lunes, 24 de diciembre de 2012
jueves, 20 de diciembre de 2012
Estados democráticos policiales.
El control de la droga por los Estados.
Los Estados policiales que surgen de las democracias son los garantes del tráfico de drogas a escala mundial, el mercado negro no deja de ser un asunto de Estado para que los gobiernos de turno que aplican sus políticas para el control de la droga en diferentes territorios sustenten una parte de la economía sumergida de los países ya sean productores o consumidores. La paradoja que se da en diferentes Estados entre el tráfico ilegal de armas y drogas nos ayudará a entender la cuestión del asunto, así vemos que en los países de occidente la producción de armas deriva también en el tráfico ilegal destinada por ejemplo a países de Centroamérica y Sudamerica, como México y Colombia entre otros, que son a la vez los principales productores y exportadores de droga. Un caso paradigmático en la producción de opio (del que se fabrica la heroína) lo representa Afganistán, que después de la invasión de los EEUU aumentó de forma considerable sus hectáreas de cultivo.
Otro punto de vista a mencionar en el control de la droga por los Estados es el de la concentración en la distribución de la misma, en el Estado español cuando gobierna el Partido Popular la política es la de consolidar por parte de unos pocos traficantes su distribución en el mercado, con lo que se hace más fácil su control, en cambio cuando gobierna el Partido Socialista la política que ejerce sobre el control de las drogas tiende a compartir entre más traficantes la totalidad de la distribución en el mercado global, con lo cual la riqueza que genera el negocio se amplia y se reparte mucho más, no obstante, la ilegalidad de cierto tipo de drogas por parte del Estado no deja de ser una forma subliminal de cargar con mayores tasas de impuestos a los consumidores de estas sustancias. Los beneficios que reporta dicho negocio son pingües, de no serlo, con seguridad la droga ilegal al uso pasaría a la legalidad para formar parte del mercado en cualquier establecimiento.
Otro dato curioso, es el del precio en la calle de drogas como el de la heroína o la cocaína, que pese a la crisis se han mantenido durante mucho tiempo (más de dos décadas en el Estado español), hay que considerar este dato porque el precio final lo estipulan los estados-productores y los estados-receptores que siguen inundando de droga a la población, facilitando su manipulación por doble partida, en la económica haciéndola pagar un mucho más de lo que realmente cuesta, y después psicológica y socialmente sumiéndola en la esclavitud inherente que trae consigo el consumo habitual de droga.
Los Estados policiales que surgen de las democracias son los garantes del tráfico de drogas a escala mundial, el mercado negro no deja de ser un asunto de Estado para que los gobiernos de turno que aplican sus políticas para el control de la droga en diferentes territorios sustenten una parte de la economía sumergida de los países ya sean productores o consumidores. La paradoja que se da en diferentes Estados entre el tráfico ilegal de armas y drogas nos ayudará a entender la cuestión del asunto, así vemos que en los países de occidente la producción de armas deriva también en el tráfico ilegal destinada por ejemplo a países de Centroamérica y Sudamerica, como México y Colombia entre otros, que son a la vez los principales productores y exportadores de droga. Un caso paradigmático en la producción de opio (del que se fabrica la heroína) lo representa Afganistán, que después de la invasión de los EEUU aumentó de forma considerable sus hectáreas de cultivo.
Otro punto de vista a mencionar en el control de la droga por los Estados es el de la concentración en la distribución de la misma, en el Estado español cuando gobierna el Partido Popular la política es la de consolidar por parte de unos pocos traficantes su distribución en el mercado, con lo que se hace más fácil su control, en cambio cuando gobierna el Partido Socialista la política que ejerce sobre el control de las drogas tiende a compartir entre más traficantes la totalidad de la distribución en el mercado global, con lo cual la riqueza que genera el negocio se amplia y se reparte mucho más, no obstante, la ilegalidad de cierto tipo de drogas por parte del Estado no deja de ser una forma subliminal de cargar con mayores tasas de impuestos a los consumidores de estas sustancias. Los beneficios que reporta dicho negocio son pingües, de no serlo, con seguridad la droga ilegal al uso pasaría a la legalidad para formar parte del mercado en cualquier establecimiento.
