In LSD Veritas -

Benvinguts al meu racó.


Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.

viernes, 20 de mayo de 2016

A la soledat - José María Nunes - (2008)

4 comentarios:

Piedra dijo...

Sin moscas sería más vistoso. ;-)

No creo que haya que pensar que esto es cosa solo para viejos, ni siquiera del pasado.

Salud!

Albert dijo...

Sí, tienes razón sobre las moscas y hasta en algunas cuestiones del pasado. El pasado como diría aquel pasado está. Ahora bien, si nos referimos a la situación o a las circunstancias que debe ser a lo que apuntas, estamos en unas muy similares pero en otro contexto histórico, sin duda peor que por ejemplo en el de 1936, en 1936 por lo menos había conciencia de clase en mayor o menor grado pero es innegable que la había y hasta mayor espíritu de rebeldía, supongo que habría que plantearse todo este tipo de cuestiones y no pasarlas por alto, quizá podamos aprender algo para que nosotros podamos intervenir de algún modo en todo este proceso que nos llevaría a una revolución del individuo y de toda la sociedad.

Albert dijo...

Fíjate Piedra, se podría decir que hasta el 2008 antes de la crisis económica nos estuvieron adormeciendo la conciencia a base de lo que conocemos como sociedad del consumo o Estado del bienestar por medio de la propaganda y aún hay gente que la tiene anestesiada que sigue siendo una mayoría. Imagínate el poder de la propaganda...

Albert dijo...

Cunado me refiero a propaganda, me refiero sobretodo al modus-vivendi de una sociedad en particular. El sistema de dominación no se sustentaba o sustenta y se reproducía o reproduce tanto por la naturaleza corrupta del mismo, sino por el engaño al que sometía y somete a la sociedad a través del consumo por medio de la propaganda, es decir los medios de explotación (tanto en épocas de crisis como de bonanza) son distintos, más suaves o más duros dependiendo de las circunstancias, pero en el fondo son los mismos para someter a la sociedad.