La propaganda como medio de
manipulación para gobernarnos es esencial para la élite de poder,
ejemplos durante la historia tenemos muchos, como el del ministro de
propaganda nazi Joseph Goebbels que supo maximizar el poder que le
confería en muchos campos de la vida social de los alemanes para que
abrazaran la causa del nazismo sin apenas cuestionarla y rechazarla.
Desde los inicios del nazismo hasta prácticamente el final de la
contienda en la 2ª Guerra Mundial, en la que las técnicas
psicológicas de propaganda de Goebbles supieron levantar la moral de las tropas y también de la población y transmitir a todos sus súbditos
esperanzas para poder soportar todas las penalidades y sufrimientos
cuando prácticamente tenían ya la guerra perdida y los rusos estaban
ya cercando y empezando a entrar en Berlín.
No cabe duda de que el engaño por
parte de las autoridades alemanas hacia sus súbditos se ponía de manifiesto para poder honrar
la causa nacionalsocialista y no tener que sufrir la humillación de
la derrota ante sus compatriotas.
De entre los 19 principios de la
propaganda que aplicó Goobbles podemos encontrar los siguientes:
Estos principios serían los que aplicó
Gobbles cuando Alemania durante la contienda estaba ya prácticamente
derrotada:
La propaganda dirigida a la
retaguardia debe evitar el suscitar falsas esperanzas que puedan
quedar frustradas por los acontecimientos futuros.
La propaganda en la retaguardia
debe crear un nivel óptimo de ansiedad.
La propaganda dirigida a la
retaguardia debe disminuir el impacto de la frustración
A.- Las frustraciones inevitables
deben ser previstas. Consiste en que una frustración podía resultar
menos decepcionante si se eliminaba el elemento de sorpresa o choque.
B.- Las frustraciones inevitables
deben ser planteadas en perspectiva. Es dar a los alemanes lo que él
llama Kriegsüberblick, es decir, una panorámica general de la
guerra. Éstos perderían la confianza en su régimen.
Estos son otros de los principios de la propaganda:
Los propagandistas deben tener
acceso a la información referente a los acontecimientos y a la
opinión pública.
La propaganda debe ser planeada y
ejecutada por una sola autoridad. Este principio seguía la línea de
la teoría nazi de la centralización autoritaria, y también del
ansia de poder que sentía Goebbels. Pensaba que una sola autoridad -
él - debía realizar tres funciones:
A.- Emitir todas las directrices de
la propaganda. Todo fragmento de la propaganda debía expresar un
contenido político. Indicaban cuándo las campañas de propaganda
específicas debían comenzar, cuándo debían ser intensificadas o
atenuadas, y cuándo debían terminar. La máquina propagandística
nazi estaba sometida a una constante reorganización.
B.- Explicar las directrices de la
propaganda a los funcionarios importantes y mantener su moral. Si no
se facilitaba una explicación acerca de la política propagandística
a aquellos funcionarios que, formal o informalmente, cumplían las
directrices, no cabía esperar que actuaran con eficacia y de buena
gana. A través de la maquinaria de su organización y a través de
contactos personales, Goebbels trataba de revelar la razón de su
propaganda a estos subordinados y también de levantar su moral al
hacerles ostensiblemente objeto de su confianza.
C.- Supervisar las actividades de
otras agencias que tengan consecuencias propagandísticas. Él
procuraba facilitar el necesario estímulo propagandístico.
Solo la credibilidad debe determinar
si los materiales de la propaganda han de ser ciertos o falsos.
Propaganda proviene del verbo propagare
(propagar) y éste verbo viene de propages que significa esqueje,
retoño. Los esquejes o gajos son fragmentos de plantas separados con
una finalidad reproductiva.
Lo que vendría a ser en el campo
práctico de las técnicas de propaganda capitalistas difundir
sobre una masa: la reproducción de ideas, doctrinas, pensamientos,
dogmas, que son impuestas por una autoridad aceptada, evidentemente
sin apenas cuestionarla. En esencia es fomentar y consentir una
cosmovisión y un modo de vida previamente planificado y trazado por
una élite de poder.
Dentro de las técnicas de propaganda se encuentra la publicidad, que es la que utilizan las empresas y grandes multinacionales para vender sus productos en forma de anuncios de todo tipo, como en la televisión, radio, prensa, etc.
Cabe destacar que la publicidad que emiten sobretodo las grandes multinacionales a través de los medios de comunicación de masas para promocionar sus mercancías, es quizá una de las técnicas más devastadores sobre el espíritu humano, éstas penetran en el "subconsciente" del hombre provocando el deseo.
La finalidad de la publicidad es crear deseos para que los usuarios compren sus productos que en muchas ocasiones también son innecesarios, a esto hay que añadir la obsolescencia programada de la inmensa mayoría de mercancías.
La propaganda capitalista se enmarca dentro del campo del endeudamiento (a base de créditos) como herramienta de control sobre el hombre.
Las diversas mercancías sirven de una forma u otra para esclavizar de por vida al hombre medio, ésta sutil publicidad del capital acaba conformando el modus vivendi y su cosmovisión del mundo.
Dentro de las técnicas de propaganda se encuentra la publicidad, que es la que utilizan las empresas y grandes multinacionales para vender sus productos en forma de anuncios de todo tipo, como en la televisión, radio, prensa, etc.
Cabe destacar que la publicidad que emiten sobretodo las grandes multinacionales a través de los medios de comunicación de masas para promocionar sus mercancías, es quizá una de las técnicas más devastadores sobre el espíritu humano, éstas penetran en el "subconsciente" del hombre provocando el deseo.
La finalidad de la publicidad es crear deseos para que los usuarios compren sus productos que en muchas ocasiones también son innecesarios, a esto hay que añadir la obsolescencia programada de la inmensa mayoría de mercancías.
La propaganda capitalista se enmarca dentro del campo del endeudamiento (a base de créditos) como herramienta de control sobre el hombre.
Las diversas mercancías sirven de una forma u otra para esclavizar de por vida al hombre medio, ésta sutil publicidad del capital acaba conformando el modus vivendi y su cosmovisión del mundo.
Como última reflexión voy a dejar la
respuesta de una nauruana en la que explica en unas pocas palabras
los efectos devastadores de la propaganda capitalista en una isla del
Pacífico, ésta se puede leer en el interesante libro "Nauru, la isla devastada"
“Sunshine es una nauruana que padece
diabetes. Dos veces por semana, va al hospital de la isla para la
diálisis, que le permite seguir viva. Desde entonces su vida a
sufrido un cambio. Cuando se le interroga sobre los posibles
disgustos que podría tener, sobre esta existencia fácil y cómoda
que le ha hecho caer enferma, Sunshine deja pasar un instante de
silencio y después responde: -¿Quién no quiere ser rico? “
Un testimonio aterrador de los efectos
que tiene la propaganda en la vida del hombre moderno.
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