viernes, 20 de enero de 2017

Pressentiments.





El ser humano suele creer más en lo que le han contado que en lo que cree él mismo.

Todo político en el mejor de los casos es un necio que puede acabar corrompiéndose o en el peor de ellos sólo desea poder, riqueza o fama

Quien desea seguridad es porque tiene miedo.

¿La propaganda determina al hombre o el hombre determina la propaganda?
¿Hasta qué punto el hecho anecdótico de que hayamos nacido en un país o en una comunidad (nación) en concreto nos define nuestro carácter y personalidad en base a la cultura, costumbres, tradiciones y religión que en ellas se practican?

Es menester corromperse para seguir auto-engañadose, sólo de esta forma se puede aceptar sin tener remordimientos de conciencia el sistema de dominación del que formamos parte.

Toda justificación del sistema de dominación es bajo cualquier punto de vista intolerable. Todo Poder (y adhesión al mismo) corrompe y legitima el uso y abuso de la fuerza y la violencia como forma natural de convivencia.

Toda propaganda pervierte cuando es adoctrinadora, los dogmas de fe son una falacia de la religión y la política para manipular a sus adeptos, el engaño se constituye como creencia a partir de la obediencia a un Ser o a una Autoridad que se revela superior al desreligionalizar y despolitizar al individuo incapacintándolo como agente proactivo y por lo tanto dueño de su vida y destino.

La vida como accidente.
Lo único seguro es la muerte, todo lo demás es circunstancial.

La verdadera religión y política es la conciencia, es decir, la que está en el interior de todo ser humano.

La vida es un accidente al que la conciencia da sentido.

Toda acumulación es perniciosa porque implica corrupción y degradación, en tanto en cuanto sirve al poseedor la ventaja de manipular al desposeído.

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