Si hoy no es posible la revolución es porque todavía no estamos lo suficientemente preparados, aunque el sistema de dominación y los mecanismos que usa el Poder se hayan perfeccionado, la servidumbre es factible por consenso debido a la atomización del individuo que lo inhabilita para cualquier tipo de respuesta y si "el comunismo se vende como mercancía" es porque forma parte del Capitalismo -lo ha integrado- no porque lo haya convertido éste, es decir, el comunismo ha transmutado en una forma de Capitalismo y por lo tanto ya no puede ser comunismo como tal, en esencia, en sí y por sí, entendiendo el comunismo como el sistema antagónico del Capitalismo, es decir, el comunismo revolucionario o libertario, o la democracia directa si queremos llamarlo así.
La revolución es factible cuando el individuo deja de estar fragmentado por las ideologías, la cultura, la educación, las costumbres, las religiones que emanan del sistema de dominación capitalista, cuando el individuo vuelva a ser individuo se podrá empezar a hablar de un cambio que conlleve la transformación de la sociedad y por ende de las estructuras que conforman el sistema.
Articulo: ¿Por qué hoy no es posible la revolución?
El neoliberalismo no es un sistema poscapitalista, como tantos quieren hacernos creer. El neoliberalismo es una manifestación extrema del capitalismo, y no se puede analizar el uno sin antes tener clara conciencia de cómo funciona el otro, que es, por así decir, su matriz.
ResponderEliminarLlama poderosamente la atención que en el artículo de Byung-Chul Han no se mencione a Marx, cuya obra, El Capital, sigue siendo una herramienta fundamental de análisis del capitalismo. Hay quienes tildan de marxistas a cualquiera que utilice dicha herramienta, pero eso es tanto como decir que aquellos que utilizan el diccionario de la RAE son academicistas.
Lamentablemente, son pocos los que, aun siendo anticapitalistas, han leído (y estudiado) a Marx. Aunque Byung-Chul Han tiene razón en algunos puntos de su análisis, a mi juicio hierra al afirmar que el comunismo se ha convertido en mercancía, en todo caso lo desvirtúa en su propio interés, como hace con cualquier manifestación humana. Sin duda, Byung-Chul Han venderá muchos libros porque lo que falla no es el comunismo, sino que el capitalismo se impone.
Tal vez "hoy" la revolución no sea posible, pero de ello no se puede colegir que sea imposible. Mil años decía Hitler que duraría su hegemonía, y apenas duró una década.
Salud!
Por esa razón le han publicado este artículo en el diario "El País", porque éste artículo no crítica la raíz del Capitalismo y la esencia del mismo, sólo lo analiza superficialmente. Pues sí ya has complicado que un altavoz del sistema publique algún contenido de algún autor marxista, imagínate de un autor libertario.
ResponderEliminarLo que has dicho al principio es interesante, y confirma de alguna manera lo de que la división genera confusión y por lo tanto conflicto.
Salut!
No estamos preparados... bueno, no es una evolución, sino una involución en la que nos han sumido destruyendo todo lo que nos unía y potenciando lo que nos separa, pero aun así, no es algo (la revolución) que llega cuando es el momento, yo creo que es algo que surge sin más, porque nadie desea morir ni matar por sus ideas o su libertad, cuando así sucede es porque no hay otra alternativa, cuando es cuestión de supervivencia y lo es para una mayoría que reacciona de ese modo, sin más remedio y a la vez.
ResponderEliminarAsí, por mucha ingeniería social y mucha precaución que tomen, tarde o temprano saltará la chispa y será imparable, el ser humano es impredecible porque es algo más que simple materia y eso no pueden controlarlo.
Salud!
Podríamos diferenciar entre una revolución violenta y otra no violenta, la violenta ya sabemos lo que conlleva, sin embargo una huelga indefinida no conlleva en primera instancia violencia si hay una mayoría que la secundase, otra cosa es lo que podría pasar si algún día se diera ese posible escenario, golpe de Estado, actos violentos de ultraderechistas junto con matones a sueldo del Estado contra la población sublevada, esquiroles, etc, etc.
ResponderEliminarEstos posibles escenarios se tendrían que estudiar de algún modo para contrarrestarlos con o sin violencia, pero lo que parece inevitable es que la violencia engendraría violencia en mayor o menor grado, siempre suponiendo que la mayoría de la población tuviese las ideas claras de que hacer después del acto de desobediencia que implicaría un parón de estas dimensiones para cambiar el sistema.
De todos modos si se rebelase una mayoría de la población en un hipotético caso y el Estado se viera desbordado, las tropas de la OTAN estarían desembarcando a los pocos días de la rebelión, supongo que impondrían un Estado de sitio y una posterior represión de dimensiones insospechadas...
