In LSD Veritas -
Benvinguts al meu racó.
Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.
lunes, 9 de noviembre de 2009
EL SOMNI- Christophe Farnarier- (2008)
JOAN PIPA ,L´ÚLTIM PASTOR D´OVELLES: LA TRANSHUMÀNCIA HA MORT.
Con esta reflexión se despedia uno de los últimos viajeros trashumantes de la zona norte de España, los Pirineos Catalanes. El documental de Christophe Farnarier, acompaña a Joan Pipa en su último viaje , en el que ha sido durante casi toda su vida su trabajo y su forma de vivir arraigada a la tierra, a las montañas, a la naturaleza, es en si una busqueda de la conexión del hombre con el mundo que lo rodea, el sueño que tiene el propio Joan Pipa el de vivir como un elefante en medio de la naturaleza en la que ha nacido y realmente VIVIDO, como un hombre que ha gozado del sabor de poder experimentar su vida de una forma única y especial.
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Enlace alternativo VO-C-33:
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9 comentarios:
- Eulàlia Iglesias. PUBLICO. 31.10.2008: "Western crepuscular: EL SOMNI no cae ni en idealizaciones rousseaunianas ni en catastrofismos neoecologistas. Pero transmite ese momento inasible en que un mundo empieza a quedarse sin luz, el momento del crepúsculo."
- BLOGS & DOCS. 05.11.2008: "El Somni (“El sueño”) es el primer largometraje documental del realizador y fotógrafo francés Christophe Farnarier (Marsella, 1963), residente en Girona. Película centrada en un solo personaje, un pastor cercano a la jubilación, que lleva a cabo la trashumancia de ganado ovino. Es decir, una vida laboral que termina, una profesión que desaparece. Un retrato planteado sin prejuicios ni filias, de igual a igual y con honestidad hacia aquello filmado y hacia el espectador. La sencillez es su elemento principal y el director demuestra que con ella se puede construir también una película documental ambiciosa. Un hombre frente a otro, la cámara media entre ellos. Farnarier describe al pastor Joan “Pipa” como si de un retrato pictórico se tratara. Una lenta toma que recorre en primerísimo primer plano su rostro, donde observamos sus ojos, la textura de su piel endurecida, las mejillas rojas, su nariz, un esbozo de sonrisa, la boca que chupa plácidamente la pipa. Ese plano resume un poco todo el documental, estamos ante un hombre en comunión con su entorno, moderadamente feliz, un hombre que quizá ha logrado estar cerca de esa tan preciada libertad, ese “sueño” que a otras generaciones estresadas en el vaivén de los enfermizos ritmos urbanos nos puede parecer extinta, como la profesión del Pipa, también en vías de extinción. Hay algunas bellas tomas que reflejan la confraternización con la naturaleza y esa sensación de libertad: el pastor durmiendo con todas las ovejas en medio del camino, conversaciones en tabernas con el vino volando y sonoras risas, paseos por el prado que parecen descripciones naturalistas. En algunos de esos encuadres uno entrevé la misma mano que hizo los planos de Honor de Cavalleria (Albert Serra, 2006), película de la cual Farnarier era el director de fotografía. Esos encuadres amplios, de cierta épica, que resaltan el cielo y miran con belleza hacia el horizonte, nos retraen por algunos instantes a Honor… sin que el resto de la película tenga alguna relación con ella. A la descripción pictórica hay que añadirle la relación verbal entre el realizador y el protagonista. Con unos inicios tímidos, poco a poco Joan “Pipa” establece más confianza en las conversaciones con Christophe (a quien él llama Cristóbal) hasta rememorar su vida como pastor ante todo ese territorio que forma parte de él, sin entrar en melodramatismos o posturas autocomplacientes. Con un catalán cerrado el pastor relata el probable fin de su profesión, aunque vemos al joven Martí, que les acompaña en segundo término a lo largo del viaje, como un posible heredero de ese testimonio. De esa sinceridad visual y verbal, surgen cuestiones como la pérdida de modos de vida que fueron los habituales durante siglos, la pérdida del contacto humano con la naturaleza o el significado de la palabra felicidad. El retrato pastoril de Farnarier es uno de los largometrajes documentales más sólidos hechos en Catalunya en los últimos dos o tres años." ....................................................
