In LSD Veritas -

Benvinguts al meu racó.


Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.

martes, 27 de diciembre de 2011

La degradante historia de Michael Curtiz sobre la vida de Jhon Brown. Camino de Santa Fe

Al final he decidido escribir una crítica con la intención de que cuando se visione una película, no caigamos en el error de creernos todo lo que se cuenta en ella, porque indudablemente podría ser una intepretación deshonrosa sobre unos hechos.

Dejo aquí también la crítica del Capitán Jhon Brwon.

Apología hollywoodiense del racismo Han leído bien, caballeros: apología del racismo. Eso es la película de Curtiz, artesano de origen húngaro que dirigiría 'Casablanca' pocos años después. Yo, el capitán Brown, soy aquí un degenerado borracho con cara de bandido, poco más que un delincuente que atenta contra el bienestar de la ciudadanía. Mi puritanismo es silenciado, y se me convierte en un vicioso repugnante, en un enemigo de los hombres y de Dios cuando precisamente en nombre de Dios y de la igualdad de los hombres yo colgué a muchos esclavistas. Y no me arrepiento, señores: lo volvería a hacer si regresara del mundo de ultratumba donde ahora me encuentro. En esta película los negros quieren ser esclavos, y hasta son víctimas de mis delirios: dice Hollywood que yo me rebelé sin motivo, que todo iba bien, que el hecho de que millones de hombres fueran esclavizados se debía a que eran INFERIORES. Eso dice Hollywood. Y yo era un loco, un sátrapa con cara de asesino. A la mayor gloria del repelente Errol Flynn (al que me encontré -borracho, por cierto- en la puerta del infierno en una excursioncita que hice hace poco por allí abajo) los calabacines de la academia decidieron aplaudir este panfleto xenófobo y el escupitajo que Michael Curtiz lanzó contra el rostro de mi memoria.

 Firmado: Capitán John Brown, héroe abolicionista.

Mi crítica:

La ley y el orden según Curtiz.

Viva el séptimo de caballería, la parejita feliz Errol Flynn- Olivia de Havilland, y el “cowboy” Ronald Reagan.

Esta película demuestra la facilidad de cómo se pueden manipular y tergiversar los hechos acaecidos en las refriegas de los partidarios del abolicionista Jhon Brown y el ejército del Sur de los Estados Unidos, normalmente la literatura que escribe la historia describe a los vencidos como a personas que se rebelaron sin ningún tipo de lógica y sentido común. La figura de Jhon Brown en esta película lo confirma, y es caracterizada cómo un terrorista impulsado por pasiones necrófilas y sin ningún tipo de escrúpulos, con similitudes a la de Adolf Hitler por poner un ejemplo, esto es algo degradante y con intención de modificar o crear el “pensamiento” sobre una persona y sus acciones, vemos que la propaganda también funciona de maravilla en el cine y destruye toda posibilidad de reconocer objetivamente la vida de Jhon Brown, el pensamiento y la acciones que lo impulsaron a tomar las decisiones que él creía oportunas en cada momento.

18 comentarios:

El lobo estepario dijo...

