Gaddafi visto por "Red Voltaire" y "El Mundo".
Diferentes puntos de vista sobre la figura de Gaddafi, pueden distorsionar la realidad del conflicto en Libia sobre la opinión pública en general,como se aprecia en este caso.
Compilación de artítulos publicados en el Mundo: Sin lágrimas para Gadafi:
Trípoli sigue enzarzada en una interminable celebración. Ni siquiera la conquista de la ciudad por los rebeldes y el desmoronamiento del régimen concertó tanta alegría como la muerte de Muamar Gadafi.
Los tripolitanos respiran tranquilos, pues ya saben con certeza que el
Hermano Líder no puede volver nunca más a acechar sus vidas.
En el barrio italiano, situado en el centro de la ciudad, bordeando la Plaza de los Mártires, llevan sin agua desde hace diez días. Pero una corriente verde, negra y roja fluye por las calles. Ni una lágrima se ha vertido por la triste suerte del coronel, quien fuera un día aclamado como el ‘padre’ de los libios. La población del país no perdona al dictador la feroz represión que desató contra las ansias de libertad durante los últimos meses.
Tampoco olvidan los últimos 42 años bajo su yugo. En Bab al Aziziya, el complejo presidencial del régimen, se ha improvisado un zoco popular. Allí se venden animales domésticos, alimentos y ropa. Hay hasta peleas de perros para divertimento de los más aguerridos donde antes se alzaba el monumento del puño que aplasta un avión, símbolo del antioccidentalismo de Gadafi.
Muchos de los que se acercan al mercado, pasan también a ver la que fuera mansión del dictador. El complejo residencial luce desvencijado:
todos los muebles, los libros y electrodomésticos han sido saqueados;
la piscina, cegada; el césped, arrasado. "He venido a ver la casa de
Gadafi. Estoy tan feliz… Ya me alegró que huyera, pero ahora, saber que ha muerto, me llena de felicidad", confesaba con candidez Fatma Hqaiq.
Nuri Tumi también se muestra eufórico ante la muerte del sátrapa libio. “Por supuesto que me alegro de que lo mataran. No podía tener otro final”, afirma. Mohamed el Kesh, portavoz del Consejo Nacional de Transición (CNT), difiere de esta opinión. “Yo no quería que mataran a Gadafi; quería que sufriera. Quería ponerlo en una jaula y llevarlo ante un tribunal. Para él, la muerte ha sido una salida”, afirma a ELMUNDO.es.
A las puertas de la transición Entre las miles de personas que participaron en el rezo del viernes, Hamim Mohamed Nuri, de 44 años, escondía una razón especial para transmitir sus anhelos en sus oraciones. “Pienso en mi país, Siria. Me gustaría que este día llegara a mi tierra. Que un golpe de Estado derroque a Bashar Asad”, revela.
Aniquilado Gadafi, la guerra ha llegado a su fin. Y ahora, una vez que las armas acallen su estruendo, el CNT se prepara para dirigir la transición política. Lo primero es la Declaración de Liberación, con la que el país iniciará una nueva etapa. Anoche, las autoridades revolucionarias retrasaron este comunicado de hoy a mañana domingo.
El pronunciamiento –que hará el presidente del CNT, Mustafa Abdel Yalil- se hará en Bengasi, la capital de la revolución libia, donde todo empezó un 17 de febrero. “En unos días, quizá en una semana, se anunciará en Trípoli el Gobierno de Transición”, según señalaron a este medio fuentes del CNT. Los miembros del Gabinete interino serán monitorizados por el CNT, un órgano de 55 miembros que tendrá derecho de veto sobre el cuerpo legislativo.
Ese gobierno provisional se disolverá en ocho meses, según la Hoja de Ruta elaborada por el CNT. Aunque el viceprimer ministro, Ali Tarhuni, admitió que podría prolongarse durante más tiempo. Tras este periodo, los libios tendrán que votar en referéndum una Constitución y elegir su primer Ejecutivo democrático.
Muchas dudas surgen sobre la suerte de aquellos que un día simpatizaron con el régimen de Gadafi. “Perdonaremos a los que apoyaron a Gadafi si no tienen sangre en sus manos”, afirma Haizam al Amri, un ingeniero informático que fue forzado a trabajar del lado del régimen hasta que huyó a Túnez para unirse a la rebelión. “Ellos aún viven en la oscuridad, pero ahora es el tiempo de la luz”, añade.
El portavoz del CNT, Mohamed el Kesh, se mostró también partidario de una amnistía para los que no cometieron ningún crimen. Sin embargo, El Kesh no indicó si existe la consigna desde el CNT de detener y entregar a las autoridades a los progadafistas. Ante el caos que reina en Libia –donde cada hombre tiene al menos un arma- cualquiera puede tomarse la justicia por su mano.
