sábado, 23 de octubre de 2010

Contra la sociedad de masas.

Texto encontrado en la red, en el cual propone una vida de autosuficiencia del individuo a partir de la anarquía.




La anarquía es un estado de existencia libre de autoridad coercitiva, en el que se estaría en libertad de determinar la propia vida cada un@ elija, a imagen de sus propias necesidades, valores y deseos individuales, sin permitir sin embargo que su campo de acción abarque la vida de otr@s que no lo hayan elegido así.
Un mundo no-autoritario conllevaría libertad de asociación, por lo tanto es incompatible con la monarquía, la oligarquía o la democracia. Much@s de quienes se llaman a si mism@s “anarquistas”, aunque afirman no negar la importancia de la asociación libre, luchan por una sociedad más democrática donde las entidades corporativas y estatales sean reemplazadas por municipalidades controladas por la comunidad, federaciones industriales controladas por l@s trabajador@s, y así sucesivamente. Quienes desean vivir libremente según su propia voluntad tienen razones para sentirse amenazad@s por todas las organizaciones a gran escala, porque son tanto imperialistas como jerárquicas, aunque pretendan ser o denominarse "democráticas" (como si la subordinación del individuo a la mayoría fuera algo deseable).
L@s human@s son sociables por naturaleza – poc@s desean vivir sol@s como ermitañ@s (aunque la libertad de vivir como tal no se puede negar). Sin embargo, l@s human@s son también selectivamente sociables – no simpatizan con todo el mundo, y sería una opresión esperar que fuera así. De forma natural, la gente establece relaciones con otr@s con l@s que se identifican por compañía y apoyo mutuo. Tal ha sido el caso a lo largo de la historia humana. Sólo en la historia reciente la gente ha entrado en organizaciones de masas compuestas por miembros que no necesariamente se conocen o gustan un@s a otr@s. Tales organizaciones no se han formado a causa de su necesidad para la supervivencia. Durante más del 99% de la historia humana, la gente disfrutaba de asociaciones cara-a-cara dentro de acuerdos de familia extendida, y algunas culturas continúan haciéndolo. Aquell@s incapaces de llevarse bien en su grupo o tribu son libres para buscar compañía en otra parte o para vivir sol@s. Este modo de asociación funciona bien – l@s miembr@s de sociedades autosuficientes en pequeña escala pasan habitualmente de 2 a 4 horas al día ocupad@s en actividades de subsistencia. Aunque ocasionalmente pasen hambre, habitualmente comen en abundancia, y disfrutan de un tiempo de ocio mucho más amplio que aquell@s que viven en sociedades de masas.   Las culturas indígenas que aún permanecen intactas hoy en día prefieren su modo tradicional de vida, y muchas están actualmente protagonizando una impresionante resistencia política contra las corporaciones y gobiernos que quieren forzarlas a formar parte de la sociedad de masas para que su tierra y trabajo puedan ser explotados. La gente raramente entra en organizaciones de masas sin ser forzada, ya que roban su autonomía e independencia.
El surgimiento de la civilización se basó en la producción masiva obligatoria. Cuando ciertas sociedades comenzaron a valorar la productividad agrícola sobre todo lo demás, sometieron forzosamente a todas las formas de vida dentro de la extensión de sus ciudades para ese propósito. Las comunidades de gente que deseaban cazar, pescar, forrajear, cultivar huertos o pastorear en la tierra para propósitos de subsistencia serían masacrad@s despiadadamente o esclavizad@s, y los ecosistemas que habitaban fueron convertidos en tierras de cultivo para alimentar a las ciudades. Sólo aquell@s que estaban dedicad@s por completo en el cultivo y en la producción animal fueron permitidos en los campos circundantes. L@s que vivían dentro de las ciudades eran prisioner@s, mercaderes, u oficiales públicos ocupad@s en tareas administrativas y de control social. La organización social ha pasado a ser más compleja, avanzada tecnológicamente y amplia en su alcance a través de los siglos desde el inicio de la civilización en el “Creciente Fértil” (1) de Oriente próximo. Sin embargo, la vida no humana todavía es sacrificada y eliminada para el uso humano (y cada vez a una mayor velocidad), y l@s human@s todavía son forzad@s a vivir como los sirvientes de su cultura y sus instituciones dominantes como un requisito para la existencia. La supervivencia por medios directos está prohibida – para habitar una tierra, un@ debe pagar continuamente un alquiler o una hipoteca, lo que requiere la dedicación para alcanzar una posición económica en la sociedad, dejando insuficiente tiempo restante para la caza o el cultivo (y mucho menos tiempo de ocio para acompañarlo). La educación pública contribuye a garantizar que poca gente sea capaz de aprender a sobrevivir con independencia de la economía.
El capitalismo es la actual manifestación dominante de la civilización. La economía bajo el capitalismo está en gran medida dirigida por organizaciones que cuentan con la aprobación del estado llamadas corporaciones, que poseen el mismo status legal que l@s individuos, limitando y protegiendo así la responsabilidad de sus participantes. Las corporaciones existen con el propósito de beneficiar a l@s accionistas – l@s emplead@s por las corporaciones son legalmente requerid@s para perseguir el beneficio por encima de todas las demás posibles preocupaciones (p. ej., la sostenibilidad ecológica, la seguridad laboral, la salud de la comunidad, etc.), y pueden ser despedid@s, demandad@s, o sancionad@s si hacen lo contrario. El capitalismo deja muy poco espacio para que la vida no-humana florezca de un modo no servil (esto es, en ecosistemas salvajes, en lugar de en establos, jaulas de batería o plantas madereras), y casi ningún lugar para l@s individu
