Llegan los pacificadores.

En breve EEUU y todo su ejército llegarán a Libia, para calmar los ánimos, su misión como sabemos, es la de intentar apaciguar la tensión que lleva acumulada el pueblo libio que se ha revelado contra su dictador, éste mismo dictador poco ya pinta en el panorama actual trazado por la oligarquía internacional que ha decido “darlo de baja”, intuyo que algún interés mueve a los EEUU en su misión pacificadora, aparte del económico suscita muchas dudas los levantamientos que se están sucediendo en Oriente, en este caso el de Libia.
La exaltación de los masas en contra de sus regimenes totalitarios hace sospechar que estos acontecimientos no sean   fruto de la casualidad, el cambio esperado por los ciudadanos oprimidos por los totalitarismos, engendra una nueva esperanza y un optimismo en el devenir para los hombres. Poder esperar una mejora en la vida es lo que ilusiona al hombre.

Este cambio se puede efectuar de diversas formas, por ejemplo restituyendo las dictaduras por supuestas “democracias”, que van a ser un engaño para el ciudadano, pero claro la imagen es lo que verdaderamente importa en la consecución de los acontecimientos que ha planificado la elite, la información de los medios de comunicación hacen al nuevo hombre a imagen y semejanza de quién las construye, el entramado político-social que ha creado la información (propaganda) es la base de un engaño sistemático que tiene a los hombres a su merced.
Las revoluciones no son fruto de la casualidad, son producto de una injusticia prefabricada por una minoría que dicta las normas y las leyes de un sistema, para poder moldearlo según los intereses que crean oportunos en cada momento