jueves, 23 de junio de 2016
"AUTONOMIA OBRERA" - Orsini Zegrí y Falconetti Peña
"AUTONOMIA OBRERA" es una película sobre las luchas autónomas en España en los años 70, un relato del otro movimiento obrero, una reescritura de la transición posfranquista. Contra la memoria histórica, memoria política.
Autonomia Obrera 1/2 from Asamblea de Majaras on Vimeo.
miércoles, 22 de junio de 2016
martes, 21 de junio de 2016
Sobre un artículo de Byung-Chul Han - ¿Por qué hoy no es posible la revolución?
Si hoy no es posible la revolución es porque todavía no estamos lo suficientemente preparados, aunque el sistema de dominación y los mecanismos que usa el Poder se hayan perfeccionado, la servidumbre es factible por consenso debido a la atomización del individuo que lo inhabilita para cualquier tipo de respuesta y si "el comunismo se vende como mercancía" es porque forma parte del Capitalismo -lo ha integrado- no porque lo haya convertido éste, es decir, el comunismo ha transmutado en una forma de Capitalismo y por lo tanto ya no puede ser comunismo como tal, en esencia, en sí y por sí, entendiendo el comunismo como el sistema antagónico del Capitalismo, es decir, el comunismo revolucionario o libertario, o la democracia directa si queremos llamarlo así.
La revolución es factible cuando el individuo deja de estar fragmentado por las ideologías, la cultura, la educación, las costumbres, las religiones que emanan del sistema de dominación capitalista, cuando el individuo vuelva a ser individuo se podrá empezar a hablar de un cambio que conlleve la transformación de la sociedad y por ende de las estructuras que conforman el sistema.
Internet constituye en cierta medida un sistema socialista que da apariencia de libertad pero como finalidad sirve de control a un sistema de dominación capitalista. Supongo que este sería un tipo de comunismo al que Byung hace mención en el artículo...
Leer artículo : ¿Por qué hoy no es posible la revolución?
domingo, 19 de junio de 2016
Resumen para sindicalistas y otros militantes de izquierda.- André Gorz.
LA CRISIS DEL TRABAJO
1.1.- LA IDEOLOGÍA DEL TRABAJO
El trabajo con fin económico no ha sido siempre la actividad humana dominante. Solamente es dominante a escala de toda la sociedad a partir de la llegada del capitalismo industrial, hace aproximadamente doscientos años. Antes de esto, en las sociedades premodernas, en la Edad Media y en la Antigüedad, lo mismo que en las sociedades precapitalistas que actualmente subsisten, se trabajaba menos, mucho menos incluso que en nuestro tiempo. Hasta tal punto que los primeros industriales, en los siglos XVIII y XIX tenían enormes dificultades para obligar a su personal a trabajar durante toda la jornada, día tras día. Los primeros patronos de manufacturas quebraron a causa de ello.
Esto quiere decir que lo que los anglosajones llaman «la ética del trabajo» y la «sociedad de trabajo» son cosas recientes.
Lo propio de las «sociedades de trabajo» es que el trabajo está considerado a la vez en ellas como un deber moral, como una obligación social y como una vía hacia el éxito personal. La ideología del trabajo tiene como cierto:
-que cuanto más trabaja cada uno, mejor se encuentra todo el mundo;
-que los que trabajan poco o no trabajan causan un perjuicio a la sociedad y no merecen ser miembros de ella;
-que quien trabaja bien triunfa socialmente y que quien no triunfa lleva en sí mismo la culpa de su fracaso.
Muchos de nosotros seguimos estando profundamente impregnados por esta ideología y no hay día en que un hombre político, de derecha o de izquierda, no nos exhorte a trabajar, afirmando que es mediante el trabajo como superaremos la actual crisis. Para vencer el paro, añaden, hay que trabajar más y no menos.
1.2. LA CRISIS DE LA ÉTICA DEL TRABAJO
En realidad, la ética del trabajo se ha vuelto caduca. No es cierto que para producir más haya que trabajar más, ni que producir más conduzca a vivir mejor.
El vínculo entre más y mejor se ha roto; porque respecto a muchos productos o servicios nuestras necesidades están ampliamente cubiertas, mientras que muchas de nuestras necesidades insatisfechas no serán colmadas produciendo rnás, sino produciendo de otra manera, otra cosa, incluso produciendo menos.
Esto vale, en particular, para nuestras necesidades de aire, agua,espacio, silencio, belleza, tiempo, contactos humanos.
No es cierto tampoco que cuanto más trabaja cada uno, mejor se encuentra todo el mundo. La crisis actual ha impulsado una mutación técnica de una amplitud y una rapidez sin precedente: la «revolución microelectrónica>>. Esta tiene como efecto y como fin unas economías de trabajo rápidamente crecientes,tanto en la industria como en las administraciones y servicios.
