parte de la humanidad, a no ser que nos
creamos marcianos, de oponernos a ella y buscar el antídoto, si es que
lo tiene. Y a eso vamos.
Siempre existen tantas guerras activas en
casi todo el Planeta, -ahora se calculan alrededor de 50- que no
podemos por menos de preguntarnos si guerrear forma parte de la
condición humana, si es algo intrínseco a nuestra naturaleza, y por
tanto, inevitable… ¿Lo es?... Porque la historia del género humano no
parece sino la narración de una guerra tras otra, en la que los
vencedores, tras las atrocidades vividas por los bandos contendientes,
imponen a los vencidos toda suerte de vejaciones y leyes – a las que
llamarán Derecho- con el fin de asegurarse eternamente su dominio contra
toda justicia.
Guerra tras guerra se han ido modificando
fronteras, clases sociales, costumbres, religiones y leyes hasta el
punto que podemos afirmar que las condiciones concretas en que se vive
en cada país en cada momento son el resultado de guerras cainitas. En
todas ellas, el bando victorioso impone al bando vencido , tribunales, y
cuerpos represivos para perpetuar el poder conseguido con la victoria
sobre hermanos, a los que llama enemigos y diferencia por el idioma, la
clase social, la religión o el color de su piel o de su uniforme. Y el
odio, el exilio, la deportación, la tortura, la cárcel, el saqueo, el
crimen legal o ilegal, y toda clase de violaciones y atrocidades recaen
siempre sobre el bando perdedor.
Y TODAVÍA HAY QUIEN HABLA DE GUERRAS JUSTAS…
Cuando
nos encontramos con gentes que hablan de guerras justas, -como la
Iglesia católica, sin ir más lejos- o de causas nobles que defender a
costa de la vida de otros, estamos ante personas cuyos pensamientos no
solo alimentan las guerras que ya existen, sino que portan la semilla de
las venideras. Estas personas son propagadoras de guerras, pues siempre
están alineadas a uno u otro bando y sólo esperan el momento para
llegar a las manos o para justificar o bendecir a sus amigos violentos. A
través de su emisión de energía mental negativa y opuesta a la paz
están tan militarmente activos como cualquier soldado en el frente, al
que nutren sin saberlo con su propio odio, y de cuyos crímenes –pues
toda guerra es un crimen a gran escala -son responsables en alguna
medida.
LAS RAÍCES DE LA GUERRA
Lo primero que podemos pensar es que deben ser hondas para que cuesten tanto de arrancar.
Y
es que las raíces de la guerra no hay que buscarlas en la división
política, ni en la división de clases, ni en la economía, ni en una
CAUSA mayúscula a la que defender a tiros. A primera vista, puede
parecer que esas son las causas detonantes, pero esos son los resultados
de algo mucho más profundo que todo eso, porque las raíces de todas las
guerras anidan en el mundo de nuestros pensamientos y en el alma.
¿Podemos imaginar que si en el Planeta abundaran gentes como Jesús de
Nazaret, Sócrates, Gandhi, o Lutero King, por poner algunos ejemplos,
podría haber guerras? Si las hay, es porque la conciencia general de la
humanidad está lejos de ellos.
Y si efectivamente la guerra anida
en el mundo de nuestros pensamientos es preciso mirar en nuestro mundo
interior y averiguar qué clase de huevos mentales y emocionales
incubamos; cual es el contenido real de nuestros pensamientos,
sentimientos, palabras y actos, qué es lo que de negativo hay ahí oculto
esperando su momento, porque esas son las raíces ponzoñosas de todas
las guerras.
El campo de batalla de la concienciaSi
guerrear fuese algo inherente a la especie humana, ya nos habríamos
autodestruido como humanidad. Por tanto, y a pesar de todo, aún deben
existir fuerzas en el interior de cada persona y en el conjunto que
llamamos humanidad capaces de oponerse a la guerra, elementos positivos
con fuerza para evitar esa autodestrucción hasta hoy mismo por lo menos,
lo que indica que existe una lucha en el campo de batalla de la
conciencia personal entre fuerzas que tienden a unirnos y fuerzas que
tienden a separarnos.
Cada uno de nosotros se halla inmerso en
una batalla interior donde el rencor, los deseos de poder y de poseer,
la envidia y otras energías negativas, miden sus fuerzas con el amor, el
altruismo, el perdón, la bondad y otras energías positivas. Del
resultado de esta lucha, depende no solo nuestro mayor o menor grado de
paz interna, felicidad o desgracia, sino también la inevitable
proyección social de todo eso que creemos únicamente personal. Estoy de
acuerdo con los grandes pacifistas Jesús, Tolstoi y Gandhi cuando
afirman que la transformación de la humanidad pasa por la transformación
individual.Estoy completamente convencido que no es posible la paz
mientras uno mismo n o haya ganado su personal guerra contra sus
enemigos internos. Derlo contrario siempre habrá alguno de estos locos
que gobiernan el mundo, clínicamente psícópatas, obedecidos por otros
semejantes dipuestos a prender fuego al mundo.
