sábado, 27 de octubre de 2018

Tecnología, desarrollismo y mal.

La sociedad tecnológica fragmenta a los individuos despojándolos de sus atributos naturales, los aisla en su esfera privada y los somete a las máquinas que han creado. La esfera pública queda reducida por el aparato tecnológico de manera que lo virtual sustituye a lo real para transformalo en una ilusión que proyecta el ser humano a cada paso que da para darle sentido a su existencia.

La sociedad capitalista banaliza el mal y lo convierte en espectáculo a través de los medios de comunicación para el consumo de las masas. De manera que las injusticias que se cometen se perpetúan con la complicidad de la misma.

El mercantilismo transformó al ser humano, degradándolo y sometiéndolo al servicio del Capital. Una vez cosificado se invadió su espíritu y la propaganda le asignó una imagen (falsa conciencia individual) a través del fetichismo de la mercancía y del dinero para adaptarlo a la gran máquina creada por el aparato tecnológico.

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