Estado y religión.
El Estado provee de seguridad material a la sociedad como la religión de seguridad espiritual a cambio de obediencia y sumisión. La voluntad o la conciencia quedan anuladas por la seguridad. Se restituye la libertad por la seguridad y la responsabilidad por la autoridad. La autoridad supedita al individuo y transforma a la sociedad en masa. La jerarquía se impone como modelo social para organizar y ordenar a la masa que queda fragmentada y enfrentada en una guerra permanente por la búsqueda de seguridad y por la voluntad de poder que proporciona ésta.
Llegué ayer y durante la cena me comentaban que se publicó esta semana una encuesta según la cual el 40% de los súbditos del reino hispanistaní vería con buenos un "gobierno autoritario" que "ni siquiera pasara por el Parlamento" a la hora de tomar decisiones. A ver si encuentro algo de información por ahí.
ResponderEliminarLo comento porque, siendo obvio que la dinámica del Estado conduce a su control por parte de una oligarquía en casi cualquier contexto, aun así hay pueblos más "dóciles" que otros, y el español se lleva la palma en ese sentido: un pueblo tradicionalmente servil, adulador a la vez que cobarde, y que opta por soluciones drásticas y autoritarias en momentos de crisis.
Salud(os)
El dato es interesante. Aunque se diera un golpe de Estado y se proclamara una dictadura sólo cambiarían las formas, el fondo seguiría siendo el mismo. ¿Tú ves una dictadura en Europa?
ResponderEliminarSaludos
Ahora mismo no tengo una opinión clara. En un sentido jurídico-político, no. Pero tampoco veo una democracia, porque la representatividad está viciada de origen. Así que lo que veo es una oligarquía constituida, una "oligrocracia".
ResponderEliminarEn cuanto a España en concreto, nunca ha tenido democracia. La I República pudo haberlo sido (lo hubiera sido, si observamos la constitución de Pi), pero la abortaron enseguida. La II República supuso un avance (con todas sus sombras, y a pesar de no separar los poderes del Estado) pero las mismas fuerzas tradicionalistas (incluido el fascismo) se alzaron en armas.
Si lo que insinuas es que incluso una auténtica democracia formal (ésa que España no tiene) implicaría igualmente la prevalencia de los intereses de la oligarquía sobre los del "pueblo", estoy de acuerdo. Pero... ¿sería una dictadura, podemos hablar de "dictadura del capital"?
Yo no lo veo, porque la mayoría defiende el "sistema" (se trate o no de una mayoría alienada) y esto no pasa en las dictaduras, donde precisamente se opta por abolir toda libertad política y civil porque en caso contrario la voluntad popular pondría trabas a esas políticas dictadas (es decir, impuestas).
En fin, que lo que veo es servidumbre voluntaria, más que dictadura (aunque sin negar la deriva autoritaria, que en casos como el del reino de España es sangrante, pudiéndose hablar casi de dictadura de facto).
Una apostilla: cuando se hablaba de dictadura del capital, la clase obrera tenía sus derechos restringidos (voto censitario) y las mujeres estaban marginadas. Por eso los revolucionarios (o mejor dicho, los reformistas) creían que su integración supondría el fin de los gobiernos conservadores.
ResponderEliminarPero la realidad es que no ha sido así, y aunque hoy las llamadas "democracias" a menudo no sean tales, sí es un hecho que en ellas vota todo el que quiere. Y que ese voto da como resultado gobiernos generalmente conservadores (es decir, extremadamente serviles al capital).
La razón, de acuerdo, es el sofisticado aparato de alienación del que dispone la corporación público-privada que hoy dicta el poder (creo que no se puede hablar ya del Estado en términos decimonónicos), pero aun siendo así, incluso aun tratándose de una representatividad muchas veces viciada (o falsa) ¿acaso no se vota libremente?
Yo no veo la dictadura, veo servidumbre voluntaria de una mayoría. Veo, en todo caso, la "dictadura de los borregos".
Si en Europa se aboliera la democracia (o lo que llaman tal) y ésta fuera sustituida por una tecnocracia (por así decirlo, y como ya es en parte) el fondo sería el mismo en tanto en cuanto seguirían anteponiéndose los intereses oligárquicos a los de las masas, sólo que éstas no tendrían entonces ni voz ni voto, y el reparto de la riqueza sería más desigual (como, de hecho, lo va siendo).
ResponderEliminarYo como anarquista no creo en la democracia formal, porque capitalismo y democracia van de la mano en la sociedad contemporánea, pero obviamente hay niveles de represión, y la dictadura (incluso la dictadura tecnocrática) es mucho peor que el trampantojo de la democracia.
