sábado, 28 de septiembre de 2019

El PROYECTO ARRENDAJO

El PROYECTO ARRENDAJO


Surge del amor a los árboles de una grupo de amigos desolados ante el panorama predesértico de nuestra Iberia. Al tener como elemento motor el amor es constructivo y creador, fecundante y productor de vida.

Es popular, horizontal y autoconstruido. No tiene centro ni dirección. Cualquier puede hacer o decir o editar un texto o un video en él o para él. Y cualquiera puede aceptar o rechazar lo que se diga por otro u otros, o mitad y mitad. Su sustento es la libertad de conciencia y la libertad de expresión. Y sobre todo de acción porque, si los arrendajos no piden permiso para esconder sus bellotas en tierra, suponemos que tampoco habrá problemas para miles de personas tomen cartas en este asunto y actúen como diseminadores de bellotas, como arrendajos.

Quienes lo hemos lanzado somos sólo iniciadores. No directores. Hay quienes saben mucho más que nosotros y tiene bastante más experiencia, por tanto, a ellos les corresponde aportar. Otros se limitarán a recolectar y sembrar, solos o en grupo. Así lo hacen los arrendajos.

Se trata, como hemos dicho, de recolectar y diseminar 1.000.000 de kilos de bellotas de los cinco quercus de la Península Ibérica (robles, quejigos, encinas, alcornoques y coscojas), logrando que 100.000 personas acopien cada una 10 kilos y luego los siembre en lugares deforestados, igual que hace el arrendajo, nuestro idolatrado pájaro forestador.

Este año no conseguiremos, probablemente, esa meta, pero el que viene, sí, o el otro, o el otro, o… Somos combativos, somos fuertes, somos voluntariosos, y lo lograremos.

Las fechas de maduración de las bellotas, cogida y siembra se sitúan entre finales de octubre y principios de marzo. Cuatro meses o un poco más. Pero varían tales fechas según los territorios, la altitud, etc.

La clave es la acción individual, y conviene actuar sin esperar a otros ni a que se forme un grupo, ni a que nadie diga “¡adelante!”. Se trata de que cada persona, imbuida de amor puro y desinteresado por la naturaleza y por sus semejantes, destine su tiempo a: 1) informarse de todo el procedimiento y el proceso, 2) planear lo que va a hacer, 3) recoger bellotas y hojas de adelfa, 4) empuñar una azada o un palo, una mochila o saco de tela con las bellotas, una bolsa de papel con la adelfa triturada y lanzarse a hacer hoyos y a poner dos o tres bellotas (tres en suelos muy degradados y con escasas precipitaciones, dos en donde las condiciones edafoclimáticas sean más benignas) en cada uno, durante semanas. En su barrio, en su pueblo, en el de al lado, donde mejor le parezca.

Aún no es el momento de hacer eso. Falta más de un mes. Pero sí es el momento de dar a conocer el PROYECTO ARRENDAJO,  aportando la información y explicaciones necesarias, y animando a más y más personas, colectivos y grupos humanos a que se sumen a él. En este momento nos encontramos, dando la batalla en la calle y en las redes sociales.

         Nuestro criterio es pasar, acabada la campaña de los quercus, a otros árboles. Por ejemplo, las sabinas, los castaños, los tejos, las hayas. O, mejor aún, los abedules. O bien los tilos. Sin ignorar un árbol que suele acompañar a las encinas, el madroño, de frutos deliciosos. Tenemos que llegar a ser un movimiento de gentes enamoradas de los árboles y los bosques que realizan su amor sirviéndolos esforzadamente, y que expande su estado de ánimo y sus quehaceres por todo el cuerpo social.

         Al final de la campaña, podemos organizar una Quedada. Para marzo. Con el fin de fijar nuevas metas y preparar la campaña de los quercus de 2020-2021.
Los contactos en:

Asociación del Común,  asocdelcomun@gmail.com
FB, “Proyecto arrendajo”
Grupo Iberico de Whatsapp. 697886703






domingo, 22 de septiembre de 2019

Sobre el cambio climático.

