Entender
o llegar a intuir que el respeto a una lengua ya sea materna o no, indica la
pertenencia a una ideología política, es simplemente una estupidez. La política
en su estado actual de partidos políticos representantes de la voluntad de un
pueblo es una forma de división de todo el conjunto de la sociedad con todo lo
que implica, la “política” entonces , sirve para dividir y no unir.
El uso
y el respeto por la lengua no debería implicar el nacionalismo, la consecuencia
que deriva de todo esto son los conflictos que se dan entre diferentes
colectivos, grupos, pueblos, etc, que sirven a la élite dominante capitalista para
desviar el centro de atención de los problemas más urgentes y vitales de la
sociedad y obtener mayores beneficios con sus grandes negocios.
El
nacionalismo o el patriotismo sirven entonces de manera indirecta o directa
para los intereses del gran capital que sabe como explotar a los diferentes
Estados según las características de los mismos, las prioridades del
Capitalismo en todo caso van más allá del nacionalismo de un país (aunque también
lo puedan utilizar de algún u otro modo) en cualquier forma de gobierno que
éste tenga.
El
proceso abierto en Catalunya para la independencia es un claro ejemplo de cómo
desviar el centro de atención de los problemas más graves, los nacionalistas se
auto-engañan o engañan directamente si creen que gestionando la producción y
los recursos de un territorio beneficiaran al pueblo, cuando la verdad y la
realidad apuntan a que la economía global que dirigen la grandes
multinacionales y los grandes bancos se limita a contrarrestar los niveles y abaratar los costes de producción que se dan
en diferentes países para que el producto final sea lo más asequible posible
para el consumidor.
La
finalidad del gran capital es producir con la mayor eficiencia posible para que
el consumidor pueda obtener el producto a bajo coste, el caso de la China “comunista”
es un claro ejemplo el paradigma de todo
este proceso.
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