Grandine. Film Affinity. 25.12.2008: "El fin de la trashumancia: La cámara, como el terreno por el que vaga, se mueve abrupta y parca. Todo ello, para mostrarnos la firmeza y desperezamiento con que un pastor catalán realiza su último viaje hacía la trashumancia. Un viaje que se han encargado de matar y aniquilar todos aquellos que, sin comprender lo que puede llegar a significar, sólo añaden más y más escollos a esas rutas escogidas para desplazarse año tras año. Joan Pipa, si no el último, es uno de los últimos viajeros trashumantes que quedan en nuestro país y, concretamente, en tierras catalanas, y siguiéndole nos empapamos de sus ganas por continuar, seguir realizando ese viaje tan especial y conseguir, un año más, que el largo camino recorrido no sea en balde. Todo ello se logra gracias al especial interés de Farnarier porque la cámara sea uno más. Es lógico, que cuando se hace una propuesta a cualquier persona para seguirle con un objeto que registra todos sus movimientos y palabras, ésta sea reticente, y para que esas barreras sean superadas, la confianza que diposite esa persona en el director debe ser mayúscula. Farnarier realizó un gran trabajo en ese aspecto, se ganó el afecto y la cordialidad de Pipa, y ello se nota durante el largo recorrido en que nos sume "El somni", puesto que no sólo es capaz de captar bromas y comentarios realizados con una espontaneidad digna de elogio, sino también de acercarse tanto al protagonista del film y retratarlo todo tal como es, sin artificios ni ensayos, que la naturalidad de la cinta se palpa en el ambiente. Por último, remarcar que el mensaje lanzado por el cineasta de origen francés no puede ser más honesto, y que el culmen de su trabajo no es más que otra advertencia de que estamos terminando con todo aquello que nos hace más humanos, sólo por comodidad, y que llegará un día en el que ya no habrá solución, ni para los antiguos trashumantes, ni para nosotros."
- Jordi Costa. EL PAÍS. 31.10.2008: "El ultimo hombre puro: Farnarier se descubre como heredero de las estrategias documentales del padre fundador Robert J. Flaherty -sólo se roza la verdad a través de la intimidad con el objeto de estudio: la distancia de la mirada antropológica es un obstáculo-, pero se mantiene firme ante la tentación de reconstruir y espectacularizar la realidad que sí condicionó la obra del autor de Nanook, el esquimal. En un momento en que la tan cacareada vigencia del género hace que, a veces, se confunda la ganga del reportaje con el oro del documental, la película de Farnarier es, sin duda, una lección impecable sobre la exigencia de un discurso que une valor testimonial, el empeño de recoger un proceso sin interferencias y el rechazo no sólo a las ideas recibidas, sino también a las preconcebidas. El somni recoge el último viaje del pastor trashumante Joan Pipa a través del Pirineo catalán, rematado con la concisa, desoladora, vaciada crónica del año siguiente: las páginas vacías de un oficio (y una forma de vida, y una filosofía) sin herencia. Antes, El somni ha estado cerca del western crepuscular y, por insólito que parezca, de la película de acción -Farnarier logra que se palpe el reto físico de conducir más de 800 ovejas del llano a la alta montaña: Pipa ejerce de montaraz Neptuno al mando de su impetuoso oleaje balador. Hay muchas imágenes difíciles de olvidar en El somni, pero la película de Farnarier logra, más allá de su transparente discurso elegiaco, inmortalizar la poderosa, vitalista, humanísima personalidad de Joan Pipa, un tipo sin un gramo de impostura que, cuando no se arranca por melancólicas rancheras, habla un catalán tan incontaminado que incluso el catalanoparlante agradece el uso de subtítulos." ..................................................
