viernes, 30 de septiembre de 2011

L'oeuvre au noir (De terugkeer naar Brugge) 1988 André Delvaux

Siglo XVI. Una vez aplastada la resistencia de Flandes contra España por el duque de Alba, Felipe II (1559-1598) restringe la libertad religiosa, aplica los decretos del Concilio de Trento y refuerza el poder de la Inquisición. En este contexto, llega a Brujas con documentación falsa el venerable escritor y filósofo Zenón Ligre. Tras fundar una clínica y unas termas, se dispone a trabajar como médico y alquimista para los más pobres. El pensamiento y los métodos de Zenón, que se apartan de la ortodoxia oficial, ejercen una gran influencia sobre la población flamenca, pero corren el riesgo de ser condenados por la Inquisición. (FILMAFFINITY)

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jueves, 29 de septiembre de 2011

Il sasso in bocca (1969) Giuseppe Ferrara




Repaso de la historia de la mafia en Italia a partir de la II Guerra Mundial y la trayectoria de sus líderes e integrantes en EEUU.


Enlace emule: "Il sasso in Bocca" 



Subtítulos en castellano
http://www.ziddu.com/download/16183459/IlSassoInBocca-GiuseppeFerrara1970.rar.html

Amsterdam Global Village (1996) Johan van der Keuken.


En esta epopeya de casi cuatro horas, el documentalista holandés más famoso hace un retrato de su ciudad, Amsterdam, y de sus gentes. A lo largo de este viaje laberíntico, la cámara de Johan van der Keuken se pasea por los canales, las calles, los parques; se encuentra con gente de todas las edades, provenientes de todo el mundo. El espectador sigue a Khalid, el protagonista de la película, un joven mensajero que hace su recorrido por toda la ciudad entregando su precioso cargamento de películas y fotos. (FILMAFFINITY)


Enlace emule: DivxClásico

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¡Gracias a Ozu!


lunes, 26 de septiembre de 2011

La fábrica de hits. (Serie online)

LA FÁBRICA DE HITS ¡Próximamente en vuestras pantallas!

Teaser de la serie online "LA FABRICA DE HITS". Una ficción sobre Hits que se hacen realidad.



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¿Qué significa el logotipo del Banco de Santander?


Ayer mientras iba paseando me asalto una duda, ¿que significa el logotipo del banco de santander?, como vemos puede dar a muchas interpretaciones, pero sin duda que la llama es un símbolo bastante significativo. Les dejo una respuesta bastante curiosa en su contenido.

Debe tener un significado de libertad. Así como la antorcha de la estatua de la libertad y asociándolo a un banco podría ser que la gente no tiene amarras, no hay condiciones. También puede ser por la luz que genera el fuego como una guía para la gente. Puede tener un significado de líderes, ya que el fuego en la prehistoria significó un símbolo de liderazo para quienes lo tenían y sabían usarlo. Fue un elemento que ayudó en la supervivencia. Líderes en los sistemas bancarios. El calor del fuego, un sistema acogedor, un trato hospitalario hacia el cliente. La vigilia, que ellos con el fuego están siempre atentos cuidando los intereses de las personas, los bienes de la gente. Puede ser ¿no?
Joel
http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20071127155923AAR7ayk

sábado, 24 de septiembre de 2011

¿Sumisión o esclavitud?





Hay un pequeña o gran diferencia según se mire en estos dos conceptos sobre el estado del  hombre/humanidad que le afectan en la actualidad, y que intentaré desmostrar.

Hace varios siglos el hombre podía nacer directamente dueño de algún amo que lo reducía a un cosa o objeto cualquiera como si fuese un animal más de carga o sirviese de criado permanente sin poder liberarse del yugo del propietario- amo. Este es un ejemplo de hombre-esclavo y que era tratado como tal, sin poder ejercer ningún tipo de respuesta ante la situación en la que se hallaba.