EL PODER DE PENSAR.
Si algo odian los regímenes autoritarios es el libre pensar. Y es que el pensamiento es un arma poderosa, veremos por qué.
Los
pensamientos son energía, y como tal, indestructibles. No sólo cuando
se expresan, sino cuando se sienten en el interior. Podemos aparentar
ser personas educadas o civilizadas cuando hablamos con nuestros
vecinos, pero tras el gesto amable o la palabra dulce podemos esconder
algo bien distinto. Estos son los contenidos reales de lo que decimos o
hacemos. Y eso es lo cuenta, tanto si es positivo como si no. Nos enseña
Cristo que estos contenidos van al subconsciente, pasan al alma, se
manifiestan en nuestros cuerpos y se dirigen a la atmósfera terrestre y
al cosmos en busca de energías afines, pues lo semejante atrae a lo
semejante. “Dime con quién vas y te diré quién eres”, sentencia el dicho
popular. También nos enseña Cristo que el modo de eliminar lo negativo
en nosotros no es acudiendo a un cura, sino mediante el
autorreconocimiento, el arrepentimiento, el pedirle perdón, el pedir
perdón a quien corresponda hacerlo, el perdonar, y el no volver a las
andadas. Eso nos trae la paz. Y si nos damos cuenta, también la paz
entre los hombres, porque quien ha ganado la batalla contra su propio yo
inferior será una persona justa y tratará a los demás como él mismo
quisiera ser tratado. Por tanto, ni será explotador ni será violento. Y
estos son dos pilares claves en la transformación para un mundo sin
guerras.
El campo emisor personal
Desde el
instante en que despertamos, cada uno de nosotros no cesa de emitir
pensamientos, uno tras otro, con una determinada carga positiva o
negativa desde nuestro intelecto, y el contenido se dirige a amigos,
vecinos, compañeros de trabajo o familiares, y si van cargados de
negatividad van directamente a su aura o campo electromagnético y le
afectarán en cuanto el destinatario tenga pensamientos iguales o
parecidos, contribuyendo así a aumentar el volumen de energía positiva o
negativa de aquel a quien dirigimos la nuestra. Pero no se detiene ahí
nuestra emisión, sino que simultáneamente, si resulta que es negativa,
se dirige a la atmósfera y pasa a formar parte del nubarrón de esa clase
de energía que circula en el ámbito electromagnético terrestre y se
dirige invariablemente a donde hay y guerras y conflicto, y los nutre. A
la vez, se graba en nuestra alma y se dirige a aquel planeta de energía
semejante en el cosmos material a donde va el emisor tras su muerte,
atraído por la misma energía que envió allí mientras vivió.
Ni
que decir tiene que si la energía emitida es positiva, todo ello resulta
bien diferente para el emisor, pero también para el conjunto del mundo,
del que formamos parte como energía. De modo que tenemos una gran
responsabilidad individual tanto en lo negativo como en lo positivo que
acaece en el Planeta.
De conseguir eliminar de nuestras vidas
todo lo que nos roba la paz, seremos hombres y mujeres libres, justos y
pacíficos y tendremos, correspondientemente un mundo libre, justo y
pacífico donde será posible vivir como lo que somos: como hermanos.
Escrito publicado por Originario: http://www.kaosenlared.net/noticia/podemos-acabar-con-las-guerras
Comentarios sobre el texto:
Matapuces:
Desorden en la conciencia.
En
mi opinión el desorden de la conciencia se debe a la confusión que
genera las interpretaciones de los hechos que tiene cada individuo en su
manera de concebir el mundo, las interpretaciones de los hechos
provienen de los pensamientos, nuestros pensamientos acaban siendo
nuestros verdaderos enemigos, acaban por distorsionar la realidad en la
que vivimos día a día, la percepción del caos en la conciencia, es el
primer paso hacia un nuevo entendimiento de los problemas y conflictos
que se dan en nuestra psique.
Originario:
Sobre el poder de los pensamientos
Efectivamente
nuestros pensamientos pueden actuar en contra nuestra. No hay más que
ver las colas en la seguridad social, por no citar la cantidad de
fármacos que se consumen para espantar la "insoportable gravedad del
pensar mal".
Y es que cuando se piensa bien- asunto dificil para
todos esos filósofos encumbrados por la industria cultural-lo que
parecía un castillo resulta que no era más que una protuberancia
arenosa.Un cambo en el punto de vista hace cambiar el mundo.