Las campañas que han iniciado los medios de comunicación de masas sobre el cambio climático responden a las políticas de carácter eco-fascista que van a empezar a implementar los Estados. No es de extrañar que los altavoces del Poder hayan empezado a dar la voz de alarma sobre la cuestión ecológica que irá aumentando (como siempre) de forma paulatina en base a leyes cada vez mas restrictivas en cuanto a la gestión de recursos naturales y energéticos.

Thomas Müntzer y la guerra de los campesinos

                                        A sangre y fuego se impone el Poder.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

El Capitalismo como religión - Walter Benjamin

                               Unas palabras previas

El fragmento Kapitalismus als Religion (El Capitalismo como Religión), inacabado e inédito en vida de Benjamin, es uno de los textos más herméticos de un autor ya de por sí esotérico. Fue escrito hacia 1921, muy influido por la lectura del libro Thomas Müntzer, teólogo de la revolución de su amigo Ernst Bloch y por las ideas del anarquista Gustav Landauer y, en cierta medida, en confrontación con alguna de las tesis de La ética protestante y el espíritu del Capitalismo de Max Weber. Pero más allá de la influencia que algunas lecturas pudieron tener a la hora de elaborar estas notas dispersas y fragmentarias, lo que nos interesa destacar de este texto es su carácter anticipatorio y radical. Benjamin, a contracorriente de la escuela marxista, apunta una crítica que quizás solo décadas después se nos revela en toda su radicalidad. Para Benjamin, el Capitalismo es el culto más extremo que haya existido. Las prácticas capitalistas, por encima de su utilitarismo, son prácticas cultuales que dirigen las vidas de quienes están sometidos a su imperio sin condiciones ni responsabilidad. El Capitalismo es la religión más extrema, pues ha de 6 ser celebrada en todo momento y lugar, algo que en nuestra época ha alcanzado sus mayores cotas de sometimiento, cuando casi cada cosa y cada relación entre los seres y las cosas está mediado necesariamente por la forma-mercancía, cuando el agua, los cuidados, y hasta la felicidad responden ya a las exigencias del Capital. El término alemán schuld (que tiene el doble sigificado de «culpa» y «deuda»), es empleado en varias ocasiones por Benjamin. Un rasgo esencial del capitalismo es la culpabilización generalizada que introduce. En él no hay esperanza de redención, siempre hay una culpa y una deuda. Aquellos que no ganan el dinero suficiente (y ningún dinero es nunca suficiente) son (y se sienten) culpables por ello, y además están en deuda con la Economía, convertida en diosa triunfante que todo lo ve y lo juzga. Siempre hay que abarcar más, aspirar a más, producir más y ganar más. Ahí reside el carácter totalitario del Capitalismo, pero lejos de corresponder a un carácter meramente materialista y utilitarista, como querrían los marxistas, su verdadera esencia es fundamentalmente religiosa, y ahí eso permite en gran medida su apisonadora expansión alegre y universal. No hace falta la razón, solo la fe, una fe desesperada y suici- 7 da, una fe ciega en la propia marcha triunfante del Capital y del reino del consumo. Si no lo derribamos como el ídolo que es seremos todas sacrificadas en un Moloch final. En esta pequeña y modesta edición hemos decidido incluir el texto Fragmento teológico-político, escrito más o menos en la misma época en que Benjamin redactó El Capitalismo como Religión y en el que deja algunos apuntes sobre un mesianismo revolucionario que ha de apuntar a la ruptura del continuo histórico. Nada acontece, todo ha de suceder. Apuntad alto...

La Llama

                                         El Capitalismo como Religión



[Im Kapitalismus ist eine Religion zu erblicken...]7​ En el Capitalismo hay que ver una religión. Esto significa que el Capitalismo sirve esencialmente para satisfacer las mismas necesidades, tormentos o inquietudes a las que antaño daban respuesta las llamadas religiones.

Esa estructura religiosa del Capitalismo no es sólo similar a “una imagen de estilo religioso” (así pensaba Max Weber), sino “un fenómeno esencialmente religioso”. Pero si hoy intentáramos dar la prueba de esa estructura religiosa del Capitalismo, acabaríamos en el callejón sin salida de una polémica universal y desmesurada. No podemos abarcar la red en la que estamos; pero más tarde nos daremos cuenta.