Esta película es guano en celuloide. He discutido algunas veces con ciertos obtusos sobre las "licencias poéticas" que se toman los directores al recrear hechos históricos, por mi parte teniendo bien claro que no todo vale. Y al respecto, suelo poner el ejemplo de Drácula como muestra de cómo la fantasía cambia en tantas ocasiones unos hechos más o menos objetivos, pero sin alcance político: así el príncipe valaquio que resistió los embates de los turcos pasó a ser, debido a su fama de crueldad, un impío en forma de vampiro sediento de sangre. Si bien esta caricaturización extrema se la debemos a los mercaderes alemanes y a los gerifaltes húngaros, enemigos de Vlad, y unos conspiradores deseosos de hacerse con toda la Transilvania, no obstante, el mito del vampiro trasciende toda motivación política (aunque esa motivación diera origen al vampiro), de modo que, como "licencia poética", siempre y cuando no trate de representarse al Drácula histórico, tampoco exige mayores objeciones. A la vez, suelo citar, como su opuesto, al Cid Campeador, notorio mercenario, traidor, déspota, ladrón, asesino despiadado que no dudaba en quemar vivos a los enemigos, en venderse al mejor postor (hoy a los cristianos, mañana a los sacarrenos), etc. Lo contrapongo a Drácula porque el Cid no inspiró un personaje mitológico, sino legendario, de evidente contenido socio-político (su figura es una loa al nacionalismo castellano, posteriormente español, y, en suma, a la gran mentira histórica que es el reino cocotero). De hecho, este asunto me valió la enemistad de la pandilla de gilipollas que se tocan los huevos (y a eso le llaman "trabajar") en cierto departamento de la UCM. La dl Cid es una figura falseada por motivos políticos pero además con fines políticos, mientras que la de Drácula es una figura recreada por razones políticas pero con fines muy alejados de la política (Bram Stoker no tenía la menor intención de atacar la memoria del reino resistente de Valaquia). Pero bueno, al grano, el caso de la peliculucha ésta sobre John Brown resulta comparable a la tergiversación histórica del Cid y su causa (que no era más que la suya, la de saquear), y por ello, indigna a quien tiene un mínimo de criterio y de conocimientos, sin que valga ese ligero argumento, ese relativismo que dice: "el autor tiene libertad para..." El arte que se construye sobre la mentira debe ser desenmascarado. Por otra parte, y creo yo que como sucede generalmente, los autores que falsifican la Historia son bastante burdos. Esto no va por Curtiz, un artesano que firmó maravillas como 'Ángeles con caras sucias', sino por el equipo (productor, guionistas, etc.) que impulsó este proyecto. ¡Y todavía se permiten los yanquis hablar de los panfletistas nazis y comunistas, ellos que ridiculizaron a la negritud hasta bien entrado el siglo XX!

Albert dijo...

No conocía lo que comentas sobre Vlad y el Cid Campeador, pero entonces toda la tergiversación sobre el Cid sirve para evocar el nacionalismo en los hombres para fines políticos que es de lo que se trata.

En todo caso, en esta ocasión Curtiz también es co-responsable de la obra por ser el director, pero teniendo en cuenta que nadie es perfecto,(vete a saber porqué la dirigió entonces), ayer cuando la vi se disiparon todas mis dudas, la verdad es que la película es una reivindicación del nacionalismo estadounidense con el propósito de dismitificar la figura de Brown y legitimar el uso de los poderes del Estado, en caso de rebelión justificada.

No cabe duda que si alguien no conoce la vida de Jhon Brown, al ver esta película en la mayoría de los casos puede llevarse una idea errónea de quién era realmente, y eso es falsear hechos en conveniencia.

El lobo estepario dijo...

No sé en Cataluña y País Vasco, pero en el resto del reino, Galicia incluida, se propone la figura del Cid como adalid de la Reconquista y personificación de la Cristiandad. Nada más lejos de la verdad: el Cid no reconquistaba, ¡saqueaba! Y tanto a musulmanes como cristianos. Tampoco daba muestras de virtud, de devoción religiosa; de hecho, llegó a atesorar la mayor fortuna de su época, aparte de haber dado muestras de una crueldad que admite pocas comparaciones (a los moros de Valencia los asó vivos en su fortín, mujeres y niños incluidos). Ten en cuenta que el Cid había sido desterrado por quedarse tributos (por ladrón) y que desde entonces atacaba tan pronto a los sarracenos como a los cristianos, acumulando un suculento botín. Posteriormente se requirieron sus servicios ya que en el campo de batalla no tenía rival, debido a su astucia y brutalidad. Los hechos históricos nos lo presentan como un traidor sanguinario, no como un héroe popular.

