Medidas para desviar el centro de la atención y opinión pública.
Tras la noticia del fin de la ayudas a los desempleados que anunció Zapatero, que dejarán a más de medio millón de parados sin cobertura en febrero, las medidas adoptadas por el gobierno socialista de austeridad, cuya dirección, estriba en recortar gastos sociales, para la gran mayoría de familias y los ciudadanos en momentos difíciles, y que suponen para la parte de la sociedad afectada, un varapalo importante en sus economías ya maltrechas de por si, se intuyen formas de desviar la atención y opinión pública hacia otros sucesos menos importantes para encubrir los hechos más relevantes que modificarán la visión óptica de la realidad del “pueblo” español.Después de pocas horas en la que Zapatero anulara la ayuda y privatizara parte de la Loterías y Aena, se desencadena la huelga encubierta por los controladores, bajo la atención de todos los mass media, televisión, radio, prensa y también de la gran mayoría de medios independientes en internet, bajo mi punto de vista, todos los acontecimientos se van desencadenando según los planes de una minoría para poder cambiar todo el entramado y la estructura político-social y económica que van encaminados a una concienciación y lavado de cerebro al ciudadano, que desconfiado, desvalido y temeroso hacia su prójimo procurará al gran padre Estado su protección y seguridad individual y por ende familiar, soluciones preventivas para tiempos oscuros y difíciles encomendándose y amparándose al gran capital como forma de subsistencia.
Y contra esto, ¿basta la conciencia cósmica? ¡Hace falta reacción!
ResponderEliminarZubiri
Pienso que hay que tener las ideas claras, para que la acción repercuta en un cambio deseado, en este caso todo es cuestión de instinto, si crees tener la llave para poder realizarlo, no dudes en llevarlo a cabo.
ResponderEliminarPara mi la posibilidad de crear un cambio, sólo es factible si nadie te dice como lo debes de hacer, es decir, tiene que ser individual.
Saludos!!
Cortinas de humo y el terreno allanado para futuros recortes de derechos civiles porque se crea precedente.
ResponderEliminarEl 2011 va a ser un año penoso para muchos súbditos cocoteros, tal vez yo incluido.
Saludos
Sigo pensando que lo más grave de toda la situación en el Estado español, ha sido propiciada por la gran parte de la sociedad, este hecho dice mucho de los ciudadanos, y del constante engaño que todo el sistema proyecta día a día, en el que se ve sumido el individuo, hace poco probable un cambio, han dejado la responsabilidad a la burocracia política y financiera, el hombre se muestra débil ante la realidad y no puede asumir la situación.
ResponderEliminarEl próximo año se presenta peor que este, a ver que sucede cuando parte de los ciudadanos ya no puedan vivir de rentas acumuladas,¿más represión?,más miseria y más recortes sociales.
Saludos!
Una posibilidad a toda la situación pasaría por el apoyo mutuo, pero para eso, tiene que haber una concienciación por partel del individuo ,y la verdad siendo realistas se plantea bastante complicada dada toda la situación, pero hay que dar un margen a la esperanza.
ResponderEliminarFíjate que en Francia, Grecia, Italia, incluso en Reino Unido..., se vienen produciendo altercados, disturbios, asimismo se han sucedido manifestaciones y huelgas... Aquí nada, sólo ese simulacro suavizado por UGT y CCOO el mes pasado.
ResponderEliminarAsí que parece que es realmente cierto que una mayoría de españoles tiene lo que quiere, que es lo que se merece. Pero claro, nos topamos otra vez con la cuestión: ¿qué son los "españoles", en plural? Y si yo no estoy de acuerdo con esa mayoría, ¿hasta qué punto me merezco yo lo que ellos quieren y defienden? O dicho de otro modo: ¿por qué tengo yo que pagar como individuo las consecuencias de las "decisiones" asumidas por la colectividad?
Pero más allá de estas divagaciones, el pueblo español apesta. Yo no veo a la gente indignada porque se le retire el subsidio mínimo a medio millón de personas, o porque el gobierno se niegue a derogar la ley hipotecaria. En cambio sí estallan de rabia cuando unos trabajadores abandonan su puesto en protesta por un abuso por la única razón de que esos trabajadores están muy bien pagados: eso sí les indigna.
¡Que se vaya a tomar por saco, el pueblo español!