Según el diccionario esclavo significa:
Del b. lat. sclavus, este del gr. bizant. σκλβος, der. regres. de σκλαβηνς, propiamente, 'eslavo', y este del eslavo slovĕninŭ, nombre que se daba a sí mismo el pueblo eslavo, que fue víctima de la esclavitud en el Oriente medieval).
1. adj. Dicho de una persona: Que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra. U. t. c. s.
2. adj. Sometido rigurosa o fuertemente a un deber, pasión, afecto, vicio, etc., que priva de libertad. Hombre esclavo de su palabra, de la ambición, de la amistad, de la envidia. U. t. c. s.
3. adj. Rendido, obediente, enamorado. U. t. c. s.
4. m. y f. Persona alistada en alguna cofradía de esclavitud.
5. f. Pulsera sin adornos y que no se abre.
6. f. El Salv. y Hond. Pulsera grande que puede abrirse.
7. f. Ur. Pulsera rígida, circular o poligonal, que puede llevar dijes y que no tiene cierre.
~ ladino.
1. m. El que llevaba más de un año de esclavitud.
ser alguien un ~.
1.      loc. verb. Trabajar mucho y estar siempre aplicado a cuidar de su casa y hacienda, o a cumplir con las obligaciones de su empleo.

Como vemos en la historia, el esclavo nace, vive y muere bajo los designios de su amo sin poder prácticamente hacer nada ante una situación que le ha sido impuesta, cómo si su vida hubiera sido previamente planificada y su destino estuviera escrito.
La sumisión significa según la RAE:

(Del lat. submissĭo, -ōnis).
1. f. Sometimiento de alguien a otra u otras personas.
2. f. Sometimiento del juicio de alguien al de otra persona.
3. f. Acatamiento, subordinación manifiesta con palabras o acciones.
4. f. Der. Acto por el cual alguien se somete a otra jurisdicción, renunciando o perdiendo su domicilio y fuero.

La situación y las circunstancias en las que se halla el  hombre-sumiso en la época actual ya no es la misma que en la que se encontraba el hombre-esclavo de hace un tiempo.

El hombre-sumiso no nace dueño de nadie como la hacia el hombre-esclavo, la aceptación del hombre-sumiso y su condición es una consecuencia de la cultura, las costumbres y la tradición de la sociedad en la que vivimos.

El sometimiento de los individuos a las leyes dictadas por los Estados, es una subordinación a un Poder que implica la perdida de libertad por parte del hombre y como tal ejerce una influencia “inconsciente” en su conducta.

Este sometimiento del hombre hacia una Autoridad superior la podemos ver en las primeras etapas de aprendizaje del niño, el cual, tiene que aceptar una serie de normas impuestas en la educación que se practica en la actualidad.

La enseñanza de los conocimientos en el hombre está planificada para hacer de él un ser que sólo ejecuta la información a base de  repeticiones sistemáticas, la información es asimilada por el niño como un dato sin previo proceso, esto significa que la información es aceptada como tal, da igual si es verídica o falsa, se aprueba como tal y define al hombre como un robot sin análisis y reflexión.

Vemos pues, que el hombre acepta la sumisión en muchos aspectos de su vida, pero la pregunta fundamental es ¿por qué lo hace, y que motivos “inconscientes” lo impulsan a ser lo que es y será (determinan también su futuro), y la hacen de él un ser en muchos casos totalmente dependiente de un sistema que lo subyuga constantemente?.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Anatomía de la destructividad humana. Erich Fromm

Pequeño extracto de "Anatomía de la destructividad humana"




Sistema C: sociedades destructivas La estructura de las sociedades del sistema C es muy diferente. Se caracteriza por mucha violencia interpersonal, destructividad, agresión y crueldad tanto dentro de la tribu como contra las demás, el placer de guerrear, la malicia y la traición. La atmósfera general de la vida es de hostilidad, tensión y miedo. Por lo general abunda la competición, se pone mucho empeño en la propiedad privada (en los símbolos si no en las cosas materiales), las jerarquías estrictas y son muchas las guerras. Ejemplos de este sistema son los dobuanos y kwakiutles, los haidas, los aztecas, los witotos y los gandas.
No pretendo que mi clasificación de cada una de estas sociedades sea incontrovertible. Pero el que uno esté o no de acuerdo en la ubicación de esta o aquella sociedad no importa mucho, porque mi modo de ver no es estadístico sino cualitativo. El contraste principal está entre los sistemas A y B por una parte, ambos afirmadores de la vida, y el sistema C por la otra, que es fundamentalmente cruel o destructor, o sea sádico o necrófilo.