La democracia (real) no interesa porque limita la maniobra de acción del poder (capitalista), pero en caso de que existiera una verdadera democracia, ésta degeneraría pronto en oligarquía, que es lo que no aceptan los demócratas, porque en el fondo son unos idealistas.
En todo caso siempre que haya adoración al poder y al dinero habrá corrupción indiferentemente de las formas de gobierno adoptadas por el Estado, sólo difieren en los grados de totalitarismo (de los distintos tipos de libertades) e independientemente también del Sistema que se impone a la totalidad de la sociedad.
ResponderEliminarPero podemos decir entonces que la democracia -si no es directa y en este punto hay algunos que tampoco están de acuerdo- es la dictadura de las mayorías.
Ya que es hablado de gobiernos conservadores (supongo que te referiras al PSOE Y al PP) voy a dejarte un vídeo sobre el nacimiento de un partido político de militantes cristianos pobres, el Sain, muy poco conocido y minoritario. Dejo el enlace porque me pareció en su día curioso que hubiera un partido político que se definiera como auto-gestionario.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=IlgcBZp-rUo&t=482s
Sí, a PP, PSOE..., sus homólogos europeos, etc. Aunque también lo son las nuevas fuerzas, que se dividen en populismo nacionalista (Ciudadanos, en Francia el partido gobernante...) o socialdemócratas que se achican enseguida (Podemos, el 5 estrellas en Italia...) y que tratan de compensar su tibieza con guiños igualmente populistas.
ResponderEliminarNo soy un integrista, así que, en según qué contextos, reconozco que hay "males menores" (por ejemplo, el Estado de bienestar lo ha sido, si observamos en perspectiva la historia humana), pero se trata de episodios efímeros (enseguida se recortan "derechos", derechos que fueron apenas cesiones) y en general decepcionantes (porque se consigue poco y se renuncia a mucho). La gente quiere oír que hay una línea continua de progreso en la historia humana (hasta los marxistas creían en ella), pero yo no la veo; veo etapas de evolución y otras de involución, como si la humanidad fuera un cangrejo que acabase moviéndose en círculo. Hoy parte del mundo vive mejor que nunca, pero hay también más gente que nunca pasándolas putas (y no sólo en términos absolutos).
En cuanto a ese partido, no tenía ni idea.
"Pero podemos decir entonces que la democracia -si no es directa y en este punto hay algunos que tampoco están de acuerdo- es la dictadura de las mayorías."
ResponderEliminarUn demócrata-liberal o radical (defensor de la democracia formal) diría que no, que la democracia es la división de poderes del Estado, garantizándose así una representatividad real, y que por tanto estarían asimismo plenamente garantizados los derechos individuales. El problema es que en ese discurso se obvia la dinámica del capitalismo, es decir, la fuerza económica que lo rige todo.
Un demócrata "popular" diría que tampoco, porque la mayoría se mueve siempre por una especie de sentido común que vela por la supervivencia y progreso de la comunidad, y que ciertos derechos individuales no son más que expresiones de egoísmo. Aquí el problema es que se obvia que los representantes de esa supuesta voluntad mayoritaria uniforme degeneran indefectiblemente en oligarquía al ejercer el poder (no es una opinión, es una certeza que se extrae analizando la historia humana).
Para mí se trata de idealismo en ambos casos, un tótem al que rendir culto. Acepto que la democracia sea un mal menor, pero nunca la culminación de la sociedad humana. Esa culminación sería sólo el llamado socialismo utópico: socialización de los bienes de producción y a la par libertad absoluta para el individuo, es decir, libre asociación.
El problema del Capitalismo es que la gente no lo percibe como un sistema totalitario; ¿propaganda?. Lo ve dividido, por zonas geográficas. La cuestión de que haya zonas del planeta con unas condiciones de vida materiales mas o menos aceptables no invalida que éste sea excluyente y pueda ser altamente violento y destructivo; guerras económicas y bélicas que provocan todo tipo de catástrofes ambientales y humanas. Por lo tanto, las crisis que provoca el Capitalismo siempre serán sistémicas en mayor o menor grado dependiendo de la zona afectada.
ResponderEliminarTe dejo otro vídeo de Heleño Saña con Julián Gomez: https://www.youtube.com/watch?v=EVyDbi4z1Hk&t=226s
ResponderEliminarCasualmente a Heleno Saña lo he incluido en una pequeña memoria didáctica sobre el ensayismo español, aunque reconozco que lo he leído poco. En todo caso, por lo que sé de él, me parece una figura ninguneada y que conviene dar a conocer. Gracias por el enlace.
