martes, 17 de noviembre de 2009
LA REBELIÓN DE LAS RATAS . (II)
Los pocos hombres que quedarón se limitarón a la supervivencia cada vez más en las zonas de alta montaña debido al gran incremento de la población de las ratas no pudiendo sinó huir debido a que las ciudades presentaban muchas dificultades en la busqueda de alimentos y eran muy peligrosas por las enfermedades contagiosas que las mordeduras de los roedores ocasionaban en los cuerpos de los individuos. Tras varios años de ausencia del hombre, las enormes ratas se reproducierón de forma exponencial, ya tenían un sistema de organización, las más viejas quedaban aposentadas en los hogares que antes pertenecian a los hombres, su función exclusiva era solo la de engendrar y dirigir a sus congéneres mas jovenes. Las ratas de menor edad contribuian en la busqueda de sustento ya fuera en forma de caza de otras especies de animales o desperdicios que aún quedaban de los restos humanos. Las ratas más viejas decidierón hacer frente a posibles enemigos ya fuerán humanos o animales, acordando en reuniones que se celebraban en asambleas generales donde participaban solo las más longevas de entre 25 a 30 años, unos ejercitos que salvaguardaran la supervivencia y la defensa de la especie. Debido a la organización de los roedores cada vez más desarrollada y compleja los animales que no pertenecian a su calaña eran liquidados sin contemplaciones o apresados puestos a buen reacudo en zonas habilitadas dónde les era imposible escapar.
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