Los dobuanos (sistema C). Los habitantes de la isla Dobu (R. Benedict, 1934) son un buen ejemplo del sistema C. Aunque están junto a los isleños trobriand, tan conocidos por los escritos de Malinowski, su medio ambiente y su carácter son enteramente diferentes. Los trobriand viven en islas fértiles que les proporcionan una vida de comodidad y abundancia, pero la isla de los dobuanos es de índole volcánica, con pequeñas bolsas de tierra y escasas oportunidades de pesca.
Pero los dobuanos no son conocidos entre sus vecinos por pobres sino por peligrosos. No tienen jefes, pero forman un grupo bien organizado ordenado en círculos concéntricos, en cada uno de los cuales se toleran formas de hostilidad específicas tradicionales. Aparte de un grupo matrilíneo, el susu ("leche materna"), donde se advierte cierto grado de cooperación y confianza, en las relaciones interpersonales de los dobuanos reina el principio de desconfiar de quienquiera como de un enemigo posible. Ni siquiera el matrimonio disminuye la hostilidad entre las dos familias. Se establece cierto grado de paz por el hecho de que la pareja vive por anos alternos en el pueblo del esposo y en el de la esposa. La relación entre marido y mujer está llena de suspicacias y hostilidad. Nadie espera la fidelidad y ningún dobuano reconocerá que un hombre y una mujer puedan estar juntos, aun por brevísimo tiempo, si no es con fines sexuales.
Dos rasgos son característicos principalmente de este sistema: la importancia de la propiedad privada y la de la brujería maligna. La exclusividad de la propiedad entre ellos se caracteriza por su ferocidad e implacabilidad, de que Benedict cita muchos ejemplos. La propiedad de un jardín y su retiro se respetan a tal grado que es costumbre que el marido y la mujer practiquen el coito en él. Nadie debe saber la cuantía de las propiedades de otro. Es tan secreta como si se tratara de un robo. El mismo sentido de propiedad hay en relación con los conjuros y embrujos. Los dobuanos tienen "encantos de enfermedad", que causan y curan enfermedades, y cada enfermedad tiene su conjuro especial. Las enfermedades se explican exclusivamente como consecuencia del malévolo empleo de un conjuro. Algunos individuos tienen un encanto que rige de modo total la producción y la cura de determinada enfermedad. Este monopolio de una enfermedad y su curación, naturalmente, les confiere un poder considerable. Toda su vida está regida por la magia, puesto que en ninguna esfera es posible que se haga nada sin ella y las fórmulas mágicas, aparte de las relacionadas con las enfermedades, son de los renglones más importantes de propiedad privada.
Toda la existencia es una competición entre maleantes y toda ventaja se logra a expensas del rival derrotado. Pero la competencia no es como en otros sistemas, abierta y franca, sino secreta y traicionera. El ideal de hombre capaz y triunfante es el que ha conseguido con engaños el puesto de otro.

La virtud más admirada y el mayor triunfo es el wabuwabu, sistema de ásperas prácticas que refuerza las ganancias propias a costa de la pérdida de otro. El arte es cosechar ventaja personal en una situación donde los demás son víctimas. (Este sistema es muy diferente del de mercado, en que, por lo menos en principio, la base es un intercambio justo con ganancia para ambas partes.) Aún más característica de la mentalidad de este sistema es su índole traicionera. En las relaciones ordinarias, el dobuano es suave y untuosamente cortés. Como dice uno: "si queremos matar a un hombre nos acercamos a él, comemos, bebemos, dormimos, trabajamos y descansamos con él, tal vez varios meses. Esperamos el momento oportuno, y mientras tanto lo llamamos amigo". (R. Benedict, 1934.) La consecuencia es que en el caso nada raro de un asesinato, las sospechas recaen sobre quien trató de ganarse la amistad de la víctima.

