El poder político crea el poder económico. La democracia es un pastiche de ideologías que derivan en totalitarismo al servir a un único fin; la conquista del poder político para apropiarse de los recursos naturales y de este modo ofrecerlos como mercancía a la sociedad, de manera que puedan competir a través del trabajo por una remuneración. El dinero se transforma en objeto de especulación y de competencia o dicho de otro modo en un fin para la supervivencia. Sólo se trabaja por y para el dinero, no hay otra motivación que no sea la material.
La democracia o el poder político sirven de este modo a la consecución y perpetuación de la economía como fin y no como medio para la sociedad. Todo gira en torno a la economía. Sin acumulación de capital no hay progreso, modernización y tecnología.
El mundo se ha acabado transformando en una inmensa mercancia con la que poder especular y obtener beneficios económicos hasta su extunación y destrucción.
La primera etapa de la emancipación es espiritual e individual como sucede con la dominación. La dominación de la sociedad surge en primer lugar a partir de la coerción política y social (gobernados-gobernantes) para ser después económica (explotados-explotadores).
Para liberarse de los explotadores el individuo deberá primero liberarse de los gobernadores, es decir, de los políticos que dicen representarlo y de sus instituciones dedicadas a la opresión o en última instancia del Estado.
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