El colpaso ya es inevitable (salvo una revolución poco probable), sólo queda ver como administrará la élite de poder los conflictos de mayor o menor intensidad que se puedan dar en la totalidad del mundo. La sociedad del control basada en la auto-vigilancia mediante el aparato tecnológico (internet) servirá para medir el descontento social y las consecuencias que se derivarán de éste.
Las corrientes de pensamiento inoculadas y planificadas -según los intereses de la élite- por los medios de comunicación de masas al servicio del Poder determinarán el comportamiento de una mayoría que fagocitará todo intento de disidencia.
Sólo lo permitido por el Poder tendrá cabida en los intereses de la sociedad en general. La confrontación izquierda-derecha, conflictos nacionales, lucha de clases y otros temás de mayor o menor relevancia servirán como cortina de humo para ocultar el nuevo orden mundial basado en un tecnofascismo de nuevo cuño para gobernar a la totalidad de la población.
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