Aparte de las posesiones materiales, los deseos más apasionados son los sexuales. El problema del sexo se complica si pensamos en su ausencia general de alegría. Sus convenciones excluyen la risa y hacen una virtud de la hosquedad. Dice uno de ellos: "en los jardines no jugamos, no cantamos, no echamos falsete ni contamos leyendas". (R. Benedict, 1934.) Benedict cuenta incluso de un hombre agazapado en las inmediaciones de una aldea de otra tribu que tenía baile y que rechazó indignado la indicación de que se uniera a ellos: "Mi esposa diría que he sido feliz." (R. Benedict, 1934.) La felicidad es para ellos un tabú principalísimo. No obstante, esta hosquedad y este tabú de la felicidad o las actividades agradables corren parejas con la promiscuidad y con la gran estima de la pasión y los procedimientos sexuales. De hecho, la enseñanza sexual básica con que se prepara a las muchachas para el matrimonio es la del modo de apretar al esposo y hacer que quede sexualmente exhausto.

En contraste con los zuñis, parece que la satisfacción sexual sea la única experiencia placentera y jocunda que se permiten los dobuanos. De todos modos, como es natural, su vida sexual lleva la marca de la estructura de su carácter y parece que su satisfacción sexual procura sólo una alegría reducida y de ningún modo es base de relaciones cordiales y amistosas entre hombre y mujer. Paradójicamente, son muy mojigatos y en esto, como menciona Benedict, tan extremosos como los puritanos. Parece como si precisamente por ser tabú la felicidad y el goce, lo sexual adquiera la calidad de algo malo pero muy deseable. Ciertamente, la pasión sexual puede servir de compensación a la falta de alegría tanto como puede ser manifestación jocunda. Y en los dobuanos, el caso parece ser lo primero. Resumiendo, Benedict declara: La vida en Dobu fomenta formas extremadas de animosidad y malignidad que la mayoría de las sociedades han reducido al mínimo por medio de sus instituciones. En cambio las instituciones dobuanos las exaltan en grado sumo. El dobuano vive sin represión las peores pesadillas de la mala voluntad universal y según su modo de ver la vida, la virtud está en escoger una víctima en que poder desfogar la malicia que atribuye a la sociedad humana y a las potencias de la naturaleza. Toda la existencia le parece una pelea entre malhechores, en que antagonismos mortales los lanzan uno contra otro en un certamen por cada uno de los bienes de la vida. La suspicacia y la crueldad son las armas en que confían para esa pelea, y no tienen misericordia ni la piden. (R. Benedict, 1934.)

martes, 20 de septiembre de 2011

Profesor Fassman, mostrando sus habilidades.

Número de mentalismo del profesor Fassman en "La vida en un xip," programa de TV3. Televisió de Catalunya, 7 de abril de 1990, dirigido y presentado por Joaquim Mª Puyal.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Los Últimos Días de John Brown (1860) Henry David Thoreau


Henry David Thoreau había sido invitado para asistir a un acto en memoria a John Brown el 4 de julio de 1860. Rechazó la invitación pero envió el texto que aquí publicamos el cual inicialmente había escrito en su diario. Fue leído durante el acto conmemorativo para posteriormente ser insertado en el importante periódico abolicionista The Liberator. (NdeE)




