domingo, 27 de agosto de 2017

Poder y desobediencia.

El poder como forma especifica de dominio tiene origen en nuestros antepasados, es decir, antes de la aparición del Estado ya existía como tal. Significa que no es un fenómeno que se haya dado con la aparición de ninguna institución concreta, no pertenece al desarrollo adquirido durante la historia de la civilización cultural humana propiamente dicha, sino a una causa hereditaria como especie que fundó la voluntad de poder en la dominación sobre el otro para someterlo. El Yo se forja y fortalece en el Poder. Para disolver el Poder debe disolverse antes el Yo, causa primera del Poder y la violencia.

La desobediencia se opone a la violencia en tanto en cuanto ésta tiene como fin el poder y aquella su renuncia. Son por lo tanto conceptos antagónicos que se repelen, el poder funda la violencia y la negación del poder "el No" funda la desobediencia, aunque en algunas ocasiones "el No" pueda implicar violencia (como defensa propia), sin embargo, estos casos se contemplan en pocas ocasiones porque suelen ser la excepción que confirma esta regla.





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