La OTAN no sabía que estaba atacando el convoy de Gadafi:
Los embajadores de los países aliados acordaron de forma preliminar concluir las operaciones ese día, y "tomaremos la decisión definitiva a comienzos de la próxima semana" después de mantener consultas con la ONU y el CNT, ha dicho Rasmussen en una rueda de prensa. Hasta finales de mes, la Alianza Atlántica reducirá progresivamente las capacidades de su misión, si bien seguirá controlando la situación y con medios "para responder a las amenazas a los civiles si fuera necesario", añadió.
El anuncio se produjo después de una disputada reunión -sólo un día después de la muerte del dictador libio Muamar Gadafi- y en la que las diferencias entre los aliados hicieron que el acuerdo llegara cuatro horas más tarde de lo previsto.
El comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense James Stavridis, había anunciado antes del inicio de la reunión que iba a proponer a los países de la Alianza el fin de la misión militar en Libia.
Sin embargo, en la reunión hubo distintas posturas entre los aliados: desde los que apoyaban concluir ya la misión hasta los que pedían continuar un tiempo más hasta que la situación en Libia se haya estabilizado.
Una operación legítima
En el barrio italiano, situado en el centro de la ciudad, bordeando la Plaza de los Mártires, llevan sin agua desde hace diez días. Pero una corriente verde, negra y roja fluye por las calles. Ni una lágrima se ha vertido por la triste suerte del coronel, quien fuera un día aclamado como el ‘padre’ de los libios. La población del país no perdona al dictador la feroz represión que desató contra las ansias de libertad durante los últimos meses.
Tampoco olvidan los últimos 42 años bajo su yugo. En Bab al Aziziya, el complejo presidencial del régimen, se ha improvisado un zoco popular. Allí se venden animales domésticos, alimentos y ropa. Hay hasta peleas de perros para divertimento de los más aguerridos donde antes se alzaba el monumento del puño que aplasta un avión, símbolo del antioccidentalismo de Gadafi.
Nuri Tumi también se muestra eufórico ante la muerte del sátrapa libio. “Por supuesto que me alegro de que lo mataran. No podía tener otro final”, afirma. Mohamed el Kesh, portavoz del Consejo Nacional de Transición (CNT), difiere de esta opinión. “Yo no quería que mataran a Gadafi; quería que sufriera. Quería ponerlo en una jaula y llevarlo ante un tribunal. Para él, la muerte ha sido una salida”, afirma a ELMUNDO.es.
A las puertas de la transición Entre las miles de personas que participaron en el rezo del viernes, Hamim Mohamed Nuri, de 44 años, escondía una razón especial para transmitir sus anhelos en sus oraciones. “Pienso en mi país, Siria. Me gustaría que este día llegara a mi tierra. Que un golpe de Estado derroque a Bashar Asad”, revela.
Aniquilado Gadafi, la guerra ha llegado a su fin. Y ahora, una vez que las armas acallen su estruendo, el CNT se prepara para dirigir la transición política. Lo primero es la Declaración de Liberación, con la que el país iniciará una nueva etapa. Anoche, las autoridades revolucionarias retrasaron este comunicado de hoy a mañana domingo.
El pronunciamiento –que hará el presidente del CNT, Mustafa Abdel Yalil- se hará en Bengasi, la capital de la revolución libia, donde todo empezó un 17 de febrero. “En unos días, quizá en una semana, se anunciará en Trípoli el Gobierno de Transición”, según señalaron a este medio fuentes del CNT. Los miembros del Gabinete interino serán monitorizados por el CNT, un órgano de 55 miembros que tendrá derecho de veto sobre el cuerpo legislativo.
Ese gobierno provisional se disolverá en ocho meses, según la Hoja de Ruta elaborada por el CNT. Aunque el viceprimer ministro, Ali Tarhuni, admitió que podría prolongarse durante más tiempo. Tras este periodo, los libios tendrán que votar en referéndum una Constitución y elegir su primer Ejecutivo democrático.
Muchas dudas surgen sobre la suerte de aquellos que un día simpatizaron con el régimen de Gadafi. “Perdonaremos a los que apoyaron a Gadafi si no tienen sangre en sus manos”, afirma Haizam al Amri, un ingeniero informático que fue forzado a trabajar del lado del régimen hasta que huyó a Túnez para unirse a la rebelión. “Ellos aún viven en la oscuridad, pero ahora es el tiempo de la luz”, añade.