La carrera de John Brown durante las últimas seis semanas de su vida fue como un meteoro, alumbrando la obscuridad en la que vivimos. No sé de algo tan milagroso en nuestra historia.
Si alguien, en esta época, en una conferencia o una conversación, se refiriese a algún antiguo ejemplo de heroismo tal como Cato, Tell o Winkelried, omitiendo las recientes proezas y palabras de Brown, resultaría ser para cualquier audiencia de hombres inteligentes del norte estúpido e imperdonablemente sin atracción.
Por mi parte, normalmente pongo más atención a la naturaleza que al hombre, pero cualquier acontecimiento humano conmovedor puede cegar nuestros ojos a los designios naturales. Estaba tan enfrascado en él como para sorprenderme cada vez que detectaba la rutina del mundo natural aún sobreviviendo, o que encontraba personas ocupadas en sus asuntos, indiferentes. Me resultaba extraño que el pequeño mirlo estuviese aún zambulléndose tranquilamente en el río, como antaño; y me parecía que este pájaro debía continuar chapuzando aquí cuando Concord ya no existiese.
Sentía que si él, un prisionero en medio de sus enemigos y bajo sentencia de muerte, fuese consultado acerca de su futuro podría contestar más inteligentemente que todos sus paisanos. Comprendía mejor su posición; la estudiaba muy calmadamente. En comparación con John Brown todos los demás hombres del norte y del sur estaban fuera de sí. Nuestros pensamientos no podían retroceder buscando algún hombre más grande, más inteligente o mejor con quien compararlo, ya que él en este tiempo y en este lugar estaba por encima de todos ellos. El hombre que este país iba a colgar sobresalía como el más grande y el mejor.
No se necesitaron años para una revolución en la opinión pública; días, mejor dicho horas, produjeron marcados cambios en este asunto. La mitad que estaba resuelta en decir, al llegar a nuestra reunión en su honor en Concord, que debía ser colgado, no lo hubiese dicho al salir. Oyeron sus palabras leídas; vieron las serias caras de la congregación y tal vez al final se unieron cantando el himno en su loa.
El orden de los exponentes fue cambiado. Oí a aquel predicador que primero estaba disgustado y se mantenía a distancia y que, finalmente, después de que John Brown fue colgado, se sintió obligado en hacerlo el tema de un sermón en el que, en cierta medida, elogiaba al hombre pero a la vez decía que su acto era un error. Un maestro de escuela influyente creía necesario, después de las clases, decir a sus alumnos adultos que en primera instancia él pensaba como el predicador pero, que ahora opinaba que John Brown tenía razón. Por ende se comprendía que sus alumnos estaban tan adelante del maestro como él lo estaba del sacerdote; y sé con seguridad que en sus casas niños muy pequeños ya han preguntado a sus padres, en un tono de sorpresa, por qué dios no intervenía para salvarlo. En cada caso los maestros estaban sólo semiconscientes de que no llevaban la delantera sino que eran arrastrados perdiendo tiempo y poder.
Los más conscientes predicadores, los hombres de la biblia, aquellos que hablan de principios y que hacen a los demás lo mismo que uno quisiera que los demás le hicieran a uno, ¿cómo podían fallar en reconocer al más grande de todos los predicadores, a aquel que llevaba la biblia en su vida y en sus actos, a la encarnación del principio, al que realmente practicaba el precepto según el cual uno debe comportarse con los demás como uno desearía que los demás se comportasen con uno? Aquellos cuyo sentido moral había despertado y quienes tenían una vocación para predicar tomaban partido por él. ¡Qué confesiones logró extraer del indiferente y del conservador! Es extraordinario, pero considerando todas las cosas, está bien que no dio la oportunidad para que se formase una nueva secta de brownistas en nuestro medio.

