Que vivimos tiempos
caóticos y de incertidumbre a nivel general no es ninguna novedad,
podemos decir ya: que estamos en el Nuevo Orden Mundial al
implantarse y consolidarse el Capitalismo a escala planetaria, también podemos
decir que estamos en guerra permanente a nivel global, en Occidente
-de forma velada- sobretodo con pocos conflictos bélicos, pero con
crisis económicas en sus respectivos países que posiblemente irán
en aumento, y en Asia y Sur- América compitiendo e intentando
alcanzar el nivel científico-tecnológico-económico de los países
más avanzados en el desarrollo de estas actividades –por cierto
tan degradantes y nocivas para la humanidad-, por otro lado en el
continente Africano siguen las multinacionales con la ayuda de sus
respectivos Estados saqueando de forma directa e indirecta todos sus
recursos naturales y empobreciendo y relegando en buena medida a la
miseria a la mayoría de sus habitantes.
Y es que el
Capitalismo tiene las soluciones más apropiadas para todos los
problemas que el mismo crea, la desintegración del individuo por el
sistema educacional y cultural capitalista sienta las base y los
fundamentos para la competencia y competitividad que surgen en las
relaciones humanas, lo que deriva por ejemplo en violencia económica,
una violencia estructural (social y educacional) y a la vez
estructuradora (estatal) que rige las normas y las leyes de conducta
del individuo para poder relacionarse con el prójimo. La inevitable
ceguera del individuo que se ve absorbido cada vez más rápidamente
por el sistema lo incapacita en sus facultades para desarrollarse
como ser humano independiente, y la posible reacción ante el sistema
que lo degrada se hace cada vez más difícil, sometiéndolo a sus
reglas de juego de forma también cada vez más implacable, una
tiranía que se acerca a la dependencia total por parte del
hombre-medio al Estado-capitalista.
Esta declaración de
guerra de una pequeña minoría es entendida por muchos sólo como un
empobrecimiento económico, pero indudablemente va mucho más allá
del aspecto material, al destruir al ser humano integralmente y más concretamente en su esencia espiritual,
reduciéndolo a una parte más de la gran mega-máquina que en todo
momento de su existencia puede ser cambiada por otra más productiva
y eficiente y arrojada al cubo de los escombros. Nulificado el
individuo como ser humano también se ven seriamente limitadas todas
sus facultades y potencialidades que lo reducen a la pasividad
absoluta.
Una reacción en
cadena que haga despertar a la humanidad de su estado de sueño y
letargo, vendría dada por la concepción de que un nuevo mundo es
posible, pero dadas las circunstancias en la que nos hallamos
actualmente, la posibilidad de una metamorfosis se hace cada vez
mucho más compleja y difícil, sabiendo que la concentración del
poder económico-militar por parte de una élite va en aumento
conforme pasa el tiempo.
Creo que ya el "despertar" no tiene demasiada importancia, de poco vale ya. Estamos atrapados por el sistema y no hay donde ni mucho menos como escapar: No podemos salirnos del sistema porque no hay nada más que el sistema, creo que ese es el principal problema, no hay alternativas fuera.
ResponderEliminarSi intentas dejar de lado el sistema, quedas fuera de juego, sin recursos, sin posibilidad de relacionarte con los demás, pasas a ser un parias literalmente y eres rechazado por todos, así que te ves solo y en la más absoluta imposibilidad de conseguir medios de subsistencia.
Antes quizás podías irte al monte, montar una comuna o algo por el estilo y vivir de la tierra al margen de los demás ,pero ya hasta eso está regulado y en la práctica es casi imposible.
PD: Estoy tan harto como pesimista.
Salud!
Según economistas como Santiago Niño Becerra, al sistema capitalista aún le quedan unos cuantos años (de 50 a 100 años creo recordar), lo que sucede que el modelo que hasta ahora se ha venido desarrollando sobretodo en países de Occidente a partir de la Revolución industrial se ha agotado según él.
ResponderEliminarNo soy ningún entendido, pero lo que dice parece tener cierta coherencia si tenemos en cuenta que ya hemos entrado en la última etapa del sistema capitalista basado en la ciencia y la tecnología como pilares y herramientas del desarrollo sobretodo en la eficiencia y el uso de los recursos naturales cada vez más escasos del planeta, es decir, lo que yo llamo la revolución tecnológica o tecno-científica,
También parece tener cierto sentido si consideramos que el Nuevo Orden Mundial creado por la élite de poder se basa en el control total de la población mundial y de los recursos existentes, y está relacionado con lo que dices: cada vez se hace más difícil sino ya imposible poder vivir de forma independiente y autónoma, es decir, libre.
A partir de aquí, pueden ir pasando muchos acontecimientos de diferente índole -que es lo que estamos viendo- pero cuyo fin es condicionar y subyugar cada vez más la vida del hombre.
Creo que nuestro trabajo debería ser el de "crear algún tipo de conciencia" para el posible despertar de la humanidad -puede parecer un expresión un tanto manida-, pero es la única vía posible que veo ahora mismo.
ResponderEliminarPor supuesto, pero el problema llega a la hora de poner en practica esa conciencia, de nada sirve ser consciente si no se está dispuesto a... ¿tu a qué crees?
ResponderEliminarPorque yo lo tengo bastante claro.