El portavoz del CNT, Mohamed el Kesh, se mostró también partidario de una amnistía para los que no cometieron ningún crimen. Sin embargo, El Kesh no indicó si existe la consigna desde el CNT de detener y entregar a las autoridades a los progadafistas. Ante el caos que reina en Libia –donde cada hombre tiene al menos un arma- cualquiera puede tomarse la justicia por su mano.
La OTAN no sabía que estaba atacando el convoy de Gadafi:
La OTAN aseguró este viernes que sus comandantes desconocían que Muamar Gadafi viajaba en el convoy que sus aviones bombardearon mientras huía de la ciudad de Sirte. La operación terminó por permitir a las fuerzas rebeldes la captura del dictador libio.
En un comunicado, la Alianza Atlántica intentó aclarar su participación en los acontecimientos del jueves. Según explicó, sus aviones divisaron un grupo de unos 75 vehículos que abandonaba Sirte "a gran velocidad". Se trataba de un convoy que transportaba "una cantidad sustancial de armas y munición", lo que "planteaba una amenaza significativa para la población civil local".
La aviación aliada lanzó entonces un primer ataque, que destruyó un vehículo y logró romper el convoy, que se dispersó. Un grupo de unos 20 vehículos continuó "a gran velocidad en dirección sur" y seguía planteando una "amenaza significativa", por lo que otra unidad aérea de la OTAN le atacó.
"En el momento del ataque, la Alianza Atlántica no sabía que Gadafi estaba en el convoy", explica la organización atlántica en un comunicado, subrayando que la intervención se llevó a cabo "únicamente para reducir la amenaza contra la población civil, tal y como se requiere hacer bajo el mandato de la ONU".
La OTAN indicó además que, como ha hecho durante todo el conflicto, no dirigió ninguno de sus ataques contra individuos en concreto. "Después supimos de distintas fuentes y de la Inteligencia aliada que Gadafi estaba en el convoy y que el ataque probablemente contribuyó a su captura", señala la nota.
Mientras, el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense James Stavridis, anunció que este viernes iba a proponer a los países de la Alianza el fin de la misión en Libia.
La OTAN concluirá su misión en Libia el 31 de octubre: La OTAN ha
acordado este miércoles concluir su misión en Libia el 31 de octubre
tras consultar con las Naciones Unidas y el Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, según ha anunciado el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen.En un comunicado, la Alianza Atlántica intentó aclarar su participación en los acontecimientos del jueves. Según explicó, sus aviones divisaron un grupo de unos 75 vehículos que abandonaba Sirte "a gran velocidad". Se trataba de un convoy que transportaba "una cantidad sustancial de armas y munición", lo que "planteaba una amenaza significativa para la población civil local".
La aviación aliada lanzó entonces un primer ataque, que destruyó un vehículo y logró romper el convoy, que se dispersó. Un grupo de unos 20 vehículos continuó "a gran velocidad en dirección sur" y seguía planteando una "amenaza significativa", por lo que otra unidad aérea de la OTAN le atacó.
"En el momento del ataque, la Alianza Atlántica no sabía que Gadafi estaba en el convoy", explica la organización atlántica en un comunicado, subrayando que la intervención se llevó a cabo "únicamente para reducir la amenaza contra la población civil, tal y como se requiere hacer bajo el mandato de la ONU".
La OTAN indicó además que, como ha hecho durante todo el conflicto, no dirigió ninguno de sus ataques contra individuos en concreto. "Después supimos de distintas fuentes y de la Inteligencia aliada que Gadafi estaba en el convoy y que el ataque probablemente contribuyó a su captura", señala la nota.
Mientras, el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense James Stavridis, anunció que este viernes iba a proponer a los países de la Alianza el fin de la misión en Libia.
Los embajadores de los países aliados acordaron de forma preliminar concluir las operaciones ese día, y "tomaremos la decisión definitiva a comienzos de la próxima semana" después de mantener consultas con la ONU y el CNT, ha dicho Rasmussen en una rueda de prensa. Hasta finales de mes, la Alianza Atlántica reducirá progresivamente las capacidades de su misión, si bien seguirá controlando la situación y con medios "para responder a las amenazas a los civiles si fuera necesario", añadió.
El anuncio se produjo después de una disputada reunión -sólo un día después de la muerte del dictador libio Muamar Gadafi- y en la que las diferencias entre los aliados hicieron que el acuerdo llegara cuatro horas más tarde de lo previsto.
El comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense James Stavridis, había anunciado antes del inicio de la reunión que iba a proponer a los países de la Alianza el fin de la misión militar en Libia.
Sin embargo, en la reunión hubo distintas posturas entre los aliados: desde los que apoyaban concluir ya la misión hasta los que pedían continuar un tiempo más hasta que la situación en Libia se haya estabilizado.