En ella están aseguradas unas producciones crecientes con unas cantidades de trabajo decrecientes. De lo que resulta que el proceso social de producción no tiene ya necesidad de que todo el mundo trabaje en él a tiempo completo. La ética del trabajo deviene impracticable y la sociedad de trabajo está en crisis.
1.3. LA IDEOLOGÍA NEOCONSERVADORA DEL ESFUERZO.
No todo el mundo es consciente de esta crisis; algunos sí lo son pero tienen interés en negarla. Este es el caso, en particular, de numerosos «neoconservadores». Desean a cualquier precio perpetuar la ideología del trabajo en un contexto en el que el trabajo pagado se hace cada vez más escaso. De este modo, impulsan a las personas a la búsqueda de un trabajo pagado a competir cada vez más duramente las unas con las otras. De esta competencia ellos esperan que el precio del trabajo (es decir, el salario) baje y que los «fuertes» eliminen a los "débiles».
1.4. TRABAJAR MENOS PARA TRABAJAR TODOS.
El interés común de los asalariados es, por el contrario, no competir, organizar su unión frente al empresariado y negociar colectivamente con él las condiciones de su empleo. El sindicalismo es la expresión de este interés común. En un contexto en el que no hay trabajo pagado a tiempo completo para todo el mundo, el abandono de la ideología del trabajo se convierte para el movimiento sindical en un imperativo de supervivencia. Este abandono no es. para nada una abdicación. El tema de la liberación del trabajo,lo mismo que el tema del «trabajar menos para trabajar todos» han motivado las luchas del movimiento obrero desde sus orígenes.
1.5. LAS FORMAS DE TRABAJO.
Por «trabajo» nosotros hemos adquirido la costumbre de entender una actividad pagada, realizada por cuenta de un tercero (el empleador), con vista a unos fines que no hemos elegido nosotros mismos y según unas modalidades y unos horarios fijados por el que nos paga. La confusión entre «trabajo» y «empleo> es corriente, lo mismo que la confusión entre (derecho al trabajo», .derecho a un salario» y «derecho a una renta». Ahora bien, en realidad, toda actividad no es trabajo y todo
trabajo no es pagado ni se lleva a cabo con miras a un pago. Conviene distinguir tres tipos de trabajo.
1.5.1. EL TRABAJO COMO FIN ECONÓMICO.
El trabajo que se realiza con miras a un pago. Es el dinero, decir, el intercambio mercantil, lo que en este caso constituye el fin principal. Se trabaja en primer lugar para «ganarse la vida» y solamente luego por la satisfacción o el placer que, llegado el caso, se obtiene de ese trabajo. A éste le llamaremos trabajo con fin económico.
1.5.2. EL TRABAJO DOMÉSTICO Y EL TRABAJO PARA UNO MISMO.
El trabajo que no se realiza con miras a un intercambio mercantil sino con vistas a un resultado del que uno mismo es, directamente, el principal destinatario y beneficiario. Este es el caso, entre otros, del «trabajo de reproducción», es decir, del trabajo doméstico que, día tras día, asegura las bases necesarias para la vida: preparar los alimentos, velar por la limpieza del cuerpo y de la vivienda, traer al mundo y críar a unos hijos, etc. Este trabajo ha sido impuesto a menudo, y todavía Io es, a las mujeres, además del trabajo con fin económico.
Este trabajo ha sido impuesto a menudo, y todavía Io es, a las mujeres, además del trabajo con fin económico. Por el hecho de que la comunidad doméstica (familia o familia extensa) es una comunidad de vida fundada en la puesta en común y no en la contabilización y el intercambio mercantil, el pago del trabajo doméstico no ha sido considerado hasta estos últimos tiempos. El trabajo doméstico, por el contrario, ha sido considerado como un trabajo hecho por y para la comunidad doméstica indivisa. Esta forma de ver, hay que subrayarlo. no es legítima más que si los miembros de la comunidad doméstica se reparten equitativamente las tareas. El pago del trabajo doméstico mediante un subsidio público que algunos militantes reclaman para Ia mujer, en nombre de la utilidad social de este trabajo, no puede conducir a un reparto equitativo de las tareas y presenta además los siguientes inconvenientes: transforma el trabajo doméstico en trabajo con fin económico, es decir , en empleo (de) doméstico;
asimila el trabajo doméstico a un trabajo útil para la sociedad a mientras que su fin es y debe ser no la utilidad social sino el bienestar y el pleno desarrollo personal de los miembros de la comunidad, lo que es muy diferente. La confusión entre el pleno desarrollo de las personas y su utilidad social es signo de una concepción totalitaria de la sociedad en la que no hay lugar para la singularidad y Ia unicidad de cada persona ni para la especificidad de la esfera privada. Esta es y debe ser sustraída, por definición, al control social y a los criterios de utilidad pública.
