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Todo está sujeto a interpretaciones, por lo tanto la realidad es subjetiva y las formas de pensar y vivir son caóticas y conflictivas. El pensamiento enmascara a menudo la verdad de los hechos. La realidad ya no puede ser objetiva. Todo pasa por el filtro del pensamiento y el individuo deja de observar los hechos tal como son.

jueves, 8 de enero de 2015

La codicia y sus consecuencias.








Más allá de las ideologías y creencias en el sistema capitalista la codicia representa uno de los grandes males del hombre moderno y sus consecuencias nefastas.

La naturaleza del pensamiento en el hombre indica una tendencia a la corrupción en diversas formas como hemos podido ver durante buena buena parte de la historia contemporánea y reforzada en estos últimos tiempos por la propaganda capitalista principalmente a todos los niveles.

Con esta afirmación no quiero decir que la naturaleza del pensamiento en el hombre esté corrompida ya desde su nacimiento, pero como hemos podido observar tiende a la corrupción y esto es debido al modus vivendi que implanta la élite de poder en el “inconsciente” del hombre utilizando diversas formas de propaganda que sirven para someter a los que son y serán sus súbditos.

La codicia sirve entre otras cosas para imponer la competencia entre iguales, de esta forma también la élite se asegura el poder al crear división en la sociedad, haciendo que individuos y grupos estén y permanezcan en constante conflicto y se sometan a los designios por propia convicción.

La codicia difiere de la avaricia y se presenta como tal en el excesivo consumismo de las sociedades capitalistas más desarrolladas tanto en la industria como en la tecnología, en este caso la avaricia corresponde a la burguesía y la avaricia más irracional y neurótica a la élite Capitalista que ostenta actualmente el poder en casi todos los asuntos vitales que conciernen a la sociedad en general.

No hay que olvidar que la publicidad de la propaganda capitalista tiene como finalidad la creación de deseos en base a los artículos que vende, la palabra codicia proviene del latín cupiditia. Esta palabra latina designa la cualidad del cupidus, la ambición provocada por el deseo. Bajo esta premisa la publicidad puede provocar el deseo e insertarse en el pensamiento consciente o “inconsciente” y crear todo tipo de modas y comportamientos en el hombre.

Vemos que el deseo tiene dos caras, y que generalmente cuando viene del exterior en forma de propaganda publicitaria es tendencioso y provoca conductas que no son estrictamente propias y personales sino que son moldeadas por expertos que implantan sobre un producto o artículo una forma de ser y también de sentir.

La codicia genera violencia en las sociedades capitalistas al estar en permanente competencia principalmente entre la clase trabajadora que como hemos visto también es divida y enfrentada.

La codicia también provoca la mentira entre los hombres, las estrategias y artimañas usadas por aquellos que quieren beneficiarse a título personal pueden llevarlo a cabo planificando estrategias y artimañas para engañar al prójimo y así de este modo someterlo también a su voluntad.

Como hemos visto en la codicia subyace uno de los grandes males de la humanidad, y que es utilizada como tal por una élite siempre hambrienta de poder, erradicar la codicia supone entre otras cosas la propia voluntad de cambio y la implantación de valores humanos que intenten anular o mitigar la codicia como una de las representaciones negativas en la conducta del hombre.

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