No obstante, hoy ya es posible reconocer tres rasgos de esa estructura religiosa del Capitalismo:

a) En primer lugar el Capitalismo es una religión puramente de culto, quizá la más cúltica que ha existido nunca. No tiene una teología dogmática específica: en él todo cobra significado sólo a través de una referencia inmediata al culto. Desde esta óptica adquiere el utilitarismo toda su coloración religiosa.

b) Un segundo rasgo del Capitalismo relacionado también con esa concreción cultual, es la duración permanente del culto: el capitalismo es como la celebración de un culto “sans trêve et sans merci” (sin tregua y sin piedad). No hay en él “días laborables”, no hay un solo día que no sea “día de fiesta”, en el sentido terrible de una ceremonia sacra superdesarrollada: es como el despliegue máximo de aquello que se venera.

c) En tercer lugar, se trata de un culto culpabilizador. El Capitalismo es quizás el primer caso de un culto que no es expiatorio sino culpabilizador. A partir de aquí, este sistema religioso se ubica en la explosión de un movimiento monstruoso: una terrible conciencia de culpa/deuda (Schuld en alemán significa a la vez culpa y deuda) que no sabe liberarse, echa mano del culto no para expiar la culpa sino para hacerla universal, para grabarse en nuestra conciencia y, por último y ante todo, inmiscuir al mismo Dios en esa culpa para acabar interesándole en la expiación.

La expiación, por tanto, no hay que esperarla ni del mismo culto, ni de la reforma de esa religión (que siempre debe apoyarse en algo más seguro que ella) ni en la apostasía de ella. Más bien pertenece a la esencia de ese movimiento religioso que es el Capitalismo el aguantar hasta el final: hasta la completa culpabilización final de Dios, hasta la situación mundial de desesperación que ya hemos conseguido y en la cual todavía seguimos esperando.

Ahí reside lo históricamente inaudito del Capitalismo: que la religión ya no significa la reforma de la vida sino su destrucción, la desesperación se transforma así en el estado religioso del mundo, del cual hay que esperar la salvación. La trascendencia de Dios ha desaparecido, pero Dios no ha muerto sino que se ha incrustado en el destino humano. Todo este cruzar el planeta-hombre por la morada de la desesperación, con la soledad más absoluta en su camino, es una actitud que deriva de Nietzsche: ese hombre es el superhombre, el primero que conoce la religión capitalista y comienza a practicarla.
Un cuarto rasgo es que el Dios (del capitalismo) debe quedar escondido. Sólo puede ser invocado en el zenit de su culpabilización. El culto es celebrado por una divinidad inexperta; y cada pensamiento o cada representación de ella, destroza el misterio de su madurez.

También la teoría de Freud tiene que ver con el señorío clerical de ese culto. Lo reprimido, la representación pecaminosa y condenada es con mucho la analogía más luminosa del Capital que cobra intereses del infierno del inconsciente.

La forma del pensamiento religioso capitalista se encuentra (también) magníficamente expresada en la filosofía de Nietzsche. La idea del superhombre empuja el salto apocalíptico no hacia la conversión, la expiación, purificación o penitencia, sino hacia un crecimiento constante que en sus últimos tramos se vuelve explosivo y discontinuo. Por eso, crecimiento y desarrollo resultan inconciliables (en el sentido del adagio “Natura non facit saltus”): el superhombre es el hombre histórico, construido sin arrepentimiento y que atraviesa el cielo. Esa destrucción del cielo por el crecimiento de la capacidad dominadora del hombre, ya fue juzgada por Nietzsche como una culpabilización (deuda) religiosa; y sigue siendo eso.