Cuando nuestra alma divina contempla lo demasiado humano, sabe que ella no es eso, porque precisamente eso( es
decir: el cambiante mundo físico, social, familiar,profesional) no
es más que el territorio de experiencias porque ella es EL
OBSERVADOR . El Observador está antes que lo observado, y si hacermos
algo de caso a la física cuántica, lo determina de acuerdo con su
programa como Observador, igual que muestra el Principio de
Incertidumbre de Heinsenberg referido a cómo el observador modifica lo
observado con sus instrumentos de medida.
Dice un texto de los
Upanishad: "El atman ( o alma) en un cuerpo, y velado por Maya (la
ilusión) se da a la producción de causas con el sexo, los alimentos, la
bebida y otros deseos..."
El ego, el yo ilusorio, nos aparece entonces como responsable del pensamiento ilusorio, ¿ no es cierto?
¿Si?
Un saludo cordial
Originario:
Las
cosas empiezan a irnos realmente mal cuando el Observador cree que es
lo observado a través de sus instrumentos sensoriales, y de su misma
naturaleza. Así, por ejemplo, no es consciente de ser quien es- la
partícula divina que observa envuelta en materia orgánica coporal- y se
enreda con el mundo material al que confunde con la Realidad con
mayúsculas, y pretende que este mundo y esta realidad calmen sus
deseos. Eso produce una frustración, la angustia existencial, los
desengaños, el vacío interior, y en definitiva el vivir en un estado de
conflicto que no se sabe resolver mientras no se cambie el punto de
vista que nos ha hecho caer en Maya, el estado ilusorio.
Matapuces:
Observador y observado.
En
esencia, el "observador" es lo "observado" cuando el "observador" no se
identifica con el pensamiento de lo que está observando. Cuando lo
"observado" se disuelve en el pensamiento del observador se puede
trascender la totalidad de la realidad.
Por ejemplo, cuando el
"observador" se siente en peligro o amenazado por lo "observado", es el
pensamiento del "observador" quién decide la relevancia de la ameneza y
empieza a elaborar estrategias para la "supervivencia", en este caso la
actitud del "observador" ira en función del "temor" o del "miedo", (de
sus conflictos internos), con todo lo que conlleva. La producción de
acciones derivadas de los conflictos internos del hombre dependerá
principalmente de su razonamiento subjetivo al que está sujeto a cada
momento, de la realidad "ilusoria" que él mismo ha creado, sin tener en
cuenta otros factores.
Originario:
Sí.Objetivamente
estamos inmersos en una Totalidad que es energía en diferentes grados
de vibración electromagnética que va a determinar su mayor o menor
sutileza. No es igual la energía de los fotones de la luz que la de los
átomos de un mineral, por ejemplo. No es igual la energía vibratoria
de un pensador, un artista, una persona que medita o un místico que
la de alguien que sólo vive para comer trabajar y divertirse. La
claridad y la calidad de los pensamientos que van a determinar
finalmente sus conductas va a ser muy diferente por esas razones. El
Observador en cada caso es portador de un diferente nivel de
consciencia y- por tanto- de conciencia.
Por añadir una imagen
gráfica: imaginemos que somos peces que vivimos en el mismo océano al
que llamamos Totalidad. Según el nivel de aproximación a la luz de la
superficie observaremos unas cosas u otras, y creeremos que esa
realidad que percibimos es la Realidad con mayúsculas.
Puedes decir
que si viene un tiburón todos correriamos, pero ¿a qué distancia de la
superficie nada el tiburón? Es más: ¿nos alcanzaría? ¿Cómo saberlo?
Esto nos lleva a varios campos de información, desde saber si el gato
del experimento de Schrödinger está vivo o muerto a la cuestión de la
ley del karma. En ambos casos, las soluciones son... "según".
¿Es esto de lo que hablamos? ¿o me salí por alguna puerta lateral?
Matapuces:
Conocimiento de la realidad.
Has
puesto un buen ejemplo, en este caso cuando el observador está
confundido no percibe la realidad en la que vive debido al
desconocimiento, esto supone que si fueramos peces el "conocimiento" o
"desconocimiento" del espacio sería relativo en mayor o menor medida,
según la experiencia o conocimiento que ha tenido y que lo lleva a
tomar una decisión, en este caso el pensamiento podría ser también
inequivoco al estar sujeto al observador, o también se podría decir
que permanecemos como representaciones imaginarias fruto del azar de la
naturaleza sin ninguna lógica aparente porque el pensamiento no ha
llegado a alcanzar el entendimiento de su destino final.