ResponderEliminarEn cuanto al capitalismo, pienso que la razón de su pervivencia como sistema radica en su capacidad de mutación y en que crea tantas sinergias y riqueza como pobreza y sufrimiento. Es evidente que jugamos con ventaja observándolo todo más de un siglo después de la polémica entre marxianos y bakuninistas, pero hoy es está claro que el capitalismo perdurará hasta la abolición del poder, si es que algo así tiene lugar alguna vez.
La gran contradicción del capitalismo es que nunca antes un sistema había originado tantos adelantos, riqueza, comodidades, etc., como, a la vez, destrucción y padecimientos de todo tipo.
ResponderEliminarPor si no me hubiera explicado bien: no puede superarse el capitalismo desde el poder, o lo que es lo mismo, desde el Estado. Primero porque toda política socialista llevada a cabo desde el Estado se convierte enseguida en capitalismo de Estado, dada la dinámica del funcionamiento de la economía (de cualquier economía) en coexistencia con el Estado. Segundo porque la clase gobernante se convierte asimismo (y mucho antes de lo pensado) en oligarquía, traicionado sus intenciones de partida, y a sus representados. Y no hay posibilidad de socialismo oligárquico (en eso degeneró la URSS, que fue simple capitalismo de Estado). Que la clase gobernante se transforma en oligarquía es un hecho objetivo que en mi opinión obedece a dos causas: 1º) la propia dinámica del poder (las sinergias originadas en torno al poder y a los que lo ejercen), y 2º) la capacidad potencial de corromper a cualquiera desde los poderes fácticos, cuya existencia es siempre paralela a la del Estado.
ResponderEliminarSin duda, por lo visto no puede haber un Poder benefactor como por ejemplo un Estado socialista. Sin embargo muchos autor marxitas han sostenido la tesis de que esto podría llegar a ser posible en el transito a una sociedad sin clases.
ResponderEliminarPor cierto hablando de Marx, Cancer capitalista y Esteban Vidal le han dedicado dos artículos a raiz del bicentenario del nacimiento de aquel que creo que merecen la pena.
https://www.portaloaca.com/historia/otroshistoria/13702-karl-marx-una-fatalidad.html
http://crisiscapitalista.blogspot.com.es/2018/05/marx-y-el-capitalismo.html
También habría que hablar sobre cómo ha influenciado el pensamiento de Marx en el anarquismo. Se olvidan entre tanto otros caminos y ramas como el anarquismo agrario que debido a la industrialización a raiz a la técnica y la tecnología quedaron totalmente marginados y obsoletos. De éste se habla muy poco. También echo de menos que el anarquismo vuelva a cuestionar que es eso de la propiedad privada y el trabajo asalariado.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=DREYt6DESK4
A los partidarios del autoritarismo marxista es a lo que yo llamo "marxianos" (los defensores de ese tránsito que nunca llegó). Porque "marxista" es ya cualquiera que asuma tanto, por una parte, el estudio de la Historia como una lucha de clases como, por otra, la teoría de la plusvalía (más que una teoría, en realidad: una demostración empírica de que el trabajo asalariado es una forma de robo legalizado: al respecto resulta imprescindible el estudio de 'El Capital'). Es decir, que la contribución de Marx a la historia del pensamiento, especialmente en esos dos puntos, es enorme y deja en deuda a cualquiera que se preocupa por investigar y razonar. En ese sentido, Bakunin era marxista, y así lo decía él mismo, por cierto. Por el contrario, la usurpación del Estado burgués por las clases trabajadoras y sus "representantes", usurpación que defendía Marx, y que siguen defendiendo los socialistas (no los progres), los comunistas, etc., es lo que yo prefiero llamar "lo marxiano", porque el hecho es que hay un abismo entre este autoritarismo estatista y el socialismo de corte libertario (verdadero socialismo) que, en esencia, constituye la base ideológica del anarquismo, y que es coincidente con el marxismo ortodoxo en la crítica del capitalismo y el trabajo asalariado.
ResponderEliminarEn cualquier caso, hoy que vivimos en el Estado policial, con cientos o incluso de miles de millones de siervos vocacionales, el sueño de una sociedad libertaria está más lejos que nunca.
Si partimos de la base que la acumulación junto con la voluntad de poder originó la división de la sociedad en clases, tendremos que preguntarnos el por qué tuvo lugar el fenómeno de dicha acumulación, más allá de que la lucha de clases sea el motor de la Historia y todo lo que todo esto ha conllevado hasta el presente. Creo que centrarse sólo en una visión económica de la vida como lo hizo Marx es un error -por muy acertada que ésta fuera- al no contemplar la totalidad, o dejar de lado las cuestiones espirituales y psicológicas del individuo y la sociedad. Por ese motivo la obra de Marx se centra en "El Capital" y olvida el fenómeno de la voluntad de poder que sin duda es una cuestión netamente psicológica y no tiene porque ser también una cuestión estrictamente material.
