viernes, 22 de mayo de 2015

La sociedad de la violencia II.





La hiper-violencia en la actualidad se ha sublimado de tal forma que no se percibe como tal, sobretodo en los países de Occidente, ésta hunde sus raíces tanto en el condicionamiento heredado por nuestros antepasados como en el condicionamiento adquirido por la propaganda del sistema y las relaciones sociales, pero con el añadido que a día de hoy se ha hecho una de los pilares en los que se sostiene el Capitalismo de Estado, la fuerza que impregna la propaganda sobre la violencia como método de condicionamiento en el hombre sobrepasa en mucho la violencia de épocas pasadas.

No cabe duda de que hoy la violencia física está muy mal vista sobretodo en los países del primer mundo o los desarrollados, esto no sucede tanto en los países tercermundistas o subdesarrollados si tenemos en cuenta que en muchos de éstos existen diferentes tipos de conflictos entre ellos bélicos, crímenes, delincuencia, etc, etc.


En los países de Occidente no se han producido tantos conflictos bélicos como por ejemplo en el continente africano, si nos ceñimos a acontecimientos surgidos después de la 2º GM, pero en Occidente se desarrollan otro tipo de guerras que podríamos llamar silenciosas, éstas no suelen dejar víctimas asesinadas por un disparo en cualquier calle, las víctimas suelen morir de forma programada (lenta) y silenciosa por diferentes causas , suicidio, drogas, alcohol, tabaco, depresiones, sedentarismo y mala alimentación, malas praxis en tratamientos médicos, etc., aunque el nivel de vida se haya alargado hay que señalar que las condiciones de la misma cada día son más decadentes y degradantes para el hombre moderno, pero eso sí, disfrazadas de mentiras difundidas por la propaganda y engaños que el hombre medio asimila en buena medida para poder auto-engañarse y soportar este modo de existencia tan inhumano.


Los mecanismos de control de la violencia que ejerce y administra el sistema (Estado capitalista en mayor medida) pasan por una serie de filtros que van dirigidos de la forma más adecuada al hombre moderno, una vez dispuestos, se insertan en éste, en la escuela, el instituto, en las universidades y se acaban consolidando en el mercado laboral, a todo esto hay que añadir la propaganda impuesta durante toda la vida del hombre por el aparato tecnológico, es decir, medios de comunicación como: prensa, radio, televisión, cine, internet, y para rematarlo tenemos los espectáculos deportivos que tienen la función de exacerbar la competitividad en la sociedad toda, que en esencia, no deja de ser violencia.


Podríamos añadir un factor más como desencadenante de la violencia en las sociedades modernas, éste no sería otro que el odio o mejor dicho el auto-odio sobretodo del hombre frustrado, el auto-odio genera una serie de conflictos que derivan en diferentes tipo de violencia ya sea psicológica (la que más se da en la actualidad entre otras cosas porque la hemos aceptado como tal) o física hacía el prójimo y que se retro-alimenta y perpetua dentro de una sociedad jerarquizada y extremadamente competitiva.

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