Y algo parecido en Marx: ese capitalismo incapaz de convertirse, se transforma en socialismo a través de los intereses simples y compuestos, que son una función de la deuda/culpa (¡atención a la ambigüedad demoníaca de este concepto!)2

El capitalismo es una religión del mero culto, sin dogma. El capitalismo se ha desarrollado en Occidente –como se puede demostrar no sólo en el calvinismo, sino en el resto de las orientaciones cristianas ortodoxas- parasitariamente respecto del cristianismo de modo tal que, al final, su historia es en lo esencial la de su parásito, el capitalismo. -Comparación entre las imágenes de los santos de las distintas religiones, por un lado, y los billetes de los distintos Estados, por otro- El espíritu que se expresa en la ornamentación de los billetes.8


Las preocupaciones: una enfermedad del espíritu que es propia de la época capitalista. Situación espiritual (no material) sin salida que (deviene) en pobreza, vagabundeo, mendicidad, monacato de la vagancia. Una situación así, que carece de salida, es culpabilizante. Las “preocupaciones” son el índice de la consciencia de culpabilidad de la situación sin salida. Las "preocupaciones" nacen por el miedo de que no haya salida, no material e individual, sino, comunitaria.

En tiempos de la Reforma el cristianismo no favoreció el advenimiento del capitalismo, sino que se transformó en él. Metódicamente habría que investigar, en primer lugar, qué vinculos estableció en cada momento el dinero con el mito, hasta que pudo atraerse hacia sí, tantos elementos míticos del cristianismo para constituir ya, el propio mito.

El precio de la sangre. Thesaurus de las buenas obras. El salario que se le debe al sacerdote. Pluto como dios de la riqueza.

Vínculo del dogma de la naturaleza resolutoria del saber y el capitalismo -propiedad para nosotros que lo hace, a la vez, redentor y verdugo-: el balance como saber redentor y destructor.

Contribuye al conocimiento del capitalismo como una religión el hacer presente que, originalmente, el paganismo originario concebía la religión, no como un “elevado interés moral” "superior", sino, como el más inmediatamente práctico. En otras palabras, el paganismo fue tan poco consciente, como el capitalismo actual, de su naturaleza “ideal”, “trascendente”, y la comunidad pagana consideraban a los individuos irreligiosos o heterodoxos de su comunidad como incapaces, igual que la burguesía actual considera a sus miembros no productivos.

Para el filósofo italiano Giorgio Agamben la hipótesis de Walter Benjamin es clara: el capitalismo no es otra cosas que una verdadera religión, la más feroz e implacable que haya existido nunca, ya que no conoce redención ni tampoco tregua, es una religión dogmática en extremo. El sector financiero, la banca, que habría ocupado el lugar dejado por las Iglesias tradicionales y sus sacerdotes, gobierna el crédito por lo que manipula y gestiona es la fe y la confianza. Esa manipulación se lleva a cabo de forma irresponsable y sin escrúpulos, obteniendo dinero de la confianza y esperanza de los seres humanos, estableciendo el crédito del que cada uno puede gozar y el precio que debe pagar por él llegando incluso a imponer el crédito de los estados, que, según Agamben, han abdicado dócilmente de su soberanía. El crédito gobierna el mundo y el futuro de los hombres, un futuro que la crisis hace más corto y decadente. La política habría quedado subyugada por el poder financiero que habría secuestrado por completo la fe y el futuro, el tiempo y la esperanza. En esta situación nuestra sociedad, en teoría laica, estaría sirviendo a la más oscura e irracional de las religiones, el capitalismo.311
En palabras de Giorgio Agamben:
...el capitalismo es una religión basada enteramente en la fe, una religión cuyos seguidores viven 'sola fide' (sólo por medio de la fe). Y como, según Benjamin, el capitalismo es una religión en la que el culto se ha emancipado de todo objeto y la culpa de todo pecado y, por lo tanto, de toda posible redención, así, desde el punto de vista de la fe, el capitalismo no tiene objeto: cree en el hecho puro de creer, en el puro crédito (believes in pure belief), es decir: en el dinero. El capitalismo es, por ello, una religión en la cual la fe –el crédito– ha sustituido a Dios. En otras palabras, en tanto que la forma pura del crédito es dinero, es una religión cuyo dios es el dinero.3


