El conformismo de la sociedad es el estado que permanentemente estudia el Poder para saber el grado de dominación que existe, de manera que la tolerancia a la autoridad mide la sumisión que tiene aquella sobre esta, es decir, las obligaciones que debe cumplir en todo momento para organizarla y la facultad que tienen las instituciones para aumentar o disminuir el grado de dominación según los intereses de la élite dirigente.
El grado de conformismo es directamente proporcional al grado de aceptación del Poder, siendo un estado que conforma la totalidad de la organización social y que se somete voluntariamente a la autoridad. La capacidad de resistencia y sufrimiento a la servidumbre son factores inherentes al Poder que lo pueden debilitar o fortalecer pero no suprimirlo por completo, una vez adherida la sociedad a un ente superior que ha creado y al que debe obediencia para poder sobrevivir le es imposible salir de la dinámica que dicho Poder ejerce sobre la misma, neutralizando toda oposición que pueda ejercerse en nombre de la justicia, libertad o lo que fuese.
Para que la sociedad pueda suprimir el Poder que ha creado debe cambiar su concepción y sentido de la vida, eliminando toda autoridad destructiva que cercena o directamente anula al individuo y al colectivo para que el cambio pueda ser efectivo primero en la esfera espiritual y después en la esfera material.
In LSD Veritas -
Benvinguts al meu racó.
Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.
6 comentarios:
Es decir,, que estamos apañaos ;)
Salud!
Pues sí. Es muy posible que a partir de ahora se desarrollen este tipo de guerras con armamento biológico sean oficiales o veladas al estar los recursos naturales tan contaminados y ser escasos en su mayoría. De paso aumentan el sistema de vigilancia y control sobre la población y gestionan las crisis como creen oportuno.
Les ha salido perfecta la carambola, un crisis sanitaria que desembocará en una crisis económica y social que está por ver sin pegar ni un tiro ni lanzar ninguna bomba. Creo que estas van a ser las guerras del futuro, tenemos que prepararnos para todo tipo de escenarios.
Hola Albert, una de las principales características, manifestaciones de la libertad y de la inteligencia es la elección.
La gente libre ni piensa en el poder, es algo superado, precisamente no tiene poder y a veces las decisiones personales pueden coincidir con deciciones del estado.
La rebeldía por la rebeldía misma, la rebeldía como dogma es la sumisión al dogma. La sumisión a lo que sea es el enemigo de los libres.
Las personas libres decidimos sin mirar a los demás sin reverencia ni adoración, ni sumisión sólo decidimos según nuestro criterio y los demás... sean individuos o gigantes enemigos no tienen vos ni voto.
Esperar algo del sistema/estado/gobierno/sociedad sea "bueno" o "malo", salvación o muerte no es inherente a la libertad. Esperar (tener esperanza) del sistema/estado/gobierno/sociedad es darle entidad, es tenerlos dentro.
Que hagan lo que quieran, yo también y cada uno también y si quiere arrodillarse y orar pidiendo salvación que lo haga, no comprto pero, ¡quién soy para impedirlo?
La vida es dolor, angustia, vacío, terror y la masa está perdida, al menos yo no espero nada de ella tampoco.
Somos distintos todos algunos más distintos pero... vivimos en una matriz y ese suele ser el límite.
Elegir y dejar elegir para no parecerse a los sátrapas de turno y no creerse parámetro ideal de algo.
Salut.
«La mente tiene su propio lugat, y en si misma puede hacer del cielo un infierno y del infierno un cielo» Milton
El cambio es personal e intransferible de modo que no está en mi mano cambiar a nadie. No obstante, una cosa está clara la situación del hombre va de mal en peor y eso si que parece que no vaya a cambiar.
O como dice el refrán «no hay mal que por bien no venga».
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