La Civilización fue el génesis del autoritarismo sistémico, la servidumbre obligatoria y el aislamiento social, no el capitalismo per se. En el contexto de esta perspectiva, l@s divers@s socialistas, comunistas, y el amplio surtido de anarco-izquierdistas (sindicalistas, ecologistas sociales, etc) que pretenden abolir el capitalismo sin atacar la civilización en su conjunto son simplemente reformistas. La complejidad social que es la civilización se hace posible por la coerción institucionalizada. Los grupos políticos antes mencionados no desean acabar con la coerción, sino democratizarla – esto es, extender la participación popular a su aplicación.
Aparte de los repulsivo de animar a la gente a participar en actos opresivos, hay que señalar que la democracia directa es un ficción dentro del contexto de la sociedad de masas. En una asociación que se expande a una escala mayor de la que es posible para las relaciones cara a cara de sus participantes, la delegación de responsabilidades en representantes y especialistas se convierte en necesaria para que se lleven a cabo los fines de la asociación. Incluso si el consenso o el voto de la mayoría determina a quien se elige para participar en la toma de decisiones o las responsabilidades administrativas, l@s elegid@s nunca están por completo bajo el control del electorado cuando actúan cumpliendo con sus deberes. Un mandato estricto sobre las decisiones o el comportamiento de l@s delegad@s o especialistas implica la supervisión constante por el conjunto del grupo, lo que frustraría el propósito de una división del trabajo. El poder volver a llamar de forma inmediata a est@s delegad@s también depende de la posibilidad de tal control. Adicionalmente, l@s delegad@s elegid@s reciben más tiempo y recursos para preparar y presentar sus visiones y argumentos que una persona corriente, que les proporcionan por lo tanto una gran ventaja para ser capaces de salirse con la suya por medio de la manipulación propagandística y el engaño. Incluso si el grupo en su conjunto determina todas las políticas y gestiones (lo cual es de por si imposible cuando se requiere conocimiento especializado), y a l@s delegad@s solo se les asignan los deberes de hacerlas cumplir, todavía podrán actuar según su propia voluntad cuando no estén de acuerdo con las normas y estén segur@s de poder escapar al castigo por ignorarlas. La democracia es necesariamente representativa, no directa, cuando se practica a gran escala – y la democracia representativa es precisamente el tipo de sistema político practicado actualmente. La abolición de la jerarquía requiere el destronamiento permanente de gobernant@s y jefes, ya sean elegid@s o no, y por lo tanto también requiere que se rechace la sociedad de masas.  
Dado que las organizaciones de masas valoran la producción más que la autonomía personal o comunitaria, son necesariamente imperialistas en su alcance, destruyendo o esclavizando toda la vida que se encuentre en su camino. Sin embargo, la producción no es un valor irrelevante u opcional del que la sociedad de masas pueda prescindir mientras continúa existiendo. Si las ciudades no son auto-suficientes en la producción de su propia comida, se apoderarán de las áreas circundantes para uso agrícola, volviéndolas inhóspitas tanto para los ecosistemas no-humanos como para las comunidades humanas auto-suficientes. Este área se expandirá en relación a cualquier incremento de la población o la especialización del trabajo que experimente la ciudad. Se podría argumentar que la producción industrial se podría mantener, mientras que al mismo tiempo se la haga disminuir considerablemente, dejando a los ecosistemas y a los pueblos no-industriales algún espacio para coexistir. En primer lugar, esta propuesta invita a preguntarse porqué la civilización industrial debería tener prioridad sobre las otras formas de vida, permitiéndose dictaminar a quienes no participan en ella a cuanto espacio exactamente tienen derecho. Es también cuestionable si es incluso posible para una sociedad alcanzar un “equilibrio” entre la opulencia de la alta tecnología y la sostenibilidad ecológica sin privar del derecho a participar en la toma de decisiones a grandes sectores de la población activa o empleando un detallado esquema de planificación social autoritario.
La complejidad estructural y la jerarquía de la civilización deben ser rechazadas, junto con el imperialismo político y ecológico que propaga a través del planeta. No es posible para l@s seis billones de habitantes actuales del planeta sobrevivir como cazador@s-recolector@s, pero es posible para aquell@s que no pueden cultivar su propia comida en espacios sensiblemente más pequeños (comparados con el tamaño de los agotados y envenenados campos de las agro-industrias de hoy), como se ha demostrado por la permacultura, la jardinería orgánica, y las técnicas de horticultura indígenas. Se requieren aparatos de gestión e instituciones de control social para administrar la producción e intercambio de mercancías dentro de una economía basada en la división del trabajo, pero no son necesarios cuando los individuos y pequeñas comunidades toman el control de sus propios medios de vida. El rol de la jerarquía y la reglamentación solo desaparecerá cuando la gente comience a de nuevo a encargarse de sus necesidades directamente mediante una relación inmediata con la tierra. El entorno vivo sólo se preservará y restituirá a su vibrante estado natural una vez que se desmantelen los instrumentos de la producción masiva. La anarquía y la autonomía sólo se desarrollarán una vez que la gente aprenda de nuevo a sobrevivir independientemente del cáncer que es la civilización industrial, y finalmente lo destruyan.

