In LSD Veritas -
Benvinguts al meu racó.
Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.
sábado, 15 de enero de 2011
Crimen institucionalizado.
Tras el final de la dictadura en España, y con la llegada de la transición “democrática”, se abre un nuevo camino a la tan ansiada libertad de expresión, para todos los partidos políticos, un nuevo horizonte se vislumbra en la política española y en el ejercicio de las libertades colectivas ideológicas de los sindicatos y en general de todo el conglomerado perteneciente a los partidos políticos.
La supuesta “democracia”, o lo que ha sido, una farsa, consecuencia de un engaño para la totalidad de la ciudadanía.
Como veremos a continuación y como lo han demostrado los hechos que han ido aconteciendo a lo largo de todos estos años de supuestas libertades ideológicas con todo lo que también conlleva.
Diversos escándalos de corrupción en todo el tejido y entramado político social y militar han sido y son para el conjunto de toda la nación del Estado español hechos comunes, el “pan de cada día” para el ciudadano español, podríamos poner como ejemplo innumerables casos que serían interminables, pero voy a centrar la atención en uno, que merece en mi opinión una especial relevancia significativa.
El caso del ex-general de la guardia civil Enrique Rodríguez Galindo, coronel en el cuartel de Itxaurrondo (San Sebastian), es la viva imagen de la corrupción democrática ejercida en el Estado español, en el documental de investigación de Kalegorria “ Narcos, la ruta de la impunidad”, documenta con todo lujo de detalles, los tejemanejes llevados a cabo entre guardia civiles, capos de la droga (narcotraficantes) y políticos en el norte del territorio español en la década de los 80, con el poder que le otorgaba el Estado en la lucha contra el terrorismo, Galindo con toda seguridad consiguió amasar una buena fortuna con la infraestructura que organizaron entorno a la “supuesta lucha contra el terrorismo y el crimen organizado”.
El cóctel narcotráfico, terrorismo, corrupción, en este caso, es aprovechado por los sinvergüenzas de turno, los gobernantes, de lo que se deduce que la gran mayoría de la casta política en las altas esferas pertenece a la mafia o al crimen institucionalizado, sino es incomprensible que estos hechos sucedan de forma continuada, o es que ¿nadie se lo ha preguntado todavía?
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