La división de la sociedad en clases no impele sólo a la acumulación de riquezas en forma de dinero y Capital, sino que es producto también de la concentración de poder que deriva del Capital cultural, político y religioso para poder influenciar a la sociedad, es decir, en última instancia manipularla y someterla a los designios e intereses particulares de la élite de poder que detenta también este último Capital.
Antes de la lucha de clases proclamada por Marx y que se ha transformado en una guerra de todos contra todos ya existían clases dominantes en el Estado, la nueva división social instarauda por el cambio de gobierno a través de las revoluciones, añadió una nueva clase en la lucha por el poder. La burguesía sirvió para implantar un nuevo modelo social y económico (Capitalismo) que fragmentó mucho más a la sociedad y de paso logró camuflar el verdadero poder que gobernó y gobierna en la sombra desviando el centro de atención a través de la propaganda.
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