1.5.3. LA ACTIVIDAD AUTÓNOMA.
Las actividades autónomas que se realizan como teniendo un fin en sí mismas, libremente, sin necesidad. Se trata aquí de todas las actividades experimentadas como contribuyentes a un pleno desarrollo, enriquecedoras, fuentes de sentido y de alegría: actividades artísticas, filosóficas, científicas, relacionales, educativas, caritativas, de ayuda mutua, de autoproducción, etc. Todas estas actividades requieren un «trabajo» en el sentido de esfuerzo, de aplicación metódica, pero encuentran su sentido y su recompensa tanto en su realización como en su resultado: no son más que una sola cosa junto con el tiempo de vivir. Además es necesario que éste no sea medido con tacañería. En efecto, una misma actividad *por ejemplo, criar a unos hijos, preparar una comida, cuidar del marco de vida- puede ser un trabajo cuyas obligaciones se sufren como opresivas o una actividad en la que se disfruta, según que se esté abrumado por la falta de tiempo o que se lleve a cabo con toda tranquilidad, en la cooperación y el reparto voluntarios de las tareas.
1.6. EL FIN DE LA UTOPÍA.
El trabajo con fin económico solamente ha llegado a ser progresivamente dominante con el capitalismo y la generalización de los intercambios mercantiles. Ha eliminado, en particular, numerosos intercambios de servicios no mercantiles y de producciones artesanales en Ias que el trabajo con fin económico y el placer de crear belleza estaban inextricablemente mezclados.
Este es el motivo de que el movimiento obrero se haya opuesto originalmente a la primacía que el capitalismo industrial confería al trabajo asalariado y a los fines económicos. Reclamando la abolición del salariado y el gobierno o autogobierno de la sociedad por los trabajadores libremente asociados, dueños de los medios de producción, Ia oposición obrera iba, sin embargo, a contrasentido del desarrollo en curso. Tenía un carácter utópico, porque las posibilidades de darle cuerpo no se concretaban. Ahora bien, lo que era utópico al inicio del último siglo deja
en parte de ser lo hoy: el proceso social de producción, la economía requieren cada vez menos el trabajo asalariado. La subordinación al trabajo asalariado y a los fines económicos de todas
las otras actividades y los otros fines humanos pierde su sentido y su necesidad. La emancipación respecto a la racionalidad económica y mercantil se hace posible. No se llevará a cabo si no
es con acciones que no sólo la tomen expresamente como fin, sino que al mismo tiempo ilustren su posibilidad. La acción cultural, el desarrollo de «actividades alternativas» toman una importancia muy particular en este contexto. Volveré sobre ello más adelante.Descargar "Resumen para sindicalistas y otros militantes de izquierda".
Descargar: "Metamorfosis del trabajo"
viernes, 10 de junio de 2016
El infantilismo como herramienta de dominación.
El estado permanente de infantilización de la sociedad desde la cuna hasta la tumba es posible por la delegación de la responsabilidad que hace el individuo (de él y sus semejantes) a unas instituciones que ha cambio de seguridad y cierto bienestar en forma de entretenimiento, le ofrecerá su fuerza de trabajo y en buena medida el consentimiento para hacer de su vida una continua obediencia basada en la mayoría de las ocasiones en la resignación e incapacidad del sujeto o en una minoría de las ocasiones en su ansías de conquista por el poder económico y político.
El infantilismo en el peor sentido de su acepción produce la "inconsciencia" (entrecomillo para no darle un sentido literal al término pues considero que no se nacemos inconscientes del todo, sino mas bien nos convertimos por influencia de la propaganda en seres en mayor o menor grado inconscientes) que después podrá usar el hombre para justificarse de las mil y una maneras o de otro modo alegar ignorancia sobre unos sucesos que le competen o lo acabarán competiendo de alguna manera en el transcurso de su vida.
La cura al infantilismo pasaría por erradicar sobretodo y en buena medida la obediencia a las instituciones que por excelencia representan el poder y al semejante que nos quiera someter de alguna forma.
La toma de responsabilidad o de conciencia hacia uno mismo y después a nuestros semejantes será vital para producir un cambio radical y significativo, de manera que podamos tomar las decisiones más relevantes que nos afectan y así ser lo suficientemente autónomos e independientes para también ser libres de nuestros actos con nosotros mismos y los otros.
