viernes, 26 de agosto de 2022

MENSAJE DEL NIÑO LOBO DE MONTJUÏC (BARCELONA)

 ""Se llamaba Antonio Montserrat y vivía en la montaña de Montjuïc, el hogar que lo vio nacer y el único rincón donde se sentía como en casa. A El Niño Lobo de Montjuïc nunca le gustó la ciudad. Siempre terminaba regresando al monte. En la última década, una chabola encajonada en la dura piedra de la cara este de la colina, uno de los rincones más inaccesibles, se convirtió en su hogar. Hace un mes y medio se instalaba en un piso de la Zona Franca gestionado por la Fundación Arrels. A los 54 años, su cuerpo había dicho basta. El 22 de abril, la voz del último chabolista de Montjuïc se apagaba. La muerte de este "hombre libre", como lo recuerdan sus amigos, ha dejado una gran huella y un gran vacío en miles de personas que conocieron la última etapa de su vida a través de internet. Esta es su historia.

Antonio nació el 1966 en Can Valero, uno de los barrios de barracas formados alrededor de Montjuïc, donde llegaron a vivir 30.000 personas. A los nueve años presenció como dos hombres armados se llevaban a su padre. Lo asesinaron con dos tiros de escopeta. La muerte del progenitor, atracador de bancos y traficante, marcó, en gran parte, su vida. Pasó por un internado, hizó la mili y desempeñó diversos trabajos en los sectores de la seguridad y la construcción. Vivió una temporada en Sant Antoni de Calonge en un piso, pero jamás logró establecerse en una vivienda por mucho tiempo. "Después de todo nació en la montaña. Allí pasó más de la mitad de su vida. Cuatro paredes le ahogaban", comenta Verònica Beas, una de sus referentes en Arrels, entidad que acompaña a personas sin hogar."



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