La leyenda del Cid obedece a una motivación nacionalista: en época del Cid el reino castellano echaba a andar (había sido un territorio dependiente del reino de Galicia, que comprendía León) y fue ganando relevancia y poder a medida que los cristianos se enfrentaban entre sí. La figura del Cid resultaba conveniente para mitificar el avance castellano, para poetizarlo, si así lo prefieres, para llegar al corazón del pueblo llano. De ahí que se deformara totalmente la realidad histórica. De ahí que se presentara la causa del Cid, y de cuantos defendieron esa postura, como una guerra de liberación contra los árabes, cuando lo cierto es que en principio no se trató más de una cruenta guerra entre cristianos, por hacerse con el mando, con el poder, con los tesoros.

A los españolitos, lógicamente, les duele que les canten las verdades, y prefieren vivir en la ignorancia, que es donde han vivido casi siempre, y de forma indecorosa desde 1936. Pero hay que restregárselo por las narices: la famosa Reconquista fue más una guerra (de ahí su larga duración) con objetivos de pillaje que una lucha encaminada a constituir una nación. Y en esa guerra de pillaje se peleaba tanto contra los moros como contra los cristianos. Por ejemplo, el Cid atacó Barcelona, apresó al Conde de esa ciudad, etc. Los ataques a los territorios catalanes por parte de las hordas del Cid fueron constantes, cosa que sin duda alegraba a los partidarios de la hegemonía castellana, hegemonía que finalmente se impuso como "identidad española". Las cosas claras.

Después de disfrutar de una gran y larga influencia en el imaginario colectivo, la figura del Cid cayó en el olvido cuando la Ilustración empezó a iluminar las tinieblas culturales del reino, pero resurgió con fuerza a finales del XIX y principios del XX, momento en que empezó a pujar de nuevo esa concepción castellanófila de España. Con el franquismo, como no podía ser de otra forma, se convirtió en referente nacional. Y todavía ahora (no es de extrañar, más teniendo en cuenta ese resurgir del nacional-catolicismo que tuvo lugar con la segunda legislatura de Aznar) es presentada como signo identitario de nuestra cultura.

Todo basado en mentiras, en vulgares tergiversaciones históricas que no tenían otra finalidad que glorificar el nacionalismo castellano y que no tienen hoy otra motivación más que consolidar el nacionalismo español.

El lobo estepario dijo...

En cuanto a Vlad, príncipe de Valaquia, único territorio de la actual Rumanía que en su momento resistía al imperialismo turco, fue demonizado no por los turcos (siendo cierto que empaló a miles, ¡pero en venganza, pagándoles con la misma moneda!) sino por los alemanes. Los banqueros alemanes codiciaban la Valaquia, y Vlad se oponía a sus intereses. A su vez, o mientras tanto, Matías Corvino, rey húngaro, se quedó un envío de oro del Papa y culpó a Vlad. Ello contribuyó a su demonización, y así pasó a ser considerado enemigo de Occidente. Vlad fue un caudillo, ciertamente, un hombre de poder, pero los hechos demuestran que trató de defender a los valacos tanto de los embates turcos como del imperialismo germano. Sus crueldades no difieren en absoluto de las que se estilaban en su época: empaló a los opresores turcos (ellos empalaban, violaban, despedazaban), mató en una emboscada a los mercaderes alemanes (quienes conspiraban para aplastar económicamente la Valaquia) y a los prisioneros de guerra los puso a trabajar en la construcción de su castillo fortificado, en lo alto de las montañas (costumbre habitual en su época). Vlad Dracul no fue un monstruo, sino un gerifalte que atendió las demandas de sus súbditos, a diferencia de otros. Y que en dicha empresa procuró defenderse con contudencia de las múltiples hordas enemigas que acechaban su reino. De hecho, en Rumanía se le considera héroe nacional.

