Homenaje a Manuel Vázquez Montalbán.
Carvalho es un atípico detective privado
de personalidad rica, compleja y contradictoria, cuyas aventuras sirven
al autor para retratar, y a menudo criticar, la situación política y
cultural de la cambiante sociedad española de la última mitad del siglo XX. Por ejemplo, el proceso autodestructivo del Partido Comunista en los primeros tiempos de la transición se describe en Asesinato en el Comité Central, la caída del felipismo en los años noventa es el telón de fondo de El premio, o el discutido proceso de transformación de Barcelona con motivo de las Olimpiadas de 1992 está presente en Sabotaje Olímpico.
Carvalho es en su juventud (durante los años 50) militante del Partido Comunista de España y, de hecho, su activismo contra el régimen franquista
le lleva a la cárcel. Después, desengañado sentimental e
ideológicamente, cada vez más desencantado y siempre contradictorio,
acaba ejerciendo durante cuatro años como agente de la CIA.
Hombre de vasta cultura, otro chocante rasgo de su personalidad es su
cínica afición por condenar a la hoguera libros de su nutrida
biblioteca desde comienzos de los años 70.
De origen gallego, Barcelona
es su ciudad y, aunque es un gran viajero y muchas aventuras
transcurren en otros lugares, la notoriedad del personaje ha dado a la
capital catalana ese aire de ciudad literaria mítica que tanto aprecia
él mismo en otras, como el Singapur de William Somerset Maugham.
La pasión gastronómica de Carvalho y su ayudante Biscuter es la de su
creador, por lo que no faltan en las novelas apasionadas descripciones
culinarias de los platos más diversos.
La saga tiene su punto final con la publicación póstuma de Milenio Carvalho,
donde el protagonista, acompañado de su inseparable Biscuter, se
autoimpone una última aventura en forma de vuelta al mundo que acaba
convirtiéndose en una mirada amarga y melancólica sobre la situación
sociopolítica mundial y el paso del tiempo.
Fuente: Wikipedia.
In LSD Veritas -
Benvinguts al meu racó.
Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.
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