Una operación legítima
Rasmussen ha restado importancia a estas diferencias y ha recalcado que las decisiones de la OTAN se toman por consenso entre todos sus miembros.
El secretario general ha destacado que el ataque de dos aviones de la OTAN ayer contra el convoy en el que viajaba Gadafi cerca de la ciudad de Sirte, y que propició su muerte y captura, fue "una operación legítima" dentro del mandato que la ONU dio a la organización.
Preguntado acerca de la muerte de Gadafi a manos de los rebeldes libios, Rasmussen ha mostrado su esperanza en que "la nuevas autoridades de Libia asuman totalmente los principios básicos del Estado de derecho, respeto a los derechos humanos y completa transparencia"
El secretario general ha destacado que el ataque de dos aviones de la OTAN ayer contra el convoy en el que viajaba Gadafi cerca de la ciudad de Sirte, y que propició su muerte y captura, fue "una operación legítima" dentro del mandato que la ONU dio a la organización.
Preguntado acerca de la muerte de Gadafi a manos de los rebeldes libios, Rasmussen ha mostrado su esperanza en que "la nuevas autoridades de Libia asuman totalmente los principios básicos del Estado de derecho, respeto a los derechos humanos y completa transparencia"
Fuente: "El mundo"
El lichamiento de Muammar Gaddafi. por Thierry Meyssan
La
muerte de Muammar al-Gaddafi ha sido celebrada con suma alegría en los
palacios presidenciales occidentales, esa misma alegría ha estado
ausente en la mayoría del pueblo libio. Para Thierry Meyssan, este
asesinato militarmente inútil ha sido perpetrado por el Imperio no
solamente como ejemplo, sino también para desestructurar la sociedad
tribal libia.
Durante 42 años, Mouammar Gaddafi ha protegido su país del colonialismo occidental. Hoy, él ha pasado a formar parte, junto con Omar al-Mokhtar (ver film histórico), en el panteón de los héroes nacionales libios.
_________________________________________
Jueves, 20 de octubre 2011, a 13h30 GMT, el Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia anunció la muerte de Muammar el-Gaddafi. A pesar de las gran confusión inicial, los primeros elementos sugieren que una caravana de coches intentaban salir de la ciudad de Sirte, ciudad sitiada, en donde la caravana fue bloqueada o en parte destruida por los bombardeos de la OTAN. Los sobrevivientes de esta caravana, dicen, se refugiaron entonces en las tuberías de una canalización. Gaddafi, que habría resultado herido, fue entonces capturado por la brigada Tigre de la tribu de los Misrata que habría aprovechado la ocasión para lincharlo.
El cuerpo del «Guía» de la Gran Jamahiriya Árabe Socialista no fue autorizado a que sea conservado en su ciudad natal de Sirte, o transportado a Trípoli, la capital, para su entierro, el cuerpo ha sido enviado como un trofeo de guerra por los Misrata a la ciudad del mismo nombre.
La tribu de los Misrata, que durante bastante tiempo dudó que campo escoger [el de los rebeldes o el de Gaddafi] y que en la actualidad prácticamente no tiene representante dentro del CNT, habrá dado finalmente el asalto de Trípoli después del bombardeo de la OTAN, y habrá linchado a Muammar el-Gaddafi tras el bombardeo de su caravana por la OTAN. E incluso ha trasladado el cuerpo del «Guía» a su ciudad para celebrar su triunfo. En julio, el «Guía» habría maldecido a los Misrata, instándolos de partir hacia Estambul y Tel Aviv, refiriéndose al hecho de que su tribu proviene de judíos turcos inmigrantes que se convirtieron al Islam.
Una avalancha de comentarios preparados bien de antemano han sido lanzados masivamente en todos los medios comerciales atlantistas con finalidad de demonizar una vez más a Gaddafi, y por lo tanto, hacer olvidar las condiciones bárbaras de su linchamiento y muerte.
Los principales dirigentes de la Coalición [de la OTAN] han celebrado jubilosamente la muerte de su enemigo y dicen estos que marca el acto final de la operación «Protector Unificado». Al hacerlo, ellos admiten implícitamente que dicha operación no tenía como finalidad hacer respetar y aplicar la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, sino que tenía más bien como finalidad la de derribar un sistema político y la de matar a un líder, es decir al presidente de una nación, y esto a pesar que el asesinato de un jefe de estado en función está prohibido por la ley [jurisprudencia] de EE.UU. y condenado universalmente.
Además, el linchamiento de Muammar el Gadafi, demuestra la voluntad de la OTAN de no querer llevarlo ante la Corte Penal Internacional para juzgarlo simplemente porque no hubiera sido capaz de condenarlo por crímenes contra la humanidad a falta de pruebas fehacientes, de la misma manera que el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia no pudo demostrar la culpabilidad de Slobodan Milosevic, a pesar de dos años de proceso.