Otro dato curioso, es el del precio en la calle de drogas como el de la heroína o la cocaína, que pese a la crisis se han mantenido durante mucho tiempo (más de dos décadas en el Estado español), hay que considerar este dato porque el precio final lo estipulan los estados-productores y los estados-receptores que siguen inundando de droga a la población, facilitando su manipulación por doble partida, en la económica haciéndola pagar un mucho más de lo que realmente cuesta, y después psicológica y socialmente sumiéndola en la esclavitud inherente que trae consigo el consumo habitual de droga.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
La vida como una lucha de Egos.
Cuando vivir se convierte en una guerra de todos contra todos
En ensencia si las relaciones que se dan en el sistema capitalista son
de poder, es porque hay un temor o miedo psicológico que imbuye al
individuo a adoptar estrategias de conservación en el medio en el que
habita. Sería como la de atacar antes de ser atacado, es decir, ser el
cazador antes que la presa o el dominador antes que el dominado.
Si las relaciones humanas a día de hoy basicamente son las de dominador-dominado, es porque el hombre busca ser el ganador en este juego en el que se convierte la vida y en este caso las relaciones en general.
Lo que significa es que las relaciones que se producen en la gran mayoría de los casos, es por el interés particular que por cooperación mutua, y que la vulnerabilidad psicológica del individuo es la que determinará su pensamiento, que lo condicionará en una lucha constante con el prójimo al hallarlo un adversario de sus intereses particulares.
La vulnerabilidad psicológica, o los miedos y temores causantes de los conflictos internos del sujeto, determinarán su conducta. Esta conducta será de agresividad ante cualquier peligro que se produzca, la agresividad es un componente psicológico que sirve de base para la competencia que en esencia es violancia entre los hombres. La idea que tiene el individuo de auto-conservación es la de ser el dominador en las relaciones que se den en el sistema, se trata en todo caso de no perder la imagen o el ego o lo que se llama rol en el juego que se ha convertido las relaciones, perder la imagen creada o el rol significa ser el dominado y el perdedor o fracasado.
La lucha entonces pasa a un primer plano en las relaciones, confrontando al hombre en una guerra sin fin con sus semejantes y anulando el espíritu de cooperación convivencial que se pueda dar.
Es entonces cuando la vida para el hombre se convierte en una lucha de egos o una guerra de todos contra todos para poder sobrevivir.
Si las relaciones humanas a día de hoy basicamente son las de dominador-dominado, es porque el hombre busca ser el ganador en este juego en el que se convierte la vida y en este caso las relaciones en general.
Lo que significa es que las relaciones que se producen en la gran mayoría de los casos, es por el interés particular que por cooperación mutua, y que la vulnerabilidad psicológica del individuo es la que determinará su pensamiento, que lo condicionará en una lucha constante con el prójimo al hallarlo un adversario de sus intereses particulares.
La vulnerabilidad psicológica, o los miedos y temores causantes de los conflictos internos del sujeto, determinarán su conducta. Esta conducta será de agresividad ante cualquier peligro que se produzca, la agresividad es un componente psicológico que sirve de base para la competencia que en esencia es violancia entre los hombres. La idea que tiene el individuo de auto-conservación es la de ser el dominador en las relaciones que se den en el sistema, se trata en todo caso de no perder la imagen o el ego o lo que se llama rol en el juego que se ha convertido las relaciones, perder la imagen creada o el rol significa ser el dominado y el perdedor o fracasado.
La lucha entonces pasa a un primer plano en las relaciones, confrontando al hombre en una guerra sin fin con sus semejantes y anulando el espíritu de cooperación convivencial que se pueda dar.
Es entonces cuando la vida para el hombre se convierte en una lucha de egos o una guerra de todos contra todos para poder sobrevivir.
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Las crisis y sus fines.
