Se suele vincular sólo al fascismo con las dictaduras de partido único, cuando se olvida que las democracias representativas de varios partidos también son totalitarismos disfrazados que representan una única realidad ideología (el Capitalismo) basada en la ley del más fuerte para conquistar el poder. Las dos formas supuestamente antagónicas de gobierno sirven de engaño a la élite para justificar el totalitarismo mundial.
La última fase del colapso de la sociedad es la guerra mientras tanto se suceden batallas (de mayor o menor intensidad) que manifiestan el fracaso, la violencia, la destrucción y la corrupción en la que vivimos inmersos de una forma u otra.
No hay solución alguna cuando se contempla la corrupción como un estado inherente a la condición humana.
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