En el torrente de barro y de calumnias vertidas por los medios de comunicación comercial atlantistas para ensuciar el legado y la memoria de Gaddafi, las mentiras y falsas acusaciones son repetidas constantemente, lo que demuestra a contrario que estos medios de comunicación tienen en realidad pocos elementos que sean auténticos y que pudiesen ser utilizados en contra de Gaddafi.
Así llega el caso del atentado contra la discoteca La Belle en Berlín (5 de abril de 1986, tres muertos, era en esa entonces la RFA República Federal de Alemania), suceso que fue utilizado como pretexto por la administración Reagan para bombardear su palacio y matar a su hija (14 de abril de 1986, por lo menos 50 muertos). En esa entonces, el fiscal alemán Detlev Mehlis (el mismo fiscal alemán que veinte años más tarde lo vamos a encontrar a cargo de la investigación del asesinato del primer ministro libanés Rafik al-Hariri y la falsificación de esta investigación) se basó en el testimonio de Eter Mushad para acusar a un diplomático libio y su cómplice Mohammed Amair. Sin embargo, la televisión alemana ZDF descubrió más tarde que Mushad Eter era un testigo falso y más bien un verdadero agente de la CIA, mientras que el atacante Mahammed Aamir era un agente del Mossad [1].
O el caso del atentado de Lockerbie (21 de diciembre de 1988, 270 muertes): los investigadores identificaron al dueño de la maleta que contenía la bomba y el sistema relojero para activar el explosivo gracias al testimonio de un comerciante maltés que había vendido un pantalón, pantalón que fue encontrado en la misma maleta-bomba. La justicia escocesa acusó entonces a dos agentes libios Abdelbasset Ali Mohmed Al Megrahi y Al Amin Khalifa Fhimah y el Consejo de Seguridad de la ONU tomó las sanciones contra Libia.
En última instancia, para poner fin a las sanciones, Libia accedió extraditar a los dos agentes (el primero fue condenado a cadena perpetua, el segundo fue absuelto) y a pagar $ 2.7 mil millones en compensación, mientras que el acusado prisionero continua proclamando su inocencia hasta hoy día.
En definitiva, en agosto de 2005, uno de los responsables escoceses encargado de la investigación declaró que la principal prueba, el sistema auto-disparador (temporizador o sistema relojero desencadenando la bomba) había sido colocado en el lugar del accidente por un agente de la CIA.
Más tarde, el mismo experto que había analizado el temporizador (relojero) para el tribunal admitió que él mismo había fabricado ese aparato antes que la CIA lo ponga sobre el lugar del accidente [donde cayeron los restos del avión]. Finalmente, el comerciante y vendedor de pantalones de Malta admitió haber recibido 2 millones de dólares para dar un falso testimonio. Las autoridades escocesas decidieron revisar el caso y el proceso, pero la salud de Abdel Basset Ali Mohmed Al Megrahi no lo permitió.
La actual campaña de desinformación [sobre Libia y Gaddafi] incluye también un aspecto sobre el estilo de vida del reciente difunto. Se le describe como un faraón con su suntuoso y lujoso modo de vida, de su astronómica fortuna oculta. Pero todos aquellos que conocieron de cerca a Muammar el Gadafi, o simplemente aquellos que han visitado su casa de familia y su residencia después de los bombardeos pueden dar fe de que él vivía en un ambiente similar al de la burguesía de su país, lejos de la ostentación jet-set de su ministro de Planificación, Mahmoud Jibril.
Del mismo modo, ninguno de los países que siguen investigando el paradero de la fortuna oculta de Gadafi, busqueda que se ha prolongado durante meses, ha sido capaz de encontrar esto. Todo el material y sumas incautadas pertenecían al gobierno libio y no al «Guía».
Al contrario, los medios de comunicación comerciales atlantistas sólo mencionan la orden de arresto internacional emitida por Interpol contra Muammar el-Gaddafi antes que comience la ofensiva de la OTAN sobre Libia.
Pero estos mismos medios de comunicación no dicen nada de la acusación de la justicia libanesa contra Gaddafi por haber eliminado al imán Musa Sadr y sus compañeros (en 1978). Esta omisión se debe al hecho de que el secuestro fue patrocinado por los Estados Unidos que quería eliminar a este imán chiíta antes de dejar que el ayatolá Ruhollah Jomeini regrese a Irán, por miedo a que Sadr no extienda por el Líbano la influencia de la revolución iraní.
Los medios de comunicación atlantistas no mencionan las críticas formuladas por la Resistencia civil anti-imperialista libanesa y las que también hicimos nosotros contra Muammar el-Gaddafi: sus compromisos oportunistas con Israel.