Bram Stoker se inventó la figura del vampiro sin duda influido por la leyenda negra de Vlad, pero sin mala fe ni pretensiones políticas de ningún tipo. Por eso digo que no es lo mismo la distorsión literaria y legendaria de los personajes históricos del Cid y de Drácula.

El lobo estepario dijo...

Y en cuanto a John Brown, cuáquero, es decir, hombre de profundos principios religiosos, vegetariano, enemigo de la esclavitud y del Estado, fue demonizado por esa visión, como tú dices, nacionalista, de ciertos poderes de los EEUU sobre su propia historia (totalmente mitificada), sus valores, etc. John Brown luchó por la libertad de los esclavos negros (junto a numerosos libertos) adelantándose en el tiempo a los futuros abolicionistas. Y sin embargo he ahí que llega Hollywood y pisotea su memoria. La gente debería leer la famosa apología de Thoreau sobre Brown y no prestarle la menor atención a esa mierda de película que rodó Curtiz. Pero es que Curtiz rodaba lo que le mandaran, como casi todos los directores americanos. En la cinematografía de los EEUU hubo pocos autores (y la mayoría defenestrados, como Nicholas Ray o Robert Rossen). Muchos medios, pero poca independencia. Incluso mucho después, en los sesenta y setenta, no dejó de acosarse a aquellos que manifestaban voluntad autoral (Peckinpah, A. Penn...)

El lobo estepario dijo...

Me olvidaba: lo de los westerns norteamericanos (esta película a fin de cuentas es un western) causaría risa si no se tratara de un tema tan serio.

El western podrá ser un género de impronta estadounidense, como el cine negro, pero a diferencia de este último, se basa en la mentira histórica, sin tapujos y sin rubor.

De la gran cantidad de westerns que se rodaron en los EEUU, yo personalmente sólo salvo a Peckinpah y a algunos que rodaron a su sombra, bajo su influencia (Tom Gries, Brooks, etc.) Después también a esa rara avis de Clint Eastwood con películas más que interesantes, como 'The outlaw Josey Wales' y la magnífica 'Sin perdón'.

Los llamados "clásicos", John Ford a la cabeza, no hicieron más que inventarse la historia americana y glorificar el genocidio indio, por más que acabaran firmando alguna obra menor (en cuanto a su repercusión) sobre la intolerancia y el racismo.

Eso podrá engañar a los que a todas horas claman contra el racismo. Yo me limito a clamar contra la mentira histórica, de modo que quedan invalidados todos los argumentos, buenistas o no, de los defensores del western clásico. No hay defensa posible: los westerns constituyen una mentira histórica con que potenciar el nacionalismo americano.

Además, los tópicos que configuran el "western clásico" suponen un cúmulo de burdas reiteraciones y trampas de guión que, francamente, acaban dando sensación de irrealidad, de impostura de origen teatral, y no únicamente por sus típicos escenarios de estudio.

Los tipos duros del western clásico parecen lo que son: frutos de la fantasía de académicos que jamás pisaron el lejano Oeste. Son el equivalente a los poetas de los Cantares de Gesta del Medievo: fanfarrones fantasiosos a los que no ha perdonado el paso del tiempo.

Si comparamos el western clásico con el cine negro, éste inmortal, tan fresco como entonces, veremos los estragos que causan las modas en las obras de arte. Y es que el western clásico iba a la moda, como lo hacen hoy los subproductos de Hollywood y los delirios progres del cine europeo. En unas décadas, soltarán caspa.

Dicho todo lo cual, me gusta, y mucho, el western. Pero hay pocos bien hechos. Hay más filosofía de western en el Martín Fierro de Hernández, ¡Fierro, ése era un duro!, que en todos los westerns clásicos de los EEUU juntos.

Por otra parte, dichos westerns falsearon la Historia hasta el punto de ignorar que los grandes vaqueros fueron negros, no blancos.

MABUSINHO dijo...