La crisis como tal puede ser un periodo para el inicio de un cambio, pero debemos entender que la crisis económica o sistémica a día de hoy, es el comienzo de una forma de vida que nos prepara para entender que las reglas del juego también han cambiado, fundamentalmente el hombre tendrá que vivir con menos o mucho menos de lo que vivía anteriormente. La capacidad de asimilación del hombre para este nuevo modelo de funcionamiento de la sociedad en general vendrá determinada por las condiciones laborales, económicas y sociales del momento y reforzadas por la propaganda, la finalidad principalmente es hacer del hombre un ser dependiente y por ende, vulnerable a los condicionantes externos que se desarrollen en el sistema. La cualidad en forma de virtudes, destrezas innatas del individuo es sometida a las leyes del sistema que ejercen sobre él la realidad que acontece en el pensamiento global de la sociedad.
Creando sociedades dependientes de un pensamiento que principalmente desarrolla la propaganda, la capacidad de cambio en el interior del hombre se anula y queda a merced de agentes externos que penetran en el espíritu del hombre. El temor o miedo a un cambio interno es debido a la comodidad que proporciona la costumbre, en ocasiones al aislamiento y la soledad que conllevarían dicho cambio, a la inseguridad de uno mismo, a la falta de auto-confianza…
viernes, 7 de diciembre de 2012
La telemiseria.
La telemiseria se ha instalado y ha invadido nuestras vidas y mentes, una nueva forma de adoctrinamiento global nos somete.
La telemiseria espiritual de los mass-media ya no esconde sus pretesiones de manipulación a gran escala, sostener este sistema basado en la degradación psicológica, es decir, espiritual y reducir al hombre a un mero objeto de consumo y producción necesita de estrategias propagandístcias muy elabarodas, similares a las de la Alemania-nazi. Defernder el tan cacareado "estado de bienestar" como la sanidad y educación a ultranza, la lucha de egos que deriva en la infantilazión de la sociedad es esencial para manterner este sitema. La confusión que genera la telemiseria y la propaganda que emite, con sus programas de entretenimiento, noticias, etc, pasa a un primer plano y es el principal objetivo para aniquilar el pensamiento objetivo y crítico del hombre.
La destrucción programada a nivel psicológico y espiritual del hombre sirve de base para su uso, sometiéndolo al sufrimiento y la condena que con ello implica dicho uso, fragmentándolo y reduciéndolo a la capacidad productiva del capitalismo y a una lucha de egos interminable que él mismo tolera y acepta algunas veces de forma consciente y otras inconsciente.
La telemiseria espiritual de los mass-media ya no esconde sus pretesiones de manipulación a gran escala, sostener este sistema basado en la degradación psicológica, es decir, espiritual y reducir al hombre a un mero objeto de consumo y producción necesita de estrategias propagandístcias muy elabarodas, similares a las de la Alemania-nazi. Defernder el tan cacareado "estado de bienestar" como la sanidad y educación a ultranza, la lucha de egos que deriva en la infantilazión de la sociedad es esencial para manterner este sitema. La confusión que genera la telemiseria y la propaganda que emite, con sus programas de entretenimiento, noticias, etc, pasa a un primer plano y es el principal objetivo para aniquilar el pensamiento objetivo y crítico del hombre.
La destrucción programada a nivel psicológico y espiritual del hombre sirve de base para su uso, sometiéndolo al sufrimiento y la condena que con ello implica dicho uso, fragmentándolo y reduciéndolo a la capacidad productiva del capitalismo y a una lucha de egos interminable que él mismo tolera y acepta algunas veces de forma consciente y otras inconsciente.