Por mi parte, puedo asegurar que, hasta la batalla de Trípoli, el «Guía» negoció con los enviados de Israel, con la esperanza de poder comprar la protección de Tel Aviv.
También debo testimoniar que, a pesar de mis críticas a su política internacional, y a pesar del expediente completo acerca de mí que la DCRI (rama de los servicios secretos franceses) le había proporcionado amablemente en julio en un intento para que me arrestaran, Muammar el Gadafi, me dió su confianza y me pidió que ayudara a su país para hacer valer sus derechos ante las Naciones Unidas [2], un comportamiento que no refleja la de un tirano abyecto.
Los medios de comunicación comerciales atlantistas no mencionaron tampoco las injerencias de Libia en la vida política francesa, ingerencia de Libia que yo condené, sobre todo acerca del financiamiento ilegal de la campaña electoral presidencial de Nicolas Sarkozy y de Ségolène Royal. El «Guía» había autorizado a su cuñado Abdallah Senoussi para que corrompa a los dos principales candidatos presidenciales franceses a cambio de la promesa de darle una amnistía o de ejercer presión sobre la justicia francesa para que cierren su expediente penal. [3]
Pero sobre todo, los medios de comunicación atlantistas nunca mencionaron el principal trabajo del «Guía»: el derrocamiento de una monarquía títere impuesta por los anglosajones, la expulsión de las tropas extranjeras estacionadas en Libia, la nacionalización de los hidrocarburos, la construcción del Man Made River (el sistema de irrigación más importante en el mundo), la redistribución de las ganancias del petróleo dentro de la población (que hizo que una de las poblaciones más pobres del mundo sea la más rica de África), el asilo generoso a los refugiados palestinos y la ayuda al desarrollo sin precedentes en el Tercer Mundo (la ayuda de Libia al desarrollo era más importante que la toda la ayuda reunida de los países del G-20).
La muerte de Muammar el Gadafi, no va a cambiar nada en el plano internacional. El acontecimiento más importante fue la caída de Trípoli, ciudad bombardeada masivamente y conquistada por la OTAN —sin duda el peor crimen de guerra en este siglo—, seguido de la entrada de la tribu de los Misrata para controlar la capital [y la masacre de inocentes].
Semanas antes que comience la batalla de Trípoli, la gran mayoría de los ciudadanos libios participaron, viernes tras viernes, en masivas manifestaciones contra la OTAN, contra el CNT y a favor de Gaddafi.
Ahora el país está destruido y están gobernados por la OTAN y sus títeres fantoches del CNT.
La muerte del «Guía» tendrá por otro lado un efecto traumático y durable en la sociedad libia. Matando con sus sicarios al líder del país, la OTAN ha destruido la esencia misma del principio de autoridad. Será necesario muchos años y mucha violencia antes que un nuevo líder pueda surgir y sea reconocido por el conjunto de las tribus, o que el sistema tribal sea remplazado por otro modo de organización social.
En este sentido, la muerte de Muammar el Gadafi, abre un período de incertidumbre y desestabilización para el país, país que puede ir camino a una iraquización o somalización de su territorio [en referencia a Irak y Somalia dos estados fallidos en la actualidad].
Fuente: "Red Voltaire"
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Jueves, 20 de octubre 2011, a 13h30 GMT, el Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia anunció la muerte de Muammar el-Gaddafi. A pesar de las gran confusión inicial, los primeros elementos sugieren que una caravana de coches intentaban salir de la ciudad de Sirte, ciudad sitiada, en donde la caravana fue bloqueada o en parte destruida por los bombardeos de la OTAN. Los sobrevivientes de esta caravana, dicen, se refugiaron entonces en las tuberías de una canalización. Gaddafi, que habría resultado herido, fue entonces capturado por la brigada Tigre de la tribu de los Misrata que habría aprovechado la ocasión para lincharlo.
El cuerpo del «Guía» de la Gran Jamahiriya Árabe Socialista no fue autorizado a que sea conservado en su ciudad natal de Sirte, o transportado a Trípoli, la capital, para su entierro, el cuerpo ha sido enviado como un trofeo de guerra por los Misrata a la ciudad del mismo nombre.
La tribu de los Misrata, que durante bastante tiempo dudó que campo escoger [el de los rebeldes o el de Gaddafi] y que en la actualidad prácticamente no tiene representante dentro del CNT, habrá dado finalmente el asalto de Trípoli después del bombardeo de la OTAN, y habrá linchado a Muammar el-Gaddafi tras el bombardeo de su caravana por la OTAN. E incluso ha trasladado el cuerpo del «Guía» a su ciudad para celebrar su triunfo. En julio, el «Guía» habría maldecido a los Misrata, instándolos de partir hacia Estambul y Tel Aviv, refiriéndose al hecho de que su tribu proviene de judíos turcos inmigrantes que se convirtieron al Islam.
