La sociedad en si, es una guerra de todos contra todos. pero con la perversidad que supone que el Estado, que la fomenta en buena mediada y la gestiona a su placer, y a la vez, se erige como el salvador del pueblo, se beneficia de ella y sus consecuencias en todo momento.
Lo que atenta realmente contra la vida no es la muerte en si misma, sino las diversas formas de esclavitud que existen.
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