Libro de interés para entender el actual sistema en el que vivimos y en el cual los Estados ejercen el poder sobre sus respectivas sociedades,
¿Cómo funciona el mundo en la fase actual del capitalismo? Ante la
pregunta, los diversos campos del saber proponen respuestas parciales.
En este ensayo, Pilar Calveiro logra trazar una imagen abarcadora del
escenario complejo y acuciante de las sociedades contemporáneas.
Sostiene que estamos frente a una reorganización hegemónica a nivel
planetario y que, para echar alguna luz sobre los procesos que la hacen
posible, hay que identificar y analizar los lugares que funcionan como
ejemplo y paradigma del sistema.
Así, su mirada se concentra en la violencia estatal y en la
intensidad y las formas de penalización y castigo, tanto en el ámbito
nacional como internacional: sobre quiénes recaen las penas, quiénes son
presentados como enemigos, cuáles son las tecnologías específicas del
castigo, todos indicios que permiten reconstruir el núcleo duro del
orden hegemónico y su impacto sobre los cuerpos concretos de los
sujetos. Esa violencia, legitimada jurídicamente en virtud de estar
administrada por los Estados –funcionales a las redes de poder
corporativo y transnacional–, se despliega a través de dos grandes
combates, definidos como guerras. Por un lado, la guerra antiterrorista,
que permite expandir el nuevo orden global al invadir territorios y
apropiarse de sus recursos; por otro, la guerra contra el crimen, que
conduce al encierro creciente de jóvenes y pobres en aras de la supuesta
seguridad interior. No son guerras verdaderas sino formas de la
violencia estatal que se dirigen principalmente contra disidentes y
excluidos.
Con un estilo diáfano y contundente, Pilar Calveiro propone un
diagnóstico preciso, demoledor, del orden actual, y una reflexión sobre
el modo en que se construye la hegemonía y sobre el riesgo de la
violencia represiva que afrontan las democracias cada vez que se impone
un “escenario bélico”.
In LSD Veritas -
Benvinguts al meu racó.
Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Volvemos a lo de siempre, Albert: el Estado es el instrumento de la oligarquía, de modo que sólo son planteables dos posibilidades lógicas para combatirla: conquistar o abolir el Estado. Es decir, la democracia (real, no "formal") o la revolución social.
Apunto el libro.
Este libro toca temas de suma importancia para el control de la sociedad en general, otro libro que encontré por casualidad.
Publicar un comentario