lunes, 3 de diciembre de 2012
La Era del Consentimiento
La
situación global a día de hoy se debe más al consentimiento de la gran mayoría
(por no decir la inmensa mayoría) de los ciudadanos que habitamos este planeta,
que no a la represión que se ejecuta desde el poder en sus múltiples formas, la
consecuencia a todo esto, una sociedad en estado de degradación inconsciente,
sin visos de superación real y efectiva, sumidos en la desesperación y la falta
de confianza fruto de los temores ancestrales provocados por la propaganda
dirigida desde el mismo poder y proyectada hacía nuestro interior con
pretensiones reduccionistas, es decir, manipuladas para constreñir y fragmentar
nuestra visión de la realidad. En este proceso, el pensamiento subjetivo del
hombre pasa a un primer plano y se torna imprescindible para que pueda
sobrevivir en un sistema de “convivencia” donde las leyes fundamentales dictadas son: La
competencia, la elaboración de estrategias para manipular al prójimo, la
hipocresía, la envidia, la falta de empatía, la vanidad, y un largo etcétera que aprueba la misma
sociedad para su funcionamiento, dicho esto no estaría de mas hacer un ejercicio
de reflexión, para cambiar todo el desarrollo convivencial humano y mejorarlo
en la medida de lo posible.
6 DE DICIEMBRE DE 2012: NO A LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978
Dejo este artículo que ha publicado Félix en su blog para que podamos hacer una posible reflexión sobre la situación de dedagración que padecemos a día de hoy.
Han pasado 34 años desde que a los pueblos de “España” se les impuso este ominoso documento político-jurídico. Han sido 34 años de dictadura del Estado y el capitalismo, de destrucción acelerada de la esencia concreta humana, inmoralidad rampante, aniquilación de la vida convivencial, opresión reduplicada de las mujeres, imposición de las religiones políticas a la plebe, laminación del saber, el arte y la cultura, de barbarie, aniquilación del individuo y deshumanización en suma.
Ninguna Constitución futura, ningún político
profesional, ningún nuevo partido, nada que no sea el propio esfuerzo, del yo
con las y los iguales, puede emanciparnos. La libertad no nos la regalará
nadie, tenemos que merecerla y conquistarla.
Fuente: http://esfuerzoyservicio.blogspot.com.es/2012/12/6-de-diciembre-de-2012-no-la.html
Han pasado 34 años desde que a los pueblos de “España” se les impuso este ominoso documento político-jurídico. Han sido 34 años de dictadura del Estado y el capitalismo, de destrucción acelerada de la esencia concreta humana, inmoralidad rampante, aniquilación de la vida convivencial, opresión reduplicada de las mujeres, imposición de las religiones políticas a la plebe, laminación del saber, el arte y la cultura, de barbarie, aniquilación del individuo y deshumanización en suma.
Tras estos 34 años el pueblo ha sido convertido en
populacho y el ser humano en ente subhumano, todo ello para que el poder del
par Estado-capital sea más seguro y más efectivo.
La casi desaparición de lo humano ha resultado ser
el elemento sustantivo de estos 34 años de “democracia”. Ahora tenemos una
sociedad desestructurada, unas multitudes rebajadas al nivel de lo zoológico,
más propias de una granja de la ganadería industrial que de una sociedad
civilizada, y unos individuos triturados por el victimismo, el egotismo, el
hedonismo, la cobardía, la pereza, la debilidad personal, la pérdida de las
facultades pensantes, la codicia y la agresividad hacia sus iguales.
A las mujeres se les está destruyendo a través del
Ministerio de Igualdad y sus posteriores derivaciones de la Ley de Violencia de Género, de
la androfobia y sobre todo de un victimismo tan virulento que, al tenerlas por
irresponsables, les infantiliza y desestructura. Se les prohíbe el amor, el
sexo heterosexual y la maternidad, se les ha hecho robots dedicados al trabajo
asalariado, y se les ha sacrificado a
los apetitos de codicia y del poder de la patronal, así como a las exigencias
estratégicas del Estado.
Una sociedad en la que los mayores sólo piensan en
el dinero y el consumo y los jóvenes en el alcohol y las fiestas no tiene
futuro: esa es la obra de la
Constitución de 1978, construida e impuesta por la izquierda,
la derecha y los nacionalismos burgueses de las naciones oprimidas.