Los que adentro o fuera de la iglesia se adhieren al espíritu y liberan al pensamiento, son por consiguiente llamados infieles, y fueron como siempre los primeros en reconocer a Brown. Hubo hombres que han sido colgados en el sur por intentar rescatar esclavos y el norte no estaba muy perturbado por ello. ¿Entonces, de dónde viene esta sorprendente diferencia? No estábamos convencidos de su devoción a los principios. Hicimos una distinción sutil, olvidamos las leyes humanas y rendimos homenaje a una idea. El norte, quiero decir el que vive, era súbita y totalmente trascendentalista. Iba detrás de la ley humana, del error evidente y reconoció la eterna justicia y la gloria. Generalmente los hombres viven de acuerdo a una fórmula, quedando satisfechos si el orden de la ley es respetado; pero en este caso y en cierta medida regresaron a percepciones originales lo que favoreció un leve renacimiento de la vieja religión. Ellos se percataron de que lo que era llamado orden era confusión; de que lo que era llamado justicia, era injusticia; y de que lo mejor era juzgado como lo peor. Esta actitud suponía un espíritu más inteligente y generoso que aquel que impulsaba a nuestros antepasados así como la posibilidad, al correr de los años, de una revolución a favor del otro y de un pueblo oprimido.
La mayoría de los hombres del norte y unos pocos del sur fueron sorprendentemente conmovidos por la conducta y las palabras de Brown. Vieron y sintieron que eran heróicas y nobles, y que en este país o en la historia reciente del mundo no había habido en su género algo que se les pareciera. Pero la minoría no estaba conmovida por ellas. Sólo estaba sorprendida e irritada por la actitud de sus vecinos. Veía que Brown era valiente y que él creía que había hecho lo correcto pero no detectaba ninguna otra singularidad en él. Al no estar acostumbrada a hacer finas distinciones o a apreciar magnanimidad, leía sus cartas y discursos como si no los leyera. No estaba enterada cuando había una heróica declaración -ni sabía cuando era injuriada. Tampoco sentía que Brown hablaba con autoridad, y por consiguiente esta minoría sólo recordaba que la ley debe ser ejecutada. Recordaba la vieja fórmula pero no oía la nueva revelación. El hombre que no reconoce en las palabras de Brown sabiduría y nobleza y por ende una autoridad, superior a nuestras leyes, es un demócrata moderno. He aquí la forma de descubrirlo. Este tipo de hombre no es obstinado sino que está ciego siendo consecuente con su ceguera. Aquella ha sido su vida pasada, no hay duda en ello. En semejante forma ha escrito historia y su biblia, aceptando o pareciendo aceptar la última sólo como una fórmula establecida y no porque haya sido juzgado por ésta. Uno no encontrará opiniones emparentadas en sus lecturas preferidas si es que tiene algunas.
Cuando una noble proeza está hecha, ¿quién puede apreciarla? Aquellos que son nobles. No me sorprendía cuando alguno de mis vecinos hablaba de John Brown como de un malhechor ordinario, pero ¿quiénes son ellos? En ningún sentido son naturalezas etéreas. El obscurantismo es lo que predomina en ellos. Varios de ellos son sin duda insensibles a la crítica. Digo esto con tristeza, no con ira. ¿ Cómo puede un hombre que no tiene vida interior ver la luz? Están en lo cierto desde su punto de vista, pero son incapaces de entrever otros caminos, están ciegos. Para los ilustrados luchar contra ellos equivaldría a una contienda entre águilas y lechuzas. Muéstrenme a un hombre que tenga resentimiento hacia John Brown y déjenme oír que noble versículo puede repetir. Se quedará tan mudo como si sus labios fuesen de piedra.