"Y en cuanto a John Brown, cuáquero, es decir, hombre de principios, vegetariano..."

Todo lo que decís me parece bien, vale, pero no será por que fuera vegetariano, digo yo...

"la verdad es que la película es una reivindicación del nacionalismo estadounidense con el propósito de dismitificar la figura de Brown y legitimar el uso de los poderes del Estado, en caso de rebelión justificada." Matapuces

Como casi todas las películas que se hacen hoy, propaganda encubierta.

Feliz navidad

El lobo estepario dijo...

Que fuera vegetariano, ayuda. La piedad hacia los animales es un síntoma de haber pensado.

Albert dijo...

Hablando de wenterns, no sé si habrás visto "Wild Rovers" de Blake Edwards, la verdad ya hace tiempo que lo vi, y me pareció muy interesante, y los de Monte Hellman las dos peliculas con Jack Nicholson también son atípicas, rarezas que no están nada mal.

Albert dijo...

Las dos peliculas de Monte Hellman son "El tiroteo" y "Forajidos salvajes".

Por ciero está colgada en el emule:
http://www.divxclasico.com/foro/viewtopic.php?f=1002&t=57697&p=725192&hilit=Wild+Rovers#p725192

El lobo estepario dijo...

Sí, las de Monte Hellman se desmarcan de la línea oficial. Hellman, Gries, Brooks ('Los profesionales'), Nelson (aunque quizá algo simplista en su crítica), etc., son a los que me refería como herederos de Peckinpah (más o menos). También A. Penn rodó westerns: 'Pequeño gran hombre' y 'Missouri', en mi opinión muy buenos (una obra primeriza es 'El zurdo', que me deja frío). Y bueno, de la época "clásica", se salvan algunos como aquél tan personal que dirigió Brando, ciertos títulos con Kirk Douglas y otros por el estilo. Tampoco me olvido de títulos fronterizos como 'Lonely are the brave', con el propio Douglas y un gran guión de Dalton Trumbo.

La de Edwards o no la he visto o no la recuerdo. Voy a buscar algo de información.

Feliz año (por anticipado, porque me volatilizo temporalmente, jaja).

PD: Qué astuto es Rajoy, ¿eh? Fíjate cómo va adormilando al personal, mientras prepara la artillería.

El lobo estepario dijo...

Sí vi la de Edwards, no me daba cuenta de que la conozco como 'Dos contra el Oeste' o algo así. Actuaba W. Holden, que siempre me cayó bien (por cierto, murió solo, en una habitación de hotel, en Asia, creo recordar, borracho perdido; se golpeó en la sien con la esquiena de la mesilla de noche). De todos modos tengo que revisarla.

El lobo estepario dijo...

Vamos a ver: el llamado western "revisionista" (años sesenta-setenta, más el apéndice Eastwood) es la antítesis del "clásico". Para empezar, es mucho más real. No sólo más fiel a la Historia, que también, sino más real en su descripción de la sociedad, las pasiones y bajezas humanas, la violencia consustancial a un mundo en expansión y sometido a la ley del más fuerte (podríamos hablar de un capitalismo incipiente), etc., etc.
Toca temas como el genocidio indio, glorificado, cuando no obviado, en el western clásico, y además acaba funcionando casi como un martillo destructor de mitos, de las mentiras que constituyen la verdad oficial de América. Lamentablemente gente como Peckinpah, Penn (éste, para los yanquis, un "rojo" perdido) y otros por el estilo han caído en el olvido, y con ellos, y salvo rosas excepciones, ha desaparecido la disensión en el cine de los EEUU.

Feliz año

Albert dijo...

El western es algo desconocido para mi, aunque algunas peliculas sean muy buenas, no es uno de mis géneros preferidos.

Recomiendo "El rastro de la pantera" de Wellman, que posiblemente es una de las últimas que he visto, que me ha impresiando más, con bastante profundidad psicológica en varios de los protagonistas, merece la pena verla también.

