Si la inmensa mayoría de los programas televisivos que son emitidos a día de hoy son un reflejo de la sociedad en la que vivimos, hallaremos en éstos como funciona el sistema y las causas del porqué es así en buena medida.
Una sociedad donde la imagen física y psicológica es lo esencial en la convivencia junto con el fomento de la competitividad, el intercambio de humillaciones, la hipocresía y el engaño son los valores que imperan y los que se ponen en practica y se cultivan a día de hoy está abocada de antemano al fracaso y a la destrucción.
Muchos argumentarán que los programas de está índole como los de la prensa rosa son un entretenimiento de muchos otros más que ofrece la industria del ocio, como el cine, las competiciones deportivas, etc.
Pero aquí podemos observar como lo que se ofrece por televisión no deja de ser una realidad más o menos distorsionada y espectacular sobre lo que acontece en y a largo de nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestros pensamientos y comportamientos incluidas nuestras emociones entre otras cosas disfrazadas por un sentimiento de impotencia al no poder ser lo que verdaderamente quisiéramos ser, es decir, hacer de nuestra existencia una existencia plenamente libre y autónoma.
Se puede observar también que la opinión de los tertulianos y entrevistados es la opinión que representa los diferentes sectores de la sociedad en su inmensa mayoría, ésta condicionada a su vez por las costumbres, la cultura y la política entre otros factores.
De todo esto se desprende que el individuo y la sociedad en general prefiere vivir y convivir en la mentira como base fundamental de su existencia, serían muchas las causas del porqué el hombre prefiere llevar una vida basada en la mentira antes que una vida basada en la verdad, una de las causas la podemos encontrar en los diferentes tipos de auto-engaño del hombre moderno que lo llevan irremediablemente a un callejón si salida con la deriva de un conflicto permanente con el que tendrá que lidiar toda su vida.
Serían varias las causas de este conflicto interno, señalaré la más importante a mi juicio, una de estas seria la seguridad, y la comodidad que proporciona la seguridad, el hombre prefiere la seguridad antes de que enfrentarse con sus propios temores internos que darían al traste con los pilares fundamentales en las que ha basado su vida.
La mentira como base de la sociedad en la televisión.
El problema de la televisión es que está en manos de conservadores, neofascistas y demás ralea. Como en todo, la clave es el buen o mal uso que se hace del invento. La televisión cambió la vida de la gente, en algunos aspectos seguramente para mejor. Pero si terminó por embrutecer más que por enriquecer es porque el poder económico así lo quiso. Las televisiones tienen dueño. Y el dueño tiene intereses.
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Severiano