No cualquier hombre puede ser cristiano, incluso en un muy moderado sentido, sea cual sea la educación que se le proporcione. Es una cuestión física y mental después de todo. Conocí a muchos hombres que pretendían ser cristianos, cosa ridícula, porque no tenían genio para ello. No cualquier hombre puede ser un hombre libre. Los directores de periódicos insistieron durante un buen rato en decir que Brown estaba loco, pero finalmente sólo dijeron que era un proyecto loco, y la única evidencia proporcionada para demostrarlo era que le costó su vida. No tengo duda de que si J. Brown hubiese ido con cinco mil hombres, liberado mil esclavos, matado a cien o doscientos esclavistas, y tuviera también muchas más bajas de su lado, pero no hubiese perdido su propia vida, estos mismos periodistas hubiesen llamado este proyecto con un nombre más respetable. Ya él fue mucho más afortunado. Ha liberado a muchos miles de esclavos, del norte y del sur. Parece que estos periodistas no saben nada acerca del vivir o del morir por un principio. En aquel entonces todos lo llamaron loco; y ahora, ¿quién lo llama loco?
Con la efervescencia ocasionada por su excepcional intento y su comportamiento subsecuente, la legislatura de Massachusetts, sin tomar ninguna medida por la defensa de sus ciudadanos que fueron posiblemente transportados a Virginia como testigos y expuestos a la violencia de una gentuza esclavista, estaba totalmente enfrascada en un asunto de expendio de licores permitiéndose despreciables chistes sobre la palabra extensión.
Malos espíritus ocupaban sus pensamientos. Estoy seguro de que ningún hombre de Estado en función a la sazón pudo haber aplazado esta cuestión al menos en esta época -una cuestión muy vulgar de atender en cualquier época...
Nada podían hacer sus enemigos pero toda esta situación redundaba en su inmensa ventaja -esto es, en la ventaja de su causa. No lo colgaron inmediatamente sino que lo reservaron para que les predicara. Y luego hubo otro gran disparate. No colgaron a sus cuatro seguidores con él; esta escena aún estaba pospuesta; y de esta forma se prolongó y amplió su victoria. Ningún promotor de funciones teatrales podía haber arreglado las cosas tan inteligentemente como para demostrar en la práctica la validez del comportamiento y las palabras de Brown. Y ¿quién piensa usted, era el promotor? ¿Quién puso a la esclava y a su hijo en el camino de la cárcel a la horca para que los besara y así creara el símbolo?
Pronto vimos como él que los hombres no iban a perdonarlo o a rescatarlo. Esto lo hubiera sometido, al restituirle un material bélico, un rifle, cuando había levantado la espada del espíritu -la espada con la que realmente ha ganado sus más grandes y memorables victorias. Ahora Brown no ha hecho a un lado la espada del espíritu, porque él mismo es puro espíritu, y su espada es puro espíritu también.
No hizo o intentó nada común
luego de esta memorable escena, ...
ni llamó con espíritu vulgar a los dioses
para reivindicar su irremediable derecho
sólo inclinó su hermosa cabeza
como sobre una cama.
¡Qué escena esa, su horizontal cuerpo solo, recién caído del árbol-horca! Leímos que su cadáver cierto día había pasado por Filadelphia y el sábado en la noche había llegado a Nueva York. ¡Tal como un meteoro disparado a través de la Unión desde las regiones sureñas hasta el norte!
El día de su traslado oí que estaba muerto pero no entendía que significaba esto y ni después de muchos días lo creí. De todos los hombres que fueron mis contemporáneos me parecía que John Brown era el único que no había muerto. Ahora nunca me hablan de un hombre llamado Brown -y sé de ellos muy a menudo- nunca me hablan de algún hombre particularmente valiente y serio sin embargo mi primer pensamiento es para John Brown. Lo encuentro en cada momento. Ahora está más vivo que nunca. Ha ganado la inmortalidad. No está confinado al North Elba ni a Kansas. Ya no está trabajando en secreto. Trabaja públicamente y en la más clara luz que brilla en esta tierra.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Poderes ocultos: Espias psiquicos





