En el Capitalismo el
estado permanente es el de tristeza, degradación, aburrimiento,
soledad y corrupción; por mucho que el Poder invente mecanismos de
evasión y entretenimiento para las masas, el hombre siente un vacío
que lo empuja a un conflicto interior, llevándolo en muchas
ocasiones al auto-engaño, porque sólo auto-engañándose puede
soportar las condiciones de sometimiento en las que tiene que vivir,
de esta forma el sistema puede seguir funcionando pero sin un rumbo
fijo, llevando a la humanidad en el mejor de los casos a un callejón
sin salida o en el peor de los casos al abismo y la destrucción.
Las inquietudes del
hombre medio moderno se ven reducidas a la supervivencia, dejándolo
sin capacidad analítica, creativa y de poder de reacción, débil e
impotente tiene que aceptar las condiciones de juego para sobrevivir
y su único fin es la dependencia en el sistema, sometido al Poder
queda en un segundo plano solo como espectador de los acontecimientos
que se van desarrollando, sin facultad para la intervención en la
gestión y el gobierno de la sociedad, el hombre medio es un títere
en manos ajenas que impotente y frustrado ante los hechos tiene que
canalizar su odio de alguna forma u otra hacia prójimo.
Muchas son las
formas de auto-engañarse para poder soportar las condiciones de
supervivencia, pero no cabe duda que la violencia es un mecanismo muy
eficaz para que el sistema se sostenga, la competencia –que en
esencia es violencia- como medio de vida favorece el desarrollo del
hombre dentro del sistema-sociedad, por eso motivo los espectáculos
deportivos promovidos por la élite de poder son una de las bases en
la cual se asienta la estructura de un sistema llamémosle
prefabricado por una minoría pero que acepta una gran mayoría, no
cabe duda que la contradicción en la que tiene que vivir el hombre
medio en el sistema capitalista lo lleva a una imposibilidad de poder
ser, tiene que vender su conciencia o su alma para auto-engañarse y
seguir con una vida que no ha elegido y que por lo tanto no es suya,
es decir, es un
ser humano sin
libertad en un sistema que no entiende pero que lo acaba asimilando
por incapacidad y desidia.
Autoengañarse es la peor fase de la alienación, un paso más allá del concepto de esclavitud.
ResponderEliminar¿Cómo mover a las personas que se convencen de que están mejor quietas? En eso estamos desde hace más de 200 años.
Salud!
Ese es el problema, que vivimos una vida que no hemos elegido, ni tenemos poder para decidir en nada importante de lo que nos afecta.
ResponderEliminarMucha gente ni siquiera es consciente de esto porque no se lo llega a plantear entre partido de fútbol y votación electoral y eso es lo que genera tantas "enfermedades modernas" cuyo origen resulta inexplicable para la ciencia actual que se ve desbordada por nuevas expresiones de las llamadas de auxilio que pide nuestro organismo, ante la imposibilidad de escapar de su cárcel invisible.
Saludos.
Mirarse en el "espejo" es gratis. Verse puede salir muy caro.
ResponderEliminarSalut!