ResponderEliminarPero mi visión es más pesimista en cuanto siempre o casi siempre salvando algunos periodos de la historia hemos estado en guerra, es decir, de mayor o menor intensidad (guerras silenciosas lo titulaba un documento militar) evidentemente no nos matamos directamente como en una guerra, pero de alguna manera sí que lo hacemos indirectamente, de ahí el famoso poema de Bretch:
ResponderEliminarHay muchas maneras de matar.
Pueden meterte un cuchillo en el vientre.
Quitarte el pan.
No curarte de una enfermedad.
Meterte en una mala vivienda.
Empujarte hasta el suicidio.
Torturarte hasta la muerte por medio del trabajo.
Llevarte a la guerra, etc...
Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.
Con la diferencia que hoy el Estado es el gestor de la corrupción en la sociedad, es decir, no hace falta que nos mate el Estado directamente, ya lo hacemos nosotros mismos compitiendo por un puesto de asalariado o por otras causas como la delincuencia, las enfermedades provocadas por las drogas, etc, etc...
ResponderEliminarTambién hay que entender que una parte del estado sale del pueblo, al igual que la mayor parte del aparato represivo, policía y ejercito.
ResponderEliminarEstamos al borde de una guerra mundial, una destrucción del sistema a ese nivel podría general un modo de organización absolutamente diferente, solo depende del tipo mayoritario de individuos que sobrevivan y se impongan. (aunque yo también soy pesimista, la verdad)
El pueblo... Agustín García Calvo viene a decir que pueblo es lo que resiste y dice NO al Estado y sus instituciones, cual son la Sociedad, la Familia y la Realidad. Es decir que, el Estado se sostiene en los individuos escindidos de la comunidad, pero no en el pueblo. Precisamente, el Estado vigila y reprime lo que en cada uno/a de nosotros/as queda de pueblo. El Estado no "sale del pueblo", lo aniquila. Allí donde hay pueblo no hay Estado.
ResponderEliminarLeer la noción desarrollada por Agustín García Calvo sobre el pueblo, es más que un mero ejercicio intelectual, es acercarse a una visión libertaria del mismo, que nada tiene que ver con los conceptos al uso. Yo os recomiendo su lectura.
"La principal obsesión de García Calvo es denunciar las falsedades sobre las que este mundo se sostiene porque en su opinión, vivimos cómodamente instalados en una serie de creencias que nadie se atreve a discutir y que la educación, cómplice siempre del poder, se encarga de transmitir. La primera de estas falsedades y sobre la cual se sustentan todas las demás es la necesidad del Estado.
ResponderEliminarDos años después de la muerte del general Franco, en 1977, nuestro autor publica un librito de menos de 80 páginas titulado ¿Qué es el Estado? en un momento en el que en España empiezan a proliferar los libros sobre temas políticos. Este panfleto es uno de sus primeros escritos y conviene detenerse en él para entender todo su pensamiento posterior. En esta obrita García Calvo empieza por definir al Estado como una idea mentirosa y real a la vez, en el sentido de que encierra una profunda contradicción, pues hace referencia a dos cosas que son incompatibles entre sí, por un lado la idea de Poder y por otro la idea de pueblo. Y añade que esta contradicción llega a su punto máximo en el Estado democrático, donde se funden el Poder y el pueblo de forma tal que parezca que es el pueblo el que ejerce el poder sobre sí mismo. Prosigue nuestro autor con un lúcido análisis de esta institución en el que nos desvela todos sus entresijos, con la intención de ponerla en tela de juicio y así hacerla peligrar como idea, pues es evidente que el Estado es la idea más fuertemente arraigada que existe. En la obra en cuestión se aprecian dos partes, la primera está dedicada a las instituciones afines al Estado y la segunda se detiene en lo que son sus rasgos constitutivos.
Como explica García Calvo, la primera institución vinculada al Estado es la familia, organizada alrededor de la mujer, ─primer ejemplo de dominación de la historia de la humanidad─ y centrada en un foco único que es la televisión. Otra institución en la que se apoya el Estado es el Dinero, al que nuestro autor define siguiendo el dictamen de Marx, como la vida de los hombres convertida en mercancía. García Calvo asegura que en la esencia de todo Estado se encuentra el ser capitalista, de la misma forma que también se encuentra en su esencia el ser totalitario. Esto se explica porque todas las riquezas que se hallan en el territorio de un Estado deben ser a la fuerza estatales y tomar la forma de dinero. De este modo García Calvo demuestra que es una falsedad distinguir entre Estados capitalistas, Estados liberales o Estados totalitarios."
http://www.cecies.org/articulo.asp?id=356