Feliz Año Nuevo a todos, aunque en general todo pinte bastante negro, nos tendremos que componer como mejor podamos.

Saludos Lobo estepario.

El lobo estepario dijo...

'El rastro de la pantera' tiene poco de "western" propiamente dicho.

Si conoces poco del género, me permito recomendarte algunos títulos que, creo yo, te gustarán (quizá hayas visto ya unos cuantos):

Sam Peckinpah: 1) 'Grupo salvaje' y 2) 'Pat Garrett y Billy El Niño" (ésta es, para mí, la mejor película de su autor, junto a 'La cruz de hierro' y 'Quiero la cabeza de Alfredo García').

Arthur Penn: 1) 'Pequeño gran hombre' (genocidio indio) y 2) 'Missouri'

Richard Brooks: 'Los profesionales'

Ralph Nelson: 'Soldado azul' (algo estereotipada)

Marlon Brando: 'El rostro impenetrable'

Clint Eastwood: 1) 'The outlaw Josey Wales' y 2) 'Sin perdón'

Sergio Leone: 'El bueno, el feo y el malo'

Estos títulos (incluyendo 'Sin perdón', más allá de su sobriedad en la puesta en escena) son la antítesis del "western clásico". El desengaño que los caracteriza, pasando de la tragedia ('Pat Garrett...') a la sátira ('El bueno, el feo...', 'Pequeño gran hombre'), desmitifica el viejo Oeste americano. En mi opinión suponen incluso una reflexión, más o menos soterrada, sobre la propia civilización capitalista, observada en sus orígenes.

Por otra parte, es una lástima que, Leone al margen, el western se haya circunscrito básicamente a los EEUU. De otras culturas, apenas me viene a la memoria una película argentina ('Juan Moreira', muy buena). Los temas del western eran idóneos para recrear, por ejemplo, la Historia española, abordando a la vez algunos de los grandes universales (amor, odio, venganza, destierro, opresión...) Pensemos, si no, en los bandoleros peninsulares (Roque Guinart, catalán, era ya un famoso Robin Hood del siglo XVII). También en Argentina, con su cultura gauchesca, casi en extinción, podían haber abordado el asunto exitosamente. Sin embargo las adaptaciones del 'Martín Fierro' son pésimas. Incluso en Brasil humeaban rescoldos aprovechables (sobre todo en la zona del "Sertao"). Rocha rodó 'Antonio das mortes', película que, a su manera, es un western.

Bueno, me voy en unas horas.
Feliz año

Albert dijo...

Tomo nota de las que no he visto, hablando de bandoleros catalanes, no sé si habrá alguna película sobre la vida de Perot Rocaguinarda o "Perot lo lladre", pero si que vi una película sobre el famoso bandolero Joan Sala i Ferrer "Serrallonga", que está muy bien, está te la recomiendo y curiosamente de producción catalana muy bien ambientada, en éste enlace hay una versión doblada al castellano:
http://www.descargasmix.com/serrallonga-dvdrip-castellano-ac3-accion-drama-2010/

Albert dijo...

Aquí hay otra versión, que es la que vi yo, con subtítulos en castellano:
http://www.vagos.es/showthread.php?t=948995

Dentro de poco voy a ver si puedo publicar el documental de Claude Lanzmann "Sobibór, 14 octobre 1943, 16 heures", otro buen trabajo y que también te recomiendo.

Albert dijo...

Repasando unas listas, me he encontrado entre ellas la película "El topo" de Alejandro Jodorowsky, una rareza de western que a mi me encanto en su día.

Y por otro parte la serie "Deadwood", también me gustó al hacer también un retrato de la sociedad capitalista repasando su historia en los EEUU, es una serie a un ritmo vertiginoso, en algunos momentos muy violenta y dura aunque con un mensaje sólido en el contenido de la misma, merece la pena verla.