La clase obrera -política- pasó a denominarse mayormente clase media, una subdivisión económica que englobaba a los diferentes estratos sociales, entre ellas la alta y la baja que vendian su fuerza de trabajo para poder subsistir.
El cambio es cualitativo y cuantitativo al desaparecer el concepto y la esencia política que definia al proletario como asalariado y por lo tanto antítesis del capitalista-burgués e imponerse la jerarquía de aquel dentro de los centros de trabajo como homo economicus que compite y lucha por alcanzar un nivel más alto en el mercado laboral.
La competitividad entre las empresas dió pie a la lucha por la supervivencia entre la masa de asalariados que perdió su condición política (conciencia de clase) al quedar fragmentada por la esencia puramente económica del sistema de dominación.
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