(1) Término popularizado por el orientalista norteamericano James Henry Breasted (1865-1935) que hace referencia al área de Oriente Medio de donde son originarias las civilizaciones de esa zona y de la Cuenca Mediterránea [n.d.t.]

5 comentarios:

  1. Cierto. Respecto a la plutocracia, la democracia es un paso más hacia la libertad, pero la libertad determinada por la voluntad de la mayoría no es libertad. Esto parece elemental, si somos honestos, pero los demócratas constitucionalistas no lo aceptan bajo ningún aspecto.

    Por otra parte, habría que preguntarse hasta qué punto la democracia es posible: quiero decir hasta qué punto no es un fantasma, una abstracción verbal, puesto que toda organización democrática degeneraría tarde o temprano en la formación de élites y jerarquías opresoras, puesto que la existencia de cualquier estructura de poder posibilita que aquellos deseosos del mando se encuentren capacitados para ejercitarlo, expoliando al amparo de la ley, y antes o después aplastando a todo disidentes.

    Después de todo, ¿no es ésa la historia de la era contemporánea del hombre, la caída de los antiguos regímenes, sustituidos por los populismos de toda laya y condición, cárceles igual de grises, tumbas igual de frías?

    ResponderEliminar
  2. Precisamente publiqué el texto por que el autor define con gran exactitud lo que es el verdadero anarquismo, y lo que conlleva, una manera diferente de entender la vida en toda su dimensión, pero ésta como bien dices no es aceptada por una gran mayoría de demócratas constitucionalistas y queda en el olvido como opción, bajo el nombre de utopía.
    Bajo mi punto de vista el anarquismo va mucho más allá de lo que es la ideología política y filosófica, porque su principal objetivo es la libertad del individuo en su máxima expresión, y eso no puede concebirlo ninguna ideología política ya que la vulnera a partir del consenso y las leyes hechas por grupos y organizaciones, creo que este concepto tendría que quedar claro para todos.
    La inmensa mayoría de hombres son como niños pequeños y actúan de forma irresponsable, sin conciencia y éste debe tener un gran "Padre" o "Madre", que lo castigue o ampare según su conducta ante la sociedad, por esto creo yo que se hacen las leyes, o dicho de otra forma, "recompensa o castigo",y "derechos y deberes" de lo que tanto hablan los políticos, todo sistema parece funcionar igual.

