viernes, 24 de febrero de 2012
Juan G. Atienza - "La gran manipulación cósmica" (1981)
El tiempo de una proyección Cinematográfica
Hace poco tiempo se planteó un conflicto laboral relativamente grave en una de las grandes factorías multinacionales instaladas en España. La huelga parecía prolongarse más de los que los ritmos previstos de producción podían permitir y se esperaba impacientemente el inicio de unos arreglos que no llegaban. De pronto sí llegó, no obstante, una amable invitación de la empresa a los dirigentes obreros, para que asistieran a una proyección cinematográfica. Los líderes acudieron, extrañados. Parece ser que comenzaron mostrándoles unas cuantas películas cómicas mudas de los años veinte y, como plato fuerte, una superproducción realizada por la compañía en la que se mostraba, paso a paso, cómo se desmantelaba una factoría del mismo tipo que la que sufría el conflicto laboral, cómo se embalaba la maquinaria y cómo se trasladaba a otrolugar.
Terminada la proyección, uno de los directivos de la multinacional explicó a los espectadores que el tiempo de proyección de la película correspondía, segundo asegundo, al tiempo real en que tal operación podía llevarse a cabo: tres cuartos de hora escasos.
En pocas horas terminó la huelga y los varios miles de obreros de la factoría regresaron asu trabajo dispuestos a negociar mansamente y sin demasiadas esperanzas sus reivindicaciones.
Lo importante de este hecho, rigurosamente cierto, no es tanto la presión que una determinada entidad puede ejercer sobre la masa humana a la que da de comer a cambiode su entrega laboral, Sino la radical indefensión del ser humano ante una situación en la que resulta totalmente imposible ejercer la propia voluntad si tal voluntad va contra el organismo anónimo del que se depende para la supervivencia. Hay, incluso, muy a menudo, una mentalización que hace concebir tal dependencia —a quien la sufre- como una especie de regla del juego aceptada o de reflejo condicionado dogmáticamente admitido. Hay una alteración aceptada de los valores semánticos, y conceptos como libertad, progreso, bienestar, compañerismo u ocio adquieren significados acordes sólo con los intereses de la entidad manipuladora y no con el sentido que el ser humano consciente tendría que darles. Hay una auténtica trasposición de los valores. Se asume como benéfico lo que es simplemente útil y como maléfico lo que, pudiendo atentar contralos intereses de la Gran Madre anónima, pudiera causar su impersonal irritación y su eventual venganza. O, lo que sería mucho peor, el abandono frío y fatal de los actuales pupilos, para ser sustituidos por otros que, ocasionalmente, obedecieran esas reglas del juego nunca escritas, pero profundamente grabadas en la mente de los que viven y trabajan para la entidad anónima.
Si este hecho es rigurosamente cierto entonces tendrías que saber qué compañía realizó tal superproducción y en qué momento y lugar la proyectó. Si no, no podría entender por qué esa manía de afirmar tan rotundamente algo con el desconocimiento de datos tan elementales como los solicitados, en vez de plantearlo como un supuesto.
ResponderEliminarEspero respuesta. Saludos.
Pues no te voy a poder dar la respuesta, tendrías que habérselo preguntado al autor del libro.
ResponderEliminarPD:Es muy posible que de algún medio de comunicación, como un periódico...
Saludos!
¿Entonces ese texto no es tuyo sino de otra persona que leyó el libro?
ResponderEliminarNo, no es mio, es un pequeño extracto del libro de Juan G. Atienza, publicado en 1981.
ResponderEliminarAh, es un extracto del libro... entonces tu publicación, que no es más que una mera transcripción del propio libro, es una promoción del mismo y no un análisis crítico.
ResponderEliminarMe imagino que esas preguntas tan elementales que te hice antes, tendrán sus respuestas en el libro. Lástima de que no lo hayas leído para respondérmelas.
Me faltan unas pocas páginas para acabarlo, pero de todos modos no vas a encontrar las respuestas a tus preguntas en el libro, ya que el fragmento del suceso termina ahí mismo por parte del autor del libro.
ResponderEliminarEs decir que es un pequeño análisis del comportamiento humano que hace el de un hecho acontecido en algún lugar sin especificar.
ResponderEliminarSimplificando, habla de la dependencia que tenemos los hombres en esto caso en el campo económico, al trabajar POR y para otros.
ResponderEliminarAh, te faltan unas pocas páginas para acabarlo... Entonces lo que me temía: otra afirmación contundente sin fundamento. La verdad, no sé por qué cuesta tanto plantear una supuesto como lo que es en vez de afirmarlo con rotundidad.
ResponderEliminarEsto es como si a mí se me antojara por afirmar con rotundidad, como si fuera un hecho rigurosamente cierto, la existencia de un blogero censurador que en su blog proclama y defiende unos valores que son totalmente contrarios a su conducta sin precisar datos elementales. En tal caso, tendría que plantearlo como por lo que es: un supuesto. Si quisiera plantearlo como un hecho rigurosamente cierto entonces tendría que precisar sobre esas cuestiones elementales. Digo yo.
Saludos.
El análisis, en caso de existir, no es tuyo (autor de la publicación) y se basa una suposición y no en un hecho rigurosamente cierto, como se afirma con rotundidad.
ResponderEliminarNo me entiendes, será mejor que lo compruebes tú mismo, circula una copia por la red de "La gran manipulación cósmica".
ResponderEliminarMenudo lío.... mejor será dejarlo...jejeje
ResponderEliminarTal vez sea que yo entienda demasiado. De todos modos, muchas gracias por tu atención.
ResponderEliminarSaludos.
Creo que te aceleras demasiado, y no prestás demasiada ATENCIÓN, sin animo de ofender.
ResponderEliminarSaludos!
No estás en posición de poder ofender, Matapuces, sin ánimo de ofender te lo digo.
ResponderEliminarEs curioso que hayas escrito la palabra ´lío´. Tal vez haya algo que te incordie.
No me acelero, en ningún momento dije de que habría que dejarlo porque se haya armado un lío.