Entre 1976 y 1995, el gobierno de los EE UU destinó 20 millones de dólares a la investigación paranormal, en un esfuerzo por reforzar la seguridad nacional. En plena Guerra Fria, los militares habian tenido conocimiento de los avances de la Unión Soviética en el campo de la investigación psíquica. Temiendo una posible amenaza, los estadounidenses entrenaron a militares que podrian espiar hasta los lugares más remotos, peligrosos e inexpulnables mediante "visión remota". Este documental cuenta la historia del oficial Joseph McMoneagle, el sargento Melvin Riley y el capitán Paul Smith, tres psíquicos que utilizan sus poderes al servicio del Pentágono, la CIA y otras agencias de inteligencia en la contienda más extraña de la Guerra Fria. Bajo un proyecto gubernamental clasificado, los "videntes" del gobierno de EEUU realizaron misiones de espionaje psíquico en todo el mundo... y recibieron apoyo al mas alto nivel.

En 1995, la CIA anunció que la información proporcionada por la unidad psíquica, entonces llamada Puerta de las Estrellas, no era fiable. Se realizó un análisis independiente para determinar si habia evidencias científicas que respaldaran la validez de la visión remota.

En noviembre de 1995, la unidad psíquica fué desmantelada. A pesar de que la estadística demuestra que la visión remota es real, escépticos y neurocientíficos la rechazan como un engaño. McMoneagle, Rile, Smith y otros compañeros suyos, siguen investigando el fenómeno. Para estos hombres, el espionaje psíquico es una realidad. Para el resto de nosotros, la visión remota es un misterio que sigue sin explicación...

Enlace emule: "Espias psiquicos"

La cultura del miedo a través del terrorismo económico.


                                                      Facetas de la crisis económica.

 
Los mercados mundiales en la actualidad piden mano de obra barata para poder ser lo más competitivos posibles, las grandes empresas se ven obligadas a producir a bajo coste para así poder obtener el máximo de beneficios netos a corto plazo, los grandes bancos asociados con las multinacionales especulan con la economía mundial sin tener en cuenta el trabajo real de producción del obrero, que asimilado por la maquinaria industrial ofrece poca rentabilidad debido a la superproducción que se está llevando a cabo a todos los niveles (multinacionales) para así poder tener el margen más amplio de especulación posible sobre el producto final.

La era industrial con el capitalismo, es una especie de tragedia del hombre frente a la máquina, que debido a su propio afán de progreso sin limites, impide al hombre ver con claridad los objetivos del trabajo como sustento y forma de vida.

Cabe esperar que por ejemplo en el Estado español, la mano de obra barata sea la pieza angular de la economía, el alto porcentaje de desocupados es el caldo de cultivo idóneo para poder llevar a cabo la tarea del post-condicionamiento humano, esto es a fin de cuentas sobrevivir para trabajar al precio que los mercados crean oportunos, es decir al precio más bajo posible.

No voy a entrar en qué condiciones  tiene que trabajar el hombre y bajo que salario debe hacerlo, ya que ésta es una de las preguntas que se debe hacer el trabajador por ser él una de las partes interesadas si trabaja para un tercero, ya sea Estado, empresa,  etc.

Crear un ambiente donde la “inseguridad económica” este a la orden del día, es una forma de condicionamiento instintivo que afecta a las zonas psicológicas más vulnerables del hombre, que en este caso saben aprovechar muy bien los grandes oligarcas que controlan la economía mundial. El sufrimiento del hombre que ira en aumento debido a la incapacidad para proveer el sustento y la impotencia mezclados con la desesperanza por el futuro, forman la nueva estructura psicológica que determina el comportamiento y también en la mayoría de los casos el carácter del hombre.
En este punto, la dependencia del total del sistema que tiene cada individuo, será la que conformará su estado psicológico y conducta.

La posibilidad de poder sobrevivir en un sistema que está corrupto, pasa por una mayor o menor asimilación del individuo que ve y tolera por consenso en la mayoría de las ocasiones, las negligencias e injusticias que provoca dicho sistema. A fin de cuentas el “consenso social” por mayoría, es el que aprueba o rechaza la política que ejercen los gobiernos.

El hombre no tiene porque nacer esclavo, es el propio sistema el que lo acaba esclavizando, la dependencia o independencia, su carácter y su visión de la vida deciden el futuro de la humanidad y, no cabe la excusa por muy mal que estén las cosas de lo que dice aquel refrán “Más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer”  por temor en la gran mayoría de las ocasiones de no tener la suficiente confianza en las posibilidades de cada uno de nosotros.