    ResponderEliminar
  3. Totalmente de acuerdo. Eso que llaman "consenso", de grupo, sociedad, etc., es una falacia elemental, puesto que siempre habrá una voluntad particular, más o menos mayoritaria, que se impondrá. Desde el momento en que tú y yo formamos una sociedad y añadimos un tercero, y acatamos por consenso, y yo tengo que aceptar lo que tú y ese tercero habéis votado, estoy renunciando a mi libertad. Es evidente, pero la verborrea democrática lo niega. No voy a entrar en si esto resulta utópico o no: simplemente, si nos limitamos al terreno del lenguaje, si argumentamos, si nos ceñimos a las palabras, democracia y libertad individual son incompatibles. Lo mismo que dictadura y libertad individual. En fin, Max Stirner lo desglosó perfectamente en 'El único y su propiedad'.

    ResponderEliminar
  4. Queridos amigos,

    Hace tiempo que busco establecer contacto, y he seguido el rastro de Lobo Estepario desde Acratas hasta aquí, aunque de paso he anotado también el nuevo correo electrónico que luce en su perfil. Viendo el tema de la conversación y lo reciente de las fechas, me digo que para qué seguir buscando una ocasión más propicia. Así que me lanzo.

    En realidad, no podría haber soñado con una oportunidad más adecuada, a la vista del contenido del texto y vuestros comentarios.

    Yo me llamaría a mi mismo anarquista, si no fuera porque a raíz del análisis autónomo de la realidad actual que me rodea llego a la conclusión de que algunas de las vías de acción más adecuadas que se nos presentan no obtendrían la aprobación de una asamblea de "verdaderos" anarquistas "como dios manda" por ser contrarias a las doctrinas. Se que los anarquistas individualistas no tienen por qué consensuar sus convicciones con otros, pero claro, como pretendo ir más allá de la acción individual... hace falta agenciarse la colaboración de al menos suficientes individuos para repartirse las tareas necesarias.

    Tarea nada fácil cuando en aras de desarbolar la maraña de mentiras acumuladas que mantienen prisioneras o despistadas la voluntad de tantos una de las primeras tareas que se plantea uno es reformular adecuadamente algo tan sagrado como la definición de clase social que constituye el intrumento "conciencia de clase" común a anarquistas (o quizás más concretamente anarco-sindicalistas) e izquierdas.

    Desde mi individualidad, comparto con Lobo Estepario la preocupación por las derivas de la democracia, que consigue introducir entre la formación de un consenso majoritario informado y respetuoso de las disensiones, y el aséptico voto mayoritario en elecciones formales tanta arbitrariedad que es quien se dota de instrumentos para manipular esta quien se asegura la dictadura de sus intereses.

    Desgraciadamente, las dinámicas de masas y las posibilidades de manipulación de las mismas son una realidad actual insoslayable con cuya existencia hay que contar y cuyos efectos hay que tener en cuenta a la hora de planificar la posibilidad de actuar para inducir los cambios cuya realización uno estima pertinente y también ponderar la eficiencia de la resistencia que se les opondrá incluso con métodos que a nosotros nos estén vedados por reprobables.

    Conviene no confundir las características técnicas de un instrumento (como por ejemplo un cuchillo) con el resultado que puede obtenerse con el según las motivaciones de quien lo maneje... que cuatro perturbados lo usen para pelar a un semejante no ha de condenar al resto de la humanidad a comer con las manos. En ese caso lo que procede es diagnosticar el trastorno correspondiente y prescribir un tratamiento adecuado.

    El instrumento más preciado de la especie humana es su mente, su capacidad de raciocinio y anticipación... para lo bueno, y para lo malo.

    Ciertamente, lo peor que puede ocurrir es que se incite a su abandono, algo que no dejan de fomentar quienes la ven como única real amenaza para su frágil dominio totalitario.

    Son tan endebles, los castillos de naipes marcados que lo sustentan... que han de inducir a la gente a olvidar que sabe soplar, aún a riesgo de que también olviden como respirar.

    Hasta pronto con más.


    NingúnOtro

    Mejor que una presentación:
    http://ningunotro.blogsome.com/2008/08/14/los-okupas-de-la-soberania/

    ResponderEliminar
  5. Bienvenido NingúnOtro, tú comentario es acertado, esperemos que dentro de un tiempo algunos más tengan un compromiso y un pensamiento que no queden atrapados y cercenados por ideales e ideologías que en la gran mayoría de las ocasiones les son ajenas a su voluntad, pero para eso hace falta una libertad de conciencia que asuma el hombre, con todas las consecuencias.
    Esperemos que en el camino se nos unan muchos más con espíritu libre y aventurero.
    Visitaré tu blog!!
    Saludos!!

    ResponderEliminar