Fomentar el infantilismo de las instituciones como primero la escuela, después el instituto y la universidad, pasando por la familia y rematándolo con la propaganda a través de los medios de comunicación de masas (cine, televisión, radio, literatura e internet) sólo crea y creará más confusión y caos en la sociedad, constituyendo individuos atomizados, temerosos y mediocres. Seres que agonizan y sobreviven por puro instinto de supervivencia alimentándose de engaños inducidos desde el poder (sistema de dominación) para de esta manera poder autoengañarse y reconfortarse en su mediocridad e infantilismo.
Evidentemente esperar un cambio desde el exterior es un signo de infantilismo, las instituciones, es decir, el Estado junto con el Capital y el monopolio de la propaganda que ejercen a la par con sus medios de comunicación de masas siempre velan y velarán por sus respectivos intereses, el Poder institucional y económico estarán siempre garantizados si la propaganda es recibida y asimilada por el consumidor pasivo, de este modo la información da forma al pensamiento para concretar y definir después la voluntad del individuo mediocre, su esfera privada es invadida por la información desde los medios de comunicación de masas para después conformar la esfera pública en la que actúa el individuo en el plano social, de manera que las relaciones sociales quedan definidas por el Poder a través de sus medios de persuasión que son aceptadas por una inmensa mayoría de la sociedad.
jueves, 9 de junio de 2016
Poder, revolución, libertad, Ego y espectáculo.
Es curioso constatar como el Poder, es decir, el Estado Capitalista cuando ve que puede peligrar su dominio sobre la sociedad en general provoque conflictos y estallidos de violencia entre la derecha y la izquierda radical atrayendo también a ésta al movimiento libertario para así resguardarse de la naturaleza corrupta que sustenta sus intereses políticos y económicos.
Es preciso en primer lugar hallar nuestro enemigo interior y diluirlo para poder después combatir al exterior.
El poder somete al individuo porque éste anhela seguridad, por contra la libertad lo responsabiliza porque anhela amor.
La cualidad de nuestra imagen (tanto psicológica como física) es representada en gran medida por el Ego que se origina y construye desde el interior del individuo producto de la propaganda (cultura, educación costumbres y tradiciones) y se proyecta al exterior como forma de adaptación y supervivencia al sistema de dominación a la vez que lo consolida y perpetúa volviéndose a reflejar continuamente en el Ego del individuo como imagen que permanece inmóvil y que al no poderse regenerarse se corrompe.
El pensamiento es la memoria del pasado y el presente.
El espíritu no necesita tanto del pensamiento como éste de aquel.
La revolución no es un proceso que precise tanto de tiempo sino más bien de toma de conciencia por parte del individuo que cambie radicalmente su visión del mundo, por lo tanto es un fenómeno atemporal, es decir, se puede dar en cierta medida o no dar en absoluto, siempre dependiendo más de los cambios interiores o psicológicos del sujeto que de los exteriores o de las circunstancias de la vida en la que se halle.
La sociedad del espectáculo ha creado la proporción de espectadores necesarios para que éstos (los sometidos) estén entretenidos, por contra, antes tuvo que destruir a los actores necesarios que protagonizaban sus vidas para restituir las relaciones sociales y de esta manera fomentar un nuevo modo de vida mundializado en el cual los actores necesarios que están al servicio de la élite de poder sean los más pagados y reconocidos, la fama y la riqueza fomentan la cultura de la meritocracia y la competitividad para de esta forma jerarquizar a una sociedad que por norma odia a su semejante al verlo como un rival a batir.
Contamos con una ventaja respecto a los animales según Pavlov, nosotros podemos auto-condicionarnos, de manera que al crear una sugestión interna somos capaces por ejemplo de alterar nuestro estado de ánimo, provocando así un cambio mental más o menos acentuado según la capacidad de cada sujeto.
La libertad consiste en saber elegir en cada momento entre la posibilidad de hacer el bien y rechazar el mal si no podemos hacer el bien.
El Ego es a la libertad lo que la jaula es al pájaro.
La cualidad de la libertad es la que otorga el amor en la intuición.
El Ego constituye y simboliza al autor y en consecuencia a la autoridad y a la propiedad privada, y por lo tanto al Estado y al Capitalismo.
Internet constituye en cierta medida un sistema socialista que da apariencia de libertad pero como finalidad sirve de control a un sistema de dominación capitalista.
El exceso de remuneración y tiempo de trabajo asalariado provocan por medio de la propaganda el exceso de consumo, de este modo el trabajador que es divido en categorías a partir de la labor que desempeña en/para la sociedad y por lo tanto también es en mayor o menor medida explotado, se embrutece y se somete a los designios de la élite de poder que planifica sus vidas.