jueves, 17 de agosto de 2017

Desobediencia, violencia y propaganda.

La desobediencia no implica violencia, por lo tanto es una forma de opisición contra la injusticia y el poder que impera en la sociedad actual y va más allá de la lucha o guerra entendida como forma de combate ante el enemigo. En este contexto la negación del rebelde o revolucionario contra el statu-quo es la solución sin violencia contra la dominación.

La máxima del revolucionario no es la fuerza sino la desobediencia.


La diferencia de un estado de guerra convencional donde la gente se mata directamente y el estado de guerra actual, es que en el primero las personas mueren fisicamente y en el segundo las personas mueren espiritualmente.
La guerra ha sido y es una estado permanente (en mayor o menor medida) durante la historia de la humanidad, unas de forma abierta y otras de forma larvada.

Interioarización del pensamiento y conducta a través de la propaganda capitalista; consiste en hacer ver un hecho irracional, nocivo y destructivo en un hecho normal, racional y creativo.
La vida es una lucha = la vida es una guerra. Utilizar el eufemismo lucha en vez de guerra ya denota hipocresía. Nos auto-complacemos y en cierta medida nos sentimos orgullosos de nuestra supervivencia y no nos damos cuenta de que en el camino muere mucha gente por esta misma causa.

Cuando no hay conciencia debido a la imposición de una dictadura con el consentimiento de la gran mayoría de poco sirve la libertad de expresión.

La sociedad de los propietarios se convirtió en la sociedad de los burgueses, y la sociedad de los burgueses en la sociedad de los capitalistas.

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