Una avalancha de comentarios preparados bien de antemano han sido lanzados masivamente en todos los medios comerciales atlantistas con finalidad de demonizar una vez más a Gaddafi, y por lo tanto, hacer olvidar las condiciones bárbaras de su linchamiento y muerte.
Los principales dirigentes de la Coalición [de la OTAN] han celebrado jubilosamente la muerte de su enemigo y dicen estos que marca el acto final de la operación «Protector Unificado». Al hacerlo, ellos admiten implícitamente que dicha operación no tenía como finalidad hacer respetar y aplicar la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, sino que tenía más bien como finalidad la de derribar un sistema político y la de matar a un líder, es decir al presidente de una nación, y esto a pesar que el asesinato de un jefe de estado en función está prohibido por la ley [jurisprudencia] de EE.UU. y condenado universalmente.
Además, el linchamiento de Muammar el Gadafi, demuestra la voluntad de la OTAN de no querer llevarlo ante la Corte Penal Internacional para juzgarlo simplemente porque no hubiera sido capaz de condenarlo por crímenes contra la humanidad a falta de pruebas fehacientes, de la misma manera que el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia no pudo demostrar la culpabilidad de Slobodan Milosevic, a pesar de dos años de proceso.
En el torrente de barro y de calumnias vertidas por los medios de comunicación comercial atlantistas para ensuciar el legado y la memoria de Gaddafi, las mentiras y falsas acusaciones son repetidas constantemente, lo que demuestra a contrario que estos medios de comunicación tienen en realidad pocos elementos que sean auténticos y que pudiesen ser utilizados en contra de Gaddafi.
Así llega el caso del atentado contra la discoteca La Belle en Berlín (5 de abril de 1986, tres muertos, era en esa entonces la RFA República Federal de Alemania), suceso que fue utilizado como pretexto por la administración Reagan para bombardear su palacio y matar a su hija (14 de abril de 1986, por lo menos 50 muertos). En esa entonces, el fiscal alemán Detlev Mehlis (el mismo fiscal alemán que veinte años más tarde lo vamos a encontrar a cargo de la investigación del asesinato del primer ministro libanés Rafik al-Hariri y la falsificación de esta investigación) se basó en el testimonio de Eter Mushad para acusar a un diplomático libio y su cómplice Mohammed Amair. Sin embargo, la televisión alemana ZDF descubrió más tarde que Mushad Eter era un testigo falso y más bien un verdadero agente de la CIA, mientras que el atacante Mahammed Aamir era un agente del Mossad [1].
O el caso del atentado de Lockerbie (21 de diciembre de 1988, 270 muertes): los investigadores identificaron al dueño de la maleta que contenía la bomba y el sistema relojero para activar el explosivo gracias al testimonio de un comerciante maltés que había vendido un pantalón, pantalón que fue encontrado en la misma maleta-bomba. La justicia escocesa acusó entonces a dos agentes libios Abdelbasset Ali Mohmed Al Megrahi y Al Amin Khalifa Fhimah y el Consejo de Seguridad de la ONU tomó las sanciones contra Libia.
En última instancia, para poner fin a las sanciones, Libia accedió extraditar a los dos agentes (el primero fue condenado a cadena perpetua, el segundo fue absuelto) y a pagar $ 2.7 mil millones en compensación, mientras que el acusado prisionero continua proclamando su inocencia hasta hoy día.
En definitiva, en agosto de 2005, uno de los responsables escoceses encargado de la investigación declaró que la principal prueba, el sistema auto-disparador (temporizador o sistema relojero desencadenando la bomba) había sido colocado en el lugar del accidente por un agente de la CIA.
Más tarde, el mismo experto que había analizado el temporizador (relojero) para el tribunal admitió que él mismo había fabricado ese aparato antes que la CIA lo ponga sobre el lugar del accidente [donde cayeron los restos del avión]. Finalmente, el comerciante y vendedor de pantalones de Malta admitió haber recibido 2 millones de dólares para dar un falso testimonio. Las autoridades escocesas decidieron revisar el caso y el proceso, pero la salud de Abdel Basset Ali Mohmed Al Megrahi no lo permitió.