De momento te entiendo bastante bien, creo que no nos hemos salido por ninguna puerta lateral.
Originario:
¿Existe el azar?
Acabas
de sacar un nuevo asunto: el azar en la naturaleza. Hay una corriente
intelectual, científica y filosófica muy arraigadaentre nosotros, los
occidentales, - no así entre los orientales- que defiende el Azar como
algo universal, y le da un valor absoluto.En vez de hablar de Dios
hablan de Azar, que viene a ser su caprichoso dios por lo cual
tendriamos que imaginar que absolutamente todo cuanto acontece es
aleatorio.Simulan que son ateos, pero han sustituido al Dios de las
iglesias- del que hacen bien en no creer. por el dios Azar , que resulta
más cruel y caprochoso que el de los curas.
Originario:
Y para terminar...
No
me extraña que hayan existido tantos intelectuales y filósofos locos
de atar o suicidas. Y es que no es para menos cuando se llega al extremo
de vivir el mundo con ese sentimiento trágico de estar sujeto a algo
aleatorio cuando uno pretende vivir con la lógica racionalista.
Por
mi parte creo en un Dios que es energía amorosa y acogedora para cada
una de sus criaturas y que nos ama tanto que fue capaz de enviarnos
aquí a su hijo primogénito no para morir asesinado, sino para
guiarnos con su antorcha de la verdad -el Sermón de la Montaña- a
comprender cuál debe ser nuestro modo de vivir desde el punto de vista
de la energía positiva. Y es que en el Universo hay un continuo
emitir y recibir energía de cada componente, según leyes precisas -que
la física sólo ha detectado en parte- desde la partícula subatómica
hasta el ser humano. Y en este, de acuerdo con sus emisiones recibe O
sea, que si uno comete un crimen, debe una vida: la suya, y será muerto
en esta o en otra existencia. Si uno roba y no lo repara, le robarán
antes o después; si uno es un explotador, será explotado; y así
sucesivamente. Un saludo,compañer@
Matapuces:
El
"azar" es una consecuencia de diversos elementos en continuo movimiento
(animados o inanimados) que acaban interactuando en un sistema, la
ciencia que estudia las leyes de un sistema responden al pensamiento
humano, que interpreta a través del conocimiento, las causas y efectos
que buscan una explicación racional de lo que sucede en su entorno.
"El hombre no podrá entender nunca las leyes de la Naturaleza porque está limitado por el pensamiento"
El
hombre al formar parte del sistema intrínsecamente está sujeto a los
cambios que se originan, es decir, el "azar" también es un factor que
hay que tener en cuenta y que como bien dices no puede explicar el
entendimiento, porque a su vez son el producto de otros "azares" del
sistema, estamos inmersos en una vorágine de accidentes.
Saludos!!
Originario:
Amig@
Matapuces, esto es lo que yo creo: no por azar existen calamidades y
tragedias para unas personas junto a experiencias de la vida para
otras, pues todo es un emitir y recibir, y aunque los efectos no sean
inmediatos, estamos bajo una ley inflexible y universal, que es la la
ley de causa y efecto =de siembra y cosecha. Esto es lo que determina nuestra
existencia. Si estamos dispuestos a investigar la calidad de los
que emitimos podemos sospechar lo que nos pasará. "Toda causa tiene su
efecto; todo efecto tiene su causa.Casualidad es un nombre para una
ley no reconocida.Hay muchos planos de causación, pero nada escapa a esa
ley" ( 6º Principio de El Kybalion egipcio)
Un saludo, cordial, amig@
Matapuces:
¿
A qué tipo de calamidades y tragedias te refieres?, porque si es una
guerra, el azar no interviene, los conflictos son producto del
pensamiento, no del azar.
Lo que estoy intentando explicar es que
los accidentes no siguen una lógica coherente dentro del pensamiento
humano y eso es producto del azar.
Salut!!
Originario:
Si,
Matapuces. Cualquier asunto es consecuencia de una siembra
anterior.Incluso en una guerra se mueven muchas siembras de odio,
asesinatos, robos y muchas causas más que tendrán su efecto antes o
después en lo personal y también en lo colectivo. Así que existen karmas
o asuntos pen dientes personales, familiares o de país.
Puede que te
resulte dificil aceptar todo esto´, porque me pareces más inclinada
hacia un respetuoso racioanlismo enmarcado en la filosofía
materialista que hacia formas de pensar que puedan tener connotaciones
espirituales.
De todos modos hay líneas de investigación muy
interesantes en el campo de la física y en el de la mística, y lo
curioso es que tienden a coincidir a medida que se va profundizando.
Te dejo una pista sobre el tema sin pretender convencerte de nada.Faltaria más.
Un saludo ,y a resistir.
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