sábado, 24 de noviembre de 2018

Marx, el burgués.

El poder no es fenómeno económico sino espiritual, su fuerza reside en la capacidad de influenciar, convencer o persuadir, es decir, en penetrar a través de las ideas sobre el espíritu de los demás.

La técnica y la tecnología es una obsesión por lo material. El pensamiento marxista ha cobrado tanta relevancia en la sociedad por su análisis sobre el materialismo y la lucha de clases como motor de la historia de la humanidad. Marx no supo discernir que el poder es una constante inherente al ser humano y que va más allá de la las clases sociales. Por otro lado su análisis es incompleto al definir que la clase burguesa ostenta el poder al ser poseedora de los medios de producción de manera que también ejerce el poder político por medio de la influencia y de la corrupción sobre los gobernantes. Su interés sólo por el poder económico lo convirtió al fin y al cabo en un capitalista que obvió el poder político, es decir, el primer poder o "poder de poderes" que rige la historia de la humanidad que no es otro que el poder de los gobernantes, el poder del Estado.


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