La Renta básica universal es una más de las gestiones que hace el sistema capitalista de la pobreza y miseria que genera.
La distribución de la manutención en base a ayudas económicas (cada vez más reducidas) por parte del Estado al parado es apoyada por el Capital privado para que éste puede reducir aún más los salarios y los costes que le ocasiona el trabajador de base, de manera que también pueda aumentar la producción y la explotación de éste.
En este contexto el trabajo existente jamás será repartido, sino al contrario, será cada vez más selectivo, especializado y minoritario (el permanente) y más mal pagado, escaso y mayoritario (el eventual), con lo cual y debido al alto porcentaje de paro incrementará la competitividad en el mercado laboral, creando un sistema hiperviolento y destructivo en sí, promocionando e incentivando a los mejores y anulando y eliminando a los peores adaptados (meritocracia).
Fuera de la autogestión, hay que desconfiar de cualquier "concesión" o beneficio social que provenga de la patronal o del Estado (que vienen a ser lo mismo) expertos en camuflar sus anzuelos.
ResponderEliminarSalut!
Señal de que malos tiempos nos esperan cuando aprueben la Renta básica universal porque la escasez de trabajo ya será un hecho en si...
ResponderEliminarSalut!
No estoy del todo de acuerdo.
ResponderEliminarPor mucho que nos pese, vivimos en un sistema capitalista, en el que hay mucha gente que sufre a causa de no disponer de ningún tipo de ingresos. Una renta básica puede ayudar a esta gente a salir del pozo, y tirar para adelante. Si bien es cierto que el objetivo primordial es reactivar el consumo y poder mantener vivo el sistema, es decir, que para nada es una medida en contra del capitalismo, si no todo lo contrario.
Pero la parte positiva es que habrá gente que viva mejor a corto plazo, un plazo valioso para la contra cultura y la revolución. No hay tiempo para revoluciones culturales ni educativas si lo que impera es el hambre, la pobreza y el malestar total. Solo una revolución violenta, sanguinaria y descabezada puede salir del hambre y la pobreza.
Yo creo que el análisis esta mal, ya que no toma en cuenta el presente y el futuro, todavía maneja la creencia anticuada (del milenio pasado) donde la gente era la fuerza de trabajo de la industria y del país, pero si tomamos en cuenta que con la automatización de procesos y robotización de las cadenas productivas una empresa que antes requería de mil empleados para funcionar, ahora 10 personas unos cuantos ordenadores y robots superan la producción y esto a través de un corto tiempo (se habla que para el 2050 el 75% de los empleos que conocemos ya no existirán) tenemos que es urgente medidas para que los robots trabajen para todos y no para unos cuantos, aun la anarquista cooperativa con la tecnología actual y futura deberá repartir las ganancias entre los socios que ya no empleados de esta, yo creo que la renta básica universal puede ser un buen comienzo para irnos olvidando del trabajo humano como la forma de generar riqueza.
ResponderEliminarIan SV, caes en una paradoja cuando afirmas que Renta básica universal puede ser en parte positiva para ganar o acumular tiempo para un proceso que conlleve una revolución social satisfactoria.
ResponderEliminarJustificas el medio (la solución del sistema capitalista) para llegar al fin, cuando el medio es una trampa porque como he expuesto brevemente en el artículo, el medio (la Renta básica universal) persigue otros fines ajenos a los intereses de la clase obrera.
Albert A. H., ¿qué camino propones para la revolución? ¿Cómo propones que derribemos el sistema?
ResponderEliminarGracias por tu tiempo
No queremos las migajas que la clase dominante, de acuerdo con su estrategia, nos ofrezca. Esa especie de limosna no es más que una ínfima parte de cuanto nos roban. No queremos caritativos apaños, queremos lo que nos pertenece, queremos el reparto equitativo del trabajo y de la riqueza que éste y la tierra nos dan. No queremos las sobras que el poder tácticamente decida concedernos: lo queremos todo, es decir, queremos justicia social. Lo contrario es, como bien dice Albert, pan para hoy y hambre para mañana. Es hora de despojar del mando a quienes lo utilizan en su exclusivo y abusivo beneficio, y devolvérselo al pueblo, único y legitimo propietario.
ResponderEliminarSalut!
Que.. si.. que todos queremos eso. La cuestión, una vez más, no es lo que queremos, si no cómo lo haremos.
ResponderEliminarMi propuesta es el comunismo libertario Anónimo, y el camino para el cambio es crear conciencia ya sea bien de clase y/o social.
ResponderEliminarDejo este artículo sobre la Renta básica universal: https://lavozdelaherramienta.wordpress.com/2013/12/05/renta-basica-capitalismo-y-consumo/
Salut!
¿Pero cómo llegar al comunismo libertario? ¿Creando conciencia? No creo en esa vía. La revolución sólo se impone por la fuerza.