La actual campaña de desinformación [sobre Libia y Gaddafi] incluye también un aspecto sobre el estilo de vida del reciente difunto. Se le describe como un faraón con su suntuoso y lujoso modo de vida, de su astronómica fortuna oculta. Pero todos aquellos que conocieron de cerca a Muammar el Gadafi, o simplemente aquellos que han visitado su casa de familia y su residencia después de los bombardeos pueden dar fe de que él vivía en un ambiente similar al de la burguesía de su país, lejos de la ostentación jet-set de su ministro de Planificación, Mahmoud Jibril.
Del mismo modo, ninguno de los países que siguen investigando el paradero de la fortuna oculta de Gadafi, busqueda que se ha prolongado durante meses, ha sido capaz de encontrar esto. Todo el material y sumas incautadas pertenecían al gobierno libio y no al «Guía».
Al contrario, los medios de comunicación comerciales atlantistas sólo mencionan la orden de arresto internacional emitida por Interpol contra Muammar el-Gaddafi antes que comience la ofensiva de la OTAN sobre Libia.
Pero estos mismos medios de comunicación no dicen nada de la acusación de la justicia libanesa contra Gaddafi por haber eliminado al imán Musa Sadr y sus compañeros (en 1978). Esta omisión se debe al hecho de que el secuestro fue patrocinado por los Estados Unidos que quería eliminar a este imán chiíta antes de dejar que el ayatolá Ruhollah Jomeini regrese a Irán, por miedo a que Sadr no extienda por el Líbano la influencia de la revolución iraní.
Los medios de comunicación atlantistas no mencionan las críticas formuladas por la Resistencia civil anti-imperialista libanesa y las que también hicimos nosotros contra Muammar el-Gaddafi: sus compromisos oportunistas con Israel.
Por mi parte, puedo asegurar que, hasta la batalla de Trípoli, el «Guía» negoció con los enviados de Israel, con la esperanza de poder comprar la protección de Tel Aviv.
También debo testimoniar que, a pesar de mis críticas a su política internacional, y a pesar del expediente completo acerca de mí que la DCRI (rama de los servicios secretos franceses) le había proporcionado amablemente en julio en un intento para que me arrestaran, Muammar el Gadafi, me dió su confianza y me pidió que ayudara a su país para hacer valer sus derechos ante las Naciones Unidas [2], un comportamiento que no refleja la de un tirano abyecto.
Los medios de comunicación comerciales atlantistas no mencionaron tampoco las injerencias de Libia en la vida política francesa, ingerencia de Libia que yo condené, sobre todo acerca del financiamiento ilegal de la campaña electoral presidencial de Nicolas Sarkozy y de Ségolène Royal. El «Guía» había autorizado a su cuñado Abdallah Senoussi para que corrompa a los dos principales candidatos presidenciales franceses a cambio de la promesa de darle una amnistía o de ejercer presión sobre la justicia francesa para que cierren su expediente penal. [3]
Pero sobre todo, los medios de comunicación atlantistas nunca mencionaron el principal trabajo del «Guía»: el derrocamiento de una monarquía títere impuesta por los anglosajones, la expulsión de las tropas extranjeras estacionadas en Libia, la nacionalización de los hidrocarburos, la construcción del Man Made River (el sistema de irrigación más importante en el mundo), la redistribución de las ganancias del petróleo dentro de la población (que hizo que una de las poblaciones más pobres del mundo sea la más rica de África), el asilo generoso a los refugiados palestinos y la ayuda al desarrollo sin precedentes en el Tercer Mundo (la ayuda de Libia al desarrollo era más importante que la toda la ayuda reunida de los países del G-20).
La muerte de Muammar el Gadafi, no va a cambiar nada en el plano internacional. El acontecimiento más importante fue la caída de Trípoli, ciudad bombardeada masivamente y conquistada por la OTAN —sin duda el peor crimen de guerra en este siglo—, seguido de la entrada de la tribu de los Misrata para controlar la capital [y la masacre de inocentes].
Semanas antes que comience la batalla de Trípoli, la gran mayoría de los ciudadanos libios participaron, viernes tras viernes, en masivas manifestaciones contra la OTAN, contra el CNT y a favor de Gaddafi.
Ahora el país está destruido y están gobernados por la OTAN y sus títeres fantoches del CNT.
La muerte del «Guía» tendrá por otro lado un efecto traumático y durable en la sociedad libia. Matando con sus sicarios al líder del país, la OTAN ha destruido la esencia misma del principio de autoridad. Será necesario muchos años y mucha violencia antes que un nuevo líder pueda surgir y sea reconocido por el conjunto de las tribus, o que el sistema tribal sea remplazado por otro modo de organización social.
En este sentido, la muerte de Muammar el Gadafi, abre un período de incertidumbre y desestabilización para el país, país que puede ir camino a una iraquización o somalización de su territorio [en referencia a Irak y Somalia dos estados fallidos en la actualidad].
Fuente: "Red Voltaire"
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