Además, el majadero tinglado económico montado por
los gobiernos del PSOE se ha venido abajo. No podía mantenerse tanto derroche,
corrupción, irresponsabilidad, fanatismo desarrollista, catetil devoción por la
tecnología y ciega veneración por el dinero. Un orden económico destinado a
embrutecer a las masas con el placer, la pereza, la irresponsabilidad y el
consumo se ha ido al garete, dejando la temible herencia de 6 millones de
personas en paro, la pobreza avanzando en oleadas y un futuro sobremanera
negro. Lo que hace verdaderamente trágica la crisis económica es el desplome de
la calidad del sujeto y la destrucción
de la vida colectiva y convivencial.
Quienes apoyaron de la forma más fanatizada y
durante tantos años la vigente Constitución no pueden ahora pretender cambiar
de bando y aparecer como “críticos” y “disidentes”. Los que hablan de iniciar un nuevo “Proceso
Constituyentes” son los que desean repetir el gran engaño de 1978, cuando al
pueblo/pueblos se le impuso, por medio de la demagogia y la amenaza, la Ley Fundamental
que ahora padecemos. Quienes forman parte de la casta política no pueden
aportar soluciones, ya que ellos son causa principal de los males.
Un proceso constituyente llevaría a la octava
Constitución española. Por necesidad sería tan militarista como la de 1812, tan
criminal como la de 1837, tan repulsiva como la de 1845, tan demagógica como la
de 1869, tan carca como la de 1876, tan policial y represiva como la de 1931,
republicana, y sobre todo, tan dirigida a la destrucción de la esencia concreta
humana como la de 1978, hoy vigente.
Los males sociales y personales son sin remedio
mientras no desaparezca del todo la casta política, no sea el pueblo quien se
autogobierne por medio de asambleas, no se extinga el capitalismo y se imponga
un régimen de autogestión, colectivización y cooperativismo, no se elimine la
sociedad del adoctrinamiento y se abra camino a la libertad de conciencia, no
haya un clamor popular contra la inmoralidad y un compromiso personal por la
rectitud y la ética, no se ponga fin al victimismo, la irresponsabilidad y la
frivolidad.
Lo que necesitamos es una revolución integral, no un nuevo “proceso constituyente” ni una
“III República” burguesa, con la advertencia de que una república de las
asambleas y el colectivismo no sería la
III sino la I.
Una revolución integral es lo que necesitamos, no
una nueva Constitución. El pueblo, y no el Estado, debe ser lo único existente.
El colectivismo con respeto por la propiedad privada no explotadora, pero no a
la gran empresa capitalista, es lo único que nos ha de permitir vivir como
seres humanos, con consumo mínimo de bienes materiales y uso máximo de los
bienes espirituales.
Pero las soluciones políticas y económicas no son,
ni mucho menos, suficientes. Necesitamos hacernos responsables como individuos,
para auto-construirnos como personas. Basta de culpar en exclusiva a
“banqueros” y “políticos” conforme al nuevo populismo, banal, pueril y del todo
inofensivo, ahora de moda. Mientras no reconozcamos que cada una y cada uno de
nosotros somos también culpables, y no establezcamos la decisión de un cambio
en nuestra manera de pensar, sentir y desear, pero sobre todo, de obrar y
vivir, nada tendrá remedio.
Sin autotransformación y autoconstrucción personal
no podemos avanzar. Las soluciones políticas, por sí mismas, son del todo
insuficientes, incluso las mejores. Lo mismo sucede con las económicas.
La revolución integral incluye una revolución en el interior de cada una y cada uno. Si no damos
un paso adelante para admitir nuestra responsabilidad y culpa, para destruir el
capitalismo en nuestro interior, que toma la forma de egoísmo e interés
particular, y para destruir al Estado dentro de nosotras y nosotros, que se
presenta como desamor, odio, afán de dominación, egos inflados y ausencia de
espíritu de servir y amar, no hay solución.
La lucha tiene que ser en el exterior, en la
sociedad, y en el interior, dentro de cada una y cada uno. Lo demás es
autoengaño y demencia victimista.
Fuente: http://esfuerzoyservicio.blogspot.com.es/2012/12/6-de-diciembre-de-2012-no-la.html