- Angel Quintana. Cahiers du Cinema España. 01.11.2008: "En un momento de EL SOMNI, de Christophe Farnarier, Joan Pipa, un pastor que conduce mil ovejas por los caminos del Pirineo catalán, manifiesta que le gustaria vivir en el bosque, al margen de todo, sin pagar impuestos, ni rendir cuentas a nada, sentirse junto a una naturaleza que siempre le ha sido amiga. Joan Pipa es consciente de que su sueño de libertad nunca podrá hacerse realidad. Los tiempos han cambiado, y ya no existe espacio para los espíritus libres que dormían a la intemperie junto a sus ovejas y que desconocian qué eran las sábanas de una cama. como PROFILS PAYSANS, de Raymond Depardon, EL SOMNI es la crónica de un mundo rural agónico en el que unos viejos sistemas se estinguen. La cámara filma este mundo con el deseo de documentar lo que fue y ya no podrá volver a ser, con la voluntad de dejar constancia de una vida rural que ha sido aniquilada por la vida moderna. Frente a la cámara, Joan Pipa afirma que, cuando los ministros planifican sus políticas agrarias, quieren homogenizarlo todo, ignorando que no es lo mismo una montaña del Pirineo que una de Sierra Nevada, que no es igual una montaña de la comarca del Ripollés que otra del Vlle de Arán. Pipa emerge como un gran defensor de la singularidad, de la particularidad frente a la homogenízación. Este deseo de singularidad es lo que no cesa de ponerse de manifiesto a lo largo de la película. Christophe Farnarier sigue durante ocho días al pastor con su rebaño por una serie de rutas ganaderas que lo llevan desde la planicie hasta las alturas. Durante el trayecto se cruza con otros pastores que ya no conducen su rebaño o recibe posada en unos restaurantes que, poco tiempo después de haberse rodado la película, acabaron cerrando sus puertas. En las montañas, se da cuenta de que la hierba de los prados está llena de espinas y de que las vacas se han comido lo que antaño era para las ovejas. De vuelta a casa, todo se difumina. El viaje es su ultima trashumancia. Las ovejas irán directamente al matadero y los antiguos caminos ganaderos se verán ocupados por las vias del tren de alta velocidad. EL SOMNI surge entonces como un notable intento de realizar un cine directo que pretende capturar lo que está amenazado." .
- Carles Ribas. Diari de Girona. 07.11.2008: "André Bazin afirmava a .. que la grandesa del cinema rau en el fet que salvaguarda del pas del temps i de la vellesa una realitat que en el nostre món sempre acaba per morir. Christophe Farnarier, català d'origen francès o director de cinema al cap i al fi, posa en pràctica amb EL SOMNI les lliçons apreses del gran teóric del cinema. El darrer viatge d'en Joan "el Pipa" amb el seu ramat a través de les comarques gironines esdevé un autèntic punt de partida per, d'una banda, donar una lliço de posada en escena cinematogràfica que hauria de servir per tal que la majoria de joves que pretenen algun dia fer cinema en prenguessin bona nota i, d'altra banda, ens mostra un personatge i un fil argumental carregat de somriures i bon humor però, al cap i al fi, comdemnat de mort i corcat de tristesa. En Joan "el Pipa" encomana com ningú les ganes de viure, la senzillesa (que no ingenuïtat) i la saviesa d'aquell que està de tornada de tot, però sap perfectament que la seva feina i, sobretot, la seva manera de viure resten condemnades a desaparéixer. Com diu en un moment del film, la seva felicitat, el seu somni, consistiria ni més ni menys en esdevenir un elefant tirat, perdut, en un bosc on res tingui a deure i res li calgui donar. En aquest món nostre cada vegada més globalitzat, la postura d'en Joan resulta tràgicament commovedora i en aquest pais on sembla que es fa cinema, la postura de Christophe Farnarier ens permet continuar somniant en grans directors i grans pel.lícules. EL SOMNI és una d'elles i, per tant, adquireix la grandesa del cinema: mai morirà."
-Juan Sardá. El Cultural. 27.11.2008: "Farnarier, retorno al origen: El somni (“el sueño”) es el título del documental que el experimentado fotógrafo de origen francés Cristophe Farnarier acaba de estrenar. En el mismo, se siguen los últimos pasos de Joan “Pipa”, el último pastor transhumante de Cataluña en su viaje de despedida por el Pirineo, que ha recorrido con sus ovejas durante décadas. La técnica documental se alía con el ojo poético para plantear al mismo tiempo “la relación del hombre con la naturaleza” como “el fin de un tipo de vida que se ve sepultada por una modernidad excesiva”. Farnarier, ganador como fotógrafo del premio FotoPress en 1994 por su trabajo sobre los inmigrantes africanos, obtuvo en su país un gran éxito con su filme Love Kills, sobre la relación entre dos amantes afectados de sida en una época “en la que se sabía muchísimo menos que ahora sobre la enfermedad y estaba más estigmatizada”. Instalado en España desde hace quince años, Farnarier fue también director de fotografía de un título emblemático de la reciente vanguardia española, Honor de cavalleria, de Serra. Es un maestro a la hora de utilizar la cámara digital mini DV, de la que saca petróleo como puede comprobarse en la sugerente fotografía de El somni, un documental con fondo triste cuya hermosa representación de la naturaleza produce, quizá paradójicamente, un efecto balsámico. De ahí quizá su éxito en los cines."