El filósofo Byung-Chul Han14​ es contrario a la tesis principal del artículo de Benjamin -el capitalismo es una religión-, ya que según este autor una religión que no incluye el perdón, la expiación y la liberación no es una religión y el capitalismo y su expresión neoliberal no incluyen el perdón y por tanto la cancelación de la deuda, el desendeudamiento o condonación:
El régimen neoliberal esconde una estructura coactiva tras la aparente libertad del individuo, que ya no se entiende como sujeto sometido ('subjetc to'), sino como desarrollo de un proyecto. Ahí está su ardid. Quien fracasa es, además, culpable y lleva consigo esta culpa dondequiera que vaya. No hay nadie a quien pueda hacer responsable de su fracaso. Tampoco hay posibilidad alguna de excusa y expiación. Con ello surge no solo la crisis de culpa, sino también la de gratificación.
Tanto el desendeudamiento como la gratificación presuponen la instancia del otro. La falta de vinculación al otro es la condición trascendental de posibilidad para la crisis de gratificación y de deudas. Esta crisis pone de manifiesto que el capitalismo, frente a la suposición ampliamente difundida (por ejemplo, por Walter Benjamin), no es ninguna religión, pues toda religión maneja categorías de deuda (culpa) y desendeudamiento (perdón). El capitalismo es 'solamente endeudador'. No dispone de ninguna posibilidad de expiación que libere al deudor de su deuda. La imposibilidad del desendeudamiento y de la expiación es responsable también de la depresión del sujeto del rendimiento. La depresión, junto el síndrome de agotamiento, representan un fracaso insalvable en el poder, es decir, una insolvencia física. Insolvencia significa, al pie de la letra, la imposibilidad de compensar (solvere) la deuda.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Sobe la imagen - Jacques Ellul

Ante la desolación del mundo real, corresponde al sistema colonizar la conciencia de los esclavos. Así, en el sistema dominante, las fuerzas de represión están precedidas por la disuasión que, desde la primera infancia, realiza su trabajo formando los esclavos del futuro.

Deben olvidar su condición servil, su prisión y su miserable vida. Solo mira esta multitud hipnótica conectada delante de todas las pantallas que acompañan su vida cotidiana.  Se auto-engañan al estar insatisfechos permanentemente con el reflejo manipulado de una vida soñada hecha de dinero, gloria y aventura.

Pero sus sueños son tan angustiantes como sus vidas miserables.

Hay imágenes para todos en todas partes, llevan el mensaje ideológico de la sociedad moderna y sirven como instrumento de unificación y propaganda. Éstas crecen a medida que el hombre se despoja de su mundo y su vida. El niño es el objetivo principal de estas imágenes porque se trata de sofocar la libertad desde su cuna. Hay que hacerlos estúpidos y privarlos de toda forma de reflexión y crítica.

Todo esto se hace con la desconcertante complicidad de sus padres que ni siquiera miran de resistir el impacto acumulativo de todos los medios modernos de comunicación.

Compran todos los bienes necesarios para la esclavitud de sus descendencia. Disponen de la educación de sus hijos y la entregan en bloque al sistema de forma embrutecedora y mediocre.

Hay imágenes para todas las edades y para todas las clases sociales. Y los esclavos modernos confunden estas imágenes con la cultura y, a veces, incluso con el arte. Algunos utilizan los instintos más sórdidos para librarse de los stocks de mercancías mediante el consumo. Y es que sigue siendo la mujer, doblemente esclava en la sociedad actual la que paga el precio más alto.

La rebelión se ha convertido en una imagen que se vende para destruir mejor su potencial subversivo. La imagen es siempre la forma de comunicación más simple y efectiva. Construimos
modelos para alienar a las masas, les mentimos permanentemente, creamos frustraciones. Difundimos la ideología del mercado a través de la imagen porque tienen el mismo objetivo: vender modos de vida o productos, comportamientos o bienes, no importa, pero lo más importante es siempre vender.


viernes, 13 de septiembre de 2019

Los medios de comunicación de masas al servicio del Poder.

Los medios de comunicación de masas se han convertido en los aparatos ideológicos por excelencia de la instituciones y los partidos, cuyo fin es el de crear más caos y confusión en la sociedad de manera que la manipulación sea mucho mas efectiva. La inoculación de ideas preconcebidas para influenciar en el público de una manera u otra es el arma más peligrosa y la que atenta permanentemente contra la conciencia del ser humano.