ResponderEliminarO dicho de otro modo se puede explotar para obtener sólo fines económicos o para la obtención de otro tipo de fines como la dominación a través de la persuasión o la fuerza -sin que haya voluntad de acumular dinero- que signnifiquen por lo tanto también poder.
ResponderEliminarSí, Marx, en el fondo, era un optimista. Creía en la linealidad del progreso, en que la solución a la cuestión económica (así como a la naturaleza del gobierno) desterraría casi todos los males del mundo. No se planteaba que el ejercicio del poder pudiera "corromper" a la clase proletaria tanto como a sus explotadores, convertirla en nueva oligarquía (véase la URSS, China...). Ésa es la gran diferencia con Bakunin. Y ciento cincuenta años después la Historia le ha dado la razón en todo al ruso.
ResponderEliminarNo sé si insinuabas que la voluntad de poder (el querer someter, imponerse...) guarda relación con las frustraciones, complejos y debilidades psicológicas de muchos individuos. En ese caso estoy de acuerdo.
ResponderEliminarFijémonos, sin ir más lejos, en los foros (mucho más que en los blogs), donde auténticos pringados se erigen en autoridad virtual para amonestar, sancionar, silenciar, etc., incluso falseando la verdad a sabiendas. O, por ejemplo, en ese loco argentino que te visita (seguro que sigue haciéndolo, el pobre diablo, ja, ja), en parte interesado por el discurso ácrata o libertario pero a la vez lleno de odio porque es incapaz de superar su condición de lameculos vocacional, lo que le hacía insultarte (desde el más absoluto anonimato, por supuesto) y lo que le hizo comerle el tarro a terceros (recurriendo a una constante mensajería pivada) con el objetivo de vengarse de mí, por no haberle dado bola.
Pues sí, la voluntad de poder es una proyección que hace el Yo para sentirse superior a los demás y así poder manipular debido al vacio y al sin sentido existencial.
ResponderEliminarEl autoritarismo llega hasta los círculos libertarios también, te lo digo por experiencia. Ya sea por protagonismo o por otras cuestiones. Como se dice el Poder puede dormir tranquilo y creo que en la mayoria de las ocasiones no hace falta ni su intervención para desestabilizar y crear conflictos en el grupo disidente.
Ya no es la desconfianza sino la mediocridad la que impide un mínimo de entendimiento y organización.
Y eso, ¿te han censurado algo?
ResponderEliminarDesde luego la gente que no se doblega (tenga las ideas que tenga) siempre va a tener roces allá adonde vaya. Ahora, que yo sigo pensando que es algo característico de la piel de toro, esta costumbre de adular y acto seguido apuñalar.
Siento dejarte con la palabra en la boca pero mañana salgo por unos días.
Sí. Me expulsaron más bien. Lo que ocurre en estos sitios es que se forman camarillas y se acaban conviertiendo en guetos. Y se te ocurre llevarle la contraria a alguien o simplemente le caes mal pues ya te puedas dar por expulsado. Pero como dices no hay sido el único sitio ni el último donde vaya a tener problemas.
ResponderEliminarPues nos vemos en otra ocasión. Buen viaje.
Saludos
Es bastante triste, observar cómo se forman esas camarillas incluso en un medio virtual. O cómo se tiende al corporativismo y hasta se encubre la verdad en aras del "bien común" (por ejemplo: lo que pasó con "Crusoe" en cierto foro, donde incluso se dio a entender que tú y yo somos la misma persona). En fin..., la moral gregaria exige sacrificar una oveja por el bien del rebaño. Y esto es aplicable a todos los campos. Y así va cayendo oveja tras oveja... Pero no en el simulacro de la red, sino en la vida real, en relación con el trabajo, la política, etc. El hombre tiene un enorme potencial de desarrollo intelectual, pero aprovecha una mínima parte de ese potencial. Su mentalidad está más cerca de la hormiga que del lobo, el delfín o el gorila.
ResponderEliminarEn una par de semanas ando de nuevo por aquí.
El problema es que la gente normalmente debe de aceptar la aprobación de la mayoría para no quedar fuera del grupo. Y si para eso tienen que auto-censurarse, lo hacen.
ResponderEliminarEs ese no quedar mal ante nadie para que no puedan después hablar mal de ti. A partir de aquí se empiezan a articular las convenciones sociales que acepta la mayoría y el pensamiento único. Por eso motivo la democracia es la dictadura de las mayorías. En el fondo todo acaba siendo pura supervivencia. La gente no va y ve más allá de lo establecido por el status quo.