Salvador Montalt. Bloc Club 7 Cinema: 09.11.2008: "El fotògraf i el pastor: Christophe Farnarier, el director d' El somni, va ser el responsable de la fotografia d' Honor de cavalleria, d'Albert Serra. Allà, ja va cridar poderosament l'atenció el joc que féu entre la llum i les camises blanques del Quixot i en Sanxo, atorgant a les imatges una entitat visual de connotacions pasolinianes. També en aquella ocasió, Farnarier va demostrar un talent per a la subtilesa estètica, de manera que no pocs plans atresoraven una ostensible bellesa compositiva -malgrat els tossuts i murris esforços de Serra per a enlletgir-ho tot- i alhora negaven qualsevol rabeig esteticista. Ara, veient El somni, de la qual també n'assumeix la fotografia, se'm confirma l'interès envers les imatges de Farnarier. Tot i les condicions del rodatge i la càmera digital emprada, que donen peu a una fotografia necessàriament limitada, els enquadraments amb què agafa parts del rostre o de l'atrezzo de Joan "Pipa", el pastor, i sobretot la textura que dóna a les imatges el joc entre la llum i el ramat -amb la seva entitat rugosa i dinàmica, de formes canviants...-, van conformant una obra que poua la bellesa visual en un concepte madur, profund, de l'art fotogràfic. Farnarier no tan sols de les limitacions en fa virtut, sinó que practica una mena de regeneració depuradora a l'hora de construir d'imatges, a la manera com Albert Serra fa respecte a la posada en escena: explorant les possibilitats d'allò que és essencial, primmigeni, sense recórrer als decoratius "agafadors" de la sofisticació. El somni és, en tots sentits, fruit de la trobada entre un fotògraf i un pastor. O més ben dit, és el resultat de la convivència d'aquest fotògraf amb el pastor Joan "Pipa", un personatge diguem-ne primari, de la mena d'homes que gairebé ja no en queden -per com s'extingeix amb ells l'antic vincle directe entre la nostra espècie i la Natura-, dotat d'una visió del món potser molt esbiaixada que, en el fons, és purament àcrata i vitalment múrria. Un personatge exhibicionista, que xala de valent davant la càmera, sentint-se protagonista i transmetent la seva experiència i, sobretot, dient-hi la seva sobre qualsevol cosa que surt. Els Joan "PIpa", efectivament, no desaprofiten els sostres que troben per anar a dormir, però poc que necessiten ni cases, ni hotels, ni cap dels recursos de la nostra civilització, per anar tirant mentre fant la seva feina: qualsevol racó ja els va bé per fer una capcinada. Paguen els drets comunals que algú ha instituït, però ells viuen la quotidianitat com si fossin els "amos" dels camins i els prats, en el sentit col·lectiu, compartit, de la propietat i en el sentit del lligam entre l'home de muntanya i el territori pel qual es mou des de fa anys i panys. Poc que hi ha governs ni ministeris que puguin fer res bé a l'hora de regular les coses d'aquelles valls i aquells turos, perquè aquell món els és aliè; aquell món és tot un univers per als que el viuen. Són ells els que s'organitzen de manera pràctica i des de temps immemorials, aprofitant el millor de cada vessant, de cada plana, de cada prat.
- Miguel Calero. Miradas de Cine. 2009: "El 2007, rebuscando, fuimos capaces de descubrir media docena de buenas películas de producción nacional. Este año la lista se ha reducido, y reducido, y reducido, hasta dejarnos tan solos como Joan “Pipa” viajando con su ganado por las dehesas, ya secas por su sobreexplotación. En su magnífico documental, Cristophe Farnarier rueda sin perder detalle, con el espíritu melancólico —Flaherty mediante— de quien se sabe testigo de la agonía de una tradición milenaria (la trashumancia) que lleva dentro una cultura condenada. Los Caminos Reales sólo son ya carreteras. Las tierras están ya parceladas. Los pastos desaparecen. Con la llegada del tren de alta velocidad, Joan “Pipa” se da por vencido. El último pastor trashumante renuncia y vende sus ovejas, y Farnarier se da cuenta de que ha vivido el último viaje, el verdadero final. Por eso el tono romántico de sus imágenes encuentra en Rimbaud su mejor aliado: “Los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retamas. El aire está inmóvil. ¡Qué lejos los pájaros y las fuentes! No puede quedar más que el fin del mundo, en adelante”. The dream (el somni) is over."
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