ResponderEliminarGracias por tu respuesta
Si tu propuesta es el comunismo libertaria y la manera de alcanzarlo es creando conciencia, estarás de acuerdo en que si la gente esta más pendiente de donde venderse para poder comer, o en si podrá pagar este mes la hipoteca, no podrá centrarse en crear conciencia. Será imposible, en el aislamiento que se produce a través de la pobreza y el ensimismamiento que el hambre y la escasez producen, crear momentos de reflexión y ponderación de la realidad. Las situaciones violentas crean personas violentas.
ResponderEliminarEn cuanto a la respuesta anónima, decir que no es tan sencillo. No se puede, a la ligera, creer en la violencia y en imponer la revolución, de forma sencilla y defendiendo la anarquía, ya que de una forma u otra caerás en paradojas y contradicciones.
Lo que quieres decir, más o menos, es que el fin justifica los medios.
Hola, Ian. ¿Puedes darme un ejemplo histórico de auténtica revolución sin violencia? Cristo murió en la cruz. Yo creo en la barricada.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Ian, no creo que la creación de conciencia precise de cierto tiempo que sea de mayor o menor duración, es decir, sea un proceso acumulativo, sino más bien es un proceso espontáneo, es un "darse cuenta" de la condición de uno mismo. Por ejemplo hay gente que tiene mucha formación académica (títulos, másters), muchos conocimientos, etc, sin embargo carecen de todo tipo de conciencia (me refiero en este caso a los especialistas que siguen siendo trabajadores asalariados), y por contra, hay gente que con poca formación o estudios sí tiene conciencia. La conciencia no precisa tanto de conocimientos e información sino más bien de empatía, justicia y amor por la verdad.
ResponderEliminarSalut!
La conciencia social nace y se forja en la experiencia, en la observación y en los interrogantes que esta nos plantea. Por ejemplo: Observo a mi padre, que se ha pasado su castigada vida enterrado en una mina, enfermo de silicosis y sin recursos para al menos paliar su enfermedad. Muere en la pobreza y no deja otra herencia que su sacrificio y su lucha.
ResponderEliminarObservo al patrón, cuya inmensa fortuna se fraguó gracias al trabajo de mi padre y de cuantos como él fueron sacrificados en la mina: el patrón y su familia viven en la abundancia. Rodeado de mil cuidados, morirá de viejo en la cama y dejará una copiosa herencia a sus hijos.
¡Por qué!, me pregunto yo con apenas nueve años... ¡Por qué! Esa primera pregunta suscitará otras que, a su vez, engendrarán otras... Y es así como nace la conciencia y la lucha en pos de la justicia social que de dicha conciencia se deriva.
Donde hay conciencia y lucha social, existe ya una revolución en ciernes.
Salud!
Sí, Lom, así nacerá muchas veces la conciencia y el deseo de justicia que se deriva de ella (aunque también gente perteneciente a la burguesía e incluso a la nobleza ha cobrado conciencia en la historia), pero en todo caso para ganar la lucha hace falta levantar barricadas, jugar duro, hacer que los que mandan tengan los cojones de corbata. Respeto vuestra fe en el progreso (moral), pero la historia es tozuda: para conseguir "derechos" hace falta tomarse la justicia por cuenta propia, para conquistar "derechos" hace falta algo más que tener razón. Las cosas no te las dan: las tomas. Y si se niegan a que tomes lo que es tuyo, entonces debes recurrir a la FUERZA.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Estamos de acuerdo, pero derribar el orden establecido supone, ineludiblemente, organizarse. ¿Y cómo hacerlo si la propia clase explotada no tiene conciencia de serlo? Para disponer de un arma (sea la que sea), primero hay que conseguirla, después hay que aprender a manejarla y, por último, hay que saber muy bien cuándo, contra qué y contra quienes utilizarla.
ResponderEliminarSi hoy en día ni tan siquiera somos capaces de organizar y llevar a cabo una auténtica huelga general e indefinida (con sus bien pertrechados fondos de resistencia, etc.), ¿cómo vamos a ser capaces de organizar una lucha abierta de barricadas? No digo con esto que no sea deseable e incluso necesario, digo que, como en la ajedrez, todo movimiento revolucionario precisa de una organización y planificación para que no se vuelva, cual bumerán, en contra de quienes la llevan a cabo, cosa que, desgraciadamente, ha sucedido en numerosas ocasiones. Por eso, insisto, es preciso antes que nada prepararse, crear conciencia, organizarse y, esto es muy importante, actuar en la clandestinidad: si el enemigo descubre tu jugada se anticipará a ella.
Es fácil gritar ¡a las barricadas!, lo difícil es levantarlas y sostenerse en ellas. Tarde o temprano seguramente habrá que hacerlo, entonces veremos quienes, paso a paso, las habían preparado.
Salud!