lunes, 31 de diciembre de 2018

Sobre la violencia y la revolución tecnológica.

La violencia conlleva un gesto implicito de desesperación en los oprimodos. Como tal es el último recurso que se emplea para la supervivencia. No se contemplan otras formas de violencia antes de usar la fuerza como respuesta ante el abuso y la dominación-explotación. Se legitima por lo tanto el Poder y sus mecanismos de dominación basados en la violencia unas veces explicita y otras implicitamente que implican al gobernado en la constitución y aceptación de dicho Poder. No se cuestiona el Poder, es más, se le adora con todo tipo de rituales y sacrificos. Por lo tanto, la violencia de los opromidos es una respuesta al abuso y no al uso del Poder, de manera que la desobediencia se transforma en la herramienta necesaria para la abolición del Poder y todas sus posibles manifestaciones.

Si la revolución industrial impuso el trabajo (asalariado) como modo de vida, en la revolución tecnologíca se impone el ocio como modo de vida. El trabajo y el entretenimiento sirvieron y sirven como herramienta de control social, la producción y el consumismo derivaron y derivan en sistemas totalitarios que desbordan las expectativas de desarrollo que pueda tener el individuo en la sociedad. No puede haber libertad en un sistema de dominación que invade permanentemente la vida de los individuos y que dicta cómo hay que pensar y actuar en cada momento de la misma.

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