Estado de excepción - Giorgio Agamben

"Examinemos el caso de la Alemania Nazi. Poco tiempo después de que Hitler llegara al poder (o para ser más precisos, de que se le otorgara) el 28 de febrero de 1833, se aprobó el decreto para la Protección de la Población y el Estado. Por medio de este decreto se suspendieron todos los artículos de la Constitución de Weimar que garantizaban las libertades individuales. Como este decreto nunca fue revocado, se podría afirmar que el Tercer Reich, desde un punto de vista legal, fue un Estado de excepción que se prolongó durante doce años. En este sentido, podemos definir a los modernos totalitarismos como la institución que, a través de la declaración de un Estado de excepción o del estallido de una guerra civil, posibilitan la eliminación, no solo de los adversarios políticos, sino de todas las categorías de la población que se resisten a ser integradas bajo un sistema político único. La creación intencional de un Estado de excepción permanente se ha convertido en una de las medidas más importantes de los Estados contemporáneos, incluidas las democracias. Y aún más, ni siquiera es que se declare el Estado de excepción en el sentido técnico del término."

domingo, 8 de septiembre de 2019

"Cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá" - Joseph Goebbels






  1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
  2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
  3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
  4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
  5. Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
  6. Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
  7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
  8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
  9. Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
  10. Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
  11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

martes, 3 de septiembre de 2019

Sobre la sociedad meritocrática.

La sociedad meritocrática revela un factor jerárquico que conlleva a la desigualdad. Se premia a los mejores y se castiga a los peores. La competitividad en un plano profesional y por lo tanto económico impide una redistribución de la riqueza equitativa y fomenta la división social entre poseedores y desposeídos o en último caso entre gobernadores y gobernados debido al carácter autoritario de las instituciones del Estado aristocrático.




Fue arrojado a la basura
por nacer de forma prematura
Igual que Moisés se libró de la muerte
navegando por las aguas de un torrente
El tiempo ha pasado el niño ha crecido
pero sigue oculto en su nido.
Emilio el pocero es el hijo del miedo
y aunque el amor fuera como el fuego
Emilio sería un cenicero
Emilio el pocero es el hijo del miedo
y si el amor fuera como el fuego
quien no sería un cenicero.
1 2 3 4!!!!!
El recibe su vida del mar
hijo de las cosas que sueles tirar
Su piel es mas oscura que cualquier noche
no tiene estrellas para hacerse un broche
el es el príncipe de las cloacas
es compañero de todas las ratas.
Emilio el pocero es el hijo del miedo
y aunque el amor fuera como el fuego
Emilio seria un cenicero
Emilio el pocero es el hijo del miedo
y si el amor fuera como el fuego
quien no seria un cenicero.
Si bajaras a la alcantarilla
tu serias su novena maravilla
pero tu caminas pisando su cielo
por eso Emilio nunca tendrá consuelo.
Emilio el pocero es el hijo del miedo
y aunque el amor fuera como el fuego
Eíilio seria un cenicero
Emilio el pocero es el hijo del miedo
y si el amor fuera como el fuego
quien no seria un cenicero.
El es el príncipe de la cloacas
es compañero de todas las ratas
El es el príncipe de la cloacas
es compañero de todas las ratas
Emilio no puede comprar tabaco
lleva en la piel estigma del sobaco
Emilio no puede comprar tabaco
lleva en la piel estigma del sobaco
El es el príncipe
el es el principe
El es el principe oh oh oh
el es el principe
El es el principe
el es el principe.

Miquel Amorós - "Crítica anarquista del pensamiento posmoderno"

"Lo que es el pensamiento posmoderno y sus implicaciones conservadoras, procapitalistas y antirrevolucionarias.El pensamiento posmoderno como nocivo al pensamiento anarquista y a todo pensamiento crítico. A pesar de que generalmente se piensa que el pensamiento posmoderno es crítico y liberador. Desde los antecedentes modernos del pensamiento revolucionario hasta sus presupuestos de hoy. El pensamiento posmoderno sería un pensamiento propio de los grupos universitarios, que reproducen la subjetividad de jóvenes europeos de clase media, es un pensamiento de individuos adaptados a un mundo que tiende a la destrucción de lo humano y a la pasividad frente a esta destrucción, individuos aislados en las dinámicas de las redes sociales y el consumo